La historia de las civilizaciones la cuentan aquellas mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han ocasionado quela humanidad, de una forma u otra,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que tuvo Yves Saint-Laurent en la historia. La manera en que vivió y aquello que hizo mientras estuvo en este mundo fue determinante no sólo para las personas que trataron a Yves Saint-Laurent, sino que quizá legó una señal mucho más vasta de lo que logremosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Yves Saint-Laurent de forma personal.Yves Saint-Laurent fue una persona que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Apreciar las luces y las sombras de las personas significativas como Yves Saint-Laurent, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo fundamental para que podamos poner en valor no sólo la vida de Yves Saint-Laurent, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Yves Saint-Laurent, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Yves Saint-Laurent influenció, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Yves Saint-Laurent.
Las biografías y las vidas de personas que, como Yves Saint-Laurent, seducen nuestra atención, deben ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Yves Saint-Laurent, porqué Yves Saint-Laurent vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos ayudará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
(Yves Mathieu Saint-Laurent; Orán, Argelia, 1936 - París, 2008) Modisto francés, entre los nombres míticos de la alta costura. Hijo primogénito de Charles Mathieu y Lucienne Andrée Saint-Laurent, medró al lado de sus 2 hermanas con todas y cada una de las comodidades propias de una aceptable familia asentada en la Argelia francesa. Su padre, letrado de determinado éxito, siempre y en todo momento deseó que Yves estudiara derecho y este asistió a una escuela de Orán, donde recibió una educación fundamentada en una férrea especialidad que le afectó y también influyó en su historia posterior.
Siempre se sintió unidísimo a su madre, Lucienne, una mujer hermosa y muy elegante que maravillaba a Yves con sus permanentes cambios de vestuario. Ella entendió enseguida al sensible niño, y en el momento en que vio que los compañeros de clase se reían de su hijo pues vestía las muñecas de sus hermanas y las marionetas del teatro de la escuela, decidió buscar un centro de estudio de confección y patronaje en París donde pudiese desarrollar su talento.
Fue este un periodo de capacitación (y asimismo de inquietudes entre decidirse por el teatro o la tendencia), en el que el joven Saint-Laurent devoraba Vogue y otras gacetas preparadas, al paso que leía a Marcel Proust, su creador preferido. Finalmente, espoleado por su madre, se resolvió a ofrecer el salto, y el provinciano Yves fue a vivir solo a París con diecisiete años, presto a aprenderlo todo sobre la alta costura.
Y próximamente probó que su empeño iba seriamente. Mostró sus diseños a Michel de Brunhoff, directivo de Vogue, que resultó complacido y decidió publicarlos en su gaceta. Siguió los consejos de De Brunhoff y se inscribió en una escuela de alta costura, pero la halló hastiada y poco tiempo después dejó de ayudar a las clases. El impaciente aprendiz presentó a un certamen un esbozo para un vestido de coctel y ganó el primer premio, hecho que le sirvió para hacerse conocer entre la sociedad parisiense.
Heredero natural de Christian Dior
El joven Saint-Laurent fue anunciado a Christian Dior por De Brunhoff, y el sastre se rindió en el instante frente su talento. En 1954 empezó a trabajar bajo el mando del Christian Dior, de quien se transformaría en mano derecha hasta la desaparición del enorme constructor, acontecida en 1957. Durante tres años cooperó de una manera ajustado con Dior, quien criticaba de forma frecuente sus peculiares proposiciones pero al tiempo admiraba el talento constructor de su joven acólito, al que acostumbraba a llamar «mi príncipe».
El fallecimiento del profesor afectó al joven acólito, que pasó a ser su heredero natural. Una vez que fue nombrado directivo de arte de la firma, lanzó su primera compilación, que presentó con el nombre de Trapecio y con la que consiguió un éxito resonante. Entre el público que asistió a ese desfile se encontraba Pierre Bergé, un amigo de Dior y frecuente del círculo de la tendencia parisiense, que transcurrido un tiempo se transformó en colega, amigo y apasionado de Yves.
En 1960 no ha podido eludir por mucho más tiempo las obligaciones del servicio militar y abandonó su puesto adelante de Dior por el hecho de que fue llamado a filas por el ejército francés. A los pocos meses no ha podido aguantar la rudeza del modo de vida militar y padeció su primera enorme depresión, por la que debió ser ingresado en un hospital siquiátrico militar. Su amigo Bergé empleó sus influencias y poco tiempo después logró que lo dejaran salir de allí.
La creación de su firma
Mientras tanto, la vivienda Dior nombró directivo al asistente de Yves, Marc Bohan, lo que disgustó de enorme manera al sastre, que decidió demandar a la compañía. Ayudado por su inseparable amigo Bergé, Saint-Laurent presentó una demanda y peleó hasta recibir una indemnización de la compañía por daños morales y, con ese dinero y el de Mack Robinson, un hombre de negocios estadounidense entusiasmado en la tendencia, creó su casa de costura.
En 1962 presentó una primera compilación bajo su nombre y 4 años después lanzó el esmoquin, que con el pasar de los años se transformó en un tradicional. Con esta prenda y el resto de sus producciones se erigió en el vanguardista de una moda mucho más democrática, rápida y accesible, concebida para las novedosas generaciones.
A mediados de los años sesenta decidió trabajar en compilaciones concebidas para la mujer madura y delicada. La actriz Elizabeth Taylor lució en su boda con Richard Burton un modelo de Saint-Laurent, y otras reconocidas, como Marlene Dietrich, Sofia Loren, Catherine Deneuve o la mujer del sha Mohamed Reza Pahlevi, Farah Diba, asimismo llevaron sus vestidos en alguna ocasión. Con la cooperación de su mejor amiga, Betty Catroux, Saint-Laurent creó un estilo andrógino con el que pretendió localizar para la mujer el semejante del traje de hombre.
Creador innovador y modelo ocasional
En 1970 sus desfiles recalcaron por la presentación de la de america femenina y vestidos y camisas que dejaban la espalda al descubierto. Pero visto que su compilación «Estilo años 40» consiguiera malísimas críticas fue fundamento bastante a fin de que Yves decidiese dejar la tendencia a lo largo de los un par de años siguientes. A principios de los años setenta logró de modelo para su compilación Rive Gauche de prêt-à-porter masculino, y llegