Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la trascendencia que detentó Yvonne de Carlo en la historia. El modo en que vivió y aquello que hizo en el tiempo en que estuvo en el mundo fue determinante no sólo para las personas que trataron a Yvonne de Carlo, sino que a caso dejó una señal mucho más honda de lo que logremossospechar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Yvonne de Carlo personalmente.Yvonne de Carlo ha sido una persona que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Apreciar lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Yvonne de Carlo, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo básica para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Yvonne de Carlo, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Yvonne de Carlo, gentes a quienes de de una forma u otra Yvonne de Carlo influyó, y ciertamente, conocer y descifrar cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Yvonne de Carlo.
Las biografías y las vidas de personas que, como Yvonne de Carlo, seducen nuestra curiosidad, deben valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Yvonne de Carlo, porqué Yvonne de Carlo vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inevitable, la historia.
(Margaret Yvonne Peggy Middleton, Vancouver, Canadá, 1922 - Los Ángeles, 2007) Actriz canadiense nacionalizada estadounidense que vivió su temporada dorada en el cine de las décadas de 1940 y 1950, con títulos como Salomé, la embrujadora, La esclava libre o Los diez mandamientos. En la década de 1960 encarnó a la vampiresa Lily Munster en la mítica serie La familia Monster, papel que la haría internacionalmente conocida entre las generaciones mucho más jóvenes.
Natural de el seno de una familia de pocos elementos económicos, su padre abandonó la vivienda en el momento en que la pequeña Peggy contaba tres años, y su madre tuvo que usarse como camarera para sacar a la familia adelante. Consciente de la hermosura y de las características de la joven, que próximamente empezó a estudiar baile y también interpretación, la madre comenzó a acompañarla a castings en pos de un golpe de suerte, que no llegaría hasta 1945.
Tras intervenir en veinta grabes, en cuyos créditos no aparecería, y tras papeles secundarios en producciones cinematográficas como Ruta a Marruecos (1942) o la adaptación de la novela de Ernest Hemingway Por quién doblan las campanas (1943) -ahora con su nombre artístico, en el que adoptaría el apellido de soltera de su madre-, la enorme ocasión le llegó de la mano del directivo Charles Lamont, quien confió en ella para el papel personaje principal de Salomé, la embrujadora (1945), una sátira ambientada en el Oeste sobre el mito de las espías que se valen de sus encantos para conseguir información.
El éxito del largometraje no se realizó aguardar, y de ahora en adelante Yvonne encadenó consecutivos papeles personajes principales que la llevaron a disfrutar de una enorme popularidad y a transformarse en una frecuente del celuloide. Su porte exótico, su bella cabellera negra y sus ojos claros destacarían más que nada en grabes de ambientación oriental, de aventuras y westerns. Lamont volvería a tener ella en La dama de la frontera (1945) y La esclava del desierto (1947), y Robert Siodmak la emparejaría con un magnífico Burt Lancaster en el largometraje de género negro El abrazo de la desaparición (1949), para bastantes su mejor película de la década de 1940.
De Carlo no cesó de trabajar en toda la década de 1950, protagonizando títulos relevantes: El capitán pirata (1950) y El halcón del desierto (1950), los dos bajo el mando de Frederick De Cordova; Hotel Sahara (1951); Chacales del mar (1952), de Jerry Hopper; El capitán Panamá (1952), nuevamente al lado de Rock Hudson, con quien ahora había coincidido en El halcón del desierto; El paraíso del capitán (1953); y 2 títulos de Raoul Walsh, Los gavilanes del ajustado (1953) y La esclava libre (1957), largometraje en el que compartiría letrero con Clark Gable y Sidney Poitier.
Pero indudablemente su papel más esencial en estos años fue el de Séfora, la mujer de Moisés, en la superproducción Los diez mandamientos (1956). La película, apuntada por el colosalista directivo y productor Cecil B. DeMille, contó con un reparto de gran lujo encabezado por el entonces nuevo Charlton Heston, Yul Brynner y Edward G. Robinson, y se transformaría en un tradicional del cine bíblico.
Simultáneamente a su trayectoria cinematográfica, en 1955 De Carlo contrajo matrimonio con el actor Robert Morgan, un doble de primera categoría con quien coincidiría en Amores de un farsante (1956) y que le daría 2 hijos, Bruce y Michael. Durante el rodaje de La conquista del oeste, en una escena dañina en un tren en marcha, Morgan padecería un trágico incidente en el que perdería una pierna. Yvonne decidió entonces dejar su trabajo para cuidar a su marido.
Las cosas no mejoraban para el matrimonio, que pasaba por ciertos apuros económicos gracias a los costos médicos derivados del incidente de Robert. Para mitigar la situación, Yvonne de Carlo decidió retomar su profesión y admitir un papel en una serie que preparaba la cadena Columbia Broadcasting System (CBS). La telecomedia, de los autores Joe Connelly y Bob Mosher, de tintes góticos y rodada en blanco y negro, no era otra que The Munsters (La familia Monster).
Si bien únicamente estuvo 2 temporadas en antena, entre los meses de septiembre de 1964 y mayo de 1966, La familia Monster, que contaba las experiencias de una peculiar y entretenida familia de fachada “monstruosa” en una siniestra mansión gótica, se transformó en una sucesión de culto para múltiples generaciones y aportó a Yvonne mayor popularidad que sus papeles cinematográficos.
Merced a la vampiresa Lily Munster, la angelical mujer de Herman-Frankenstein (Fred Gwynne), con medio pelo negro y la otra mitad blanco, exceso de maquillaje y un atuendo prácticamente de inspiración oriental, Yvonne pasó a ser parte del imaginario colectivo, que logró inolvidable su forma de abrir la puerta. Aún el día de hoy, cinco décadas después, el personaje que encarnó tiende a ser frecuente en las fiestas de disfraces. “Jamás imaginé que este papel me daría tanta popularidad”, manifestó la actriz más de una vez.
Pese a ser un enorme éxito en televisión, La familia Monster dejó de producir nuevos episodios a fines de 1966 gracias a una falta en concordancia entre los productores, Universal Television, y la CBS, en tanto que la cadena tenía en mente la versión en color de sus espectáculos y no se llegó a elegir quién costearía los nuevos costos. No obstante, la serie se siguió restituyendo sin pausas en transmisoras de todo el planeta y derivó en 2 películas, Munster, Go Home!, que en castellano se traduciría como La herencia de los Munster (1966), y The Munsters’ Revenge (1981), esta última para televisión.
Tras el éxito de La familia Monster prosiguieron quedando papeles para Yvonne, pero en títulos mucho más insignificantes, al paso que se reducía paulativamente el número de los que protagonizaba. En la década de 1970, la actriz, cuyo matrimonio, tras varios avatares, había acabado en divorcio un par de años antes, logró además de esto un considerable papel en el musical de Broadway Follies, de Stephen Sondheim y James Goldman, por el que ganó un premio Tony, entre los pocos galardones de su trayectoria artística. Continuó entre el cine y la televisión y también interesándose por múltiples géneros, si bien prevalecieron en esos años los papeles vinculados a películas de terror, quizás gracias a su increíble interpretación de Lily Munster (Play Dead, 1986; Escóndete y treme, 1988; El morador de las tinieblas, 1988; Mirror, Mirror, 1990).
En los últimos años, De Carlo, que se retiró en 1995, vivió cerca de Solvang, al norte de Santa Bárbara. Su hijo Michael murió en 1997 y la actriz padeció un ataque de apoplejía por año siguiente. La estrella que convulsionó la pantalla grande en la década de 1950 con su papel de mujer de Moisés en Los diez mandamientos y que se transformaría en icono como Lily Munster, murió por causas naturales en la vivienda de la Motion Picture and Television, una fundación para retirados de la industria cinematográfica y televisiva en el vecindario Woodland Hills, a las afueras de Los Ángeles, el 8 de enero de 2007. Es autora de un libro de memorias: Yvonne: An Autobiography (1987).
¿Qué piensas de la existencia de Yvonne de Carlo? ¿Has podido leer todo aquello que suponías que ibas a hallar?
Indudablemente llegar a comprender a Yvonne de Carlo es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que tratar de reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Yvonne de Carlo es una suerte de puzzleque probablemente consigamos rehacer si colaboramos conjuntamente.
Por eso, si eres de esas personas que creen en que colaborando es posible elaborar algo mejor, y detentas información sobre la biografía de Yvonne de Carlo, o acerca de algún elemento de su persona u obra que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son en todos los casos importantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de una persona como Yvonne de Carlo, que poseyó su importancia en una época concreta, es esencia procurar mostrar una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
Sin dudarlo, contacta con nosotros para contarnos qué sabes acerca de Yvonne de Carlo. Estaremos muy contentos de completar esta biografía con más información.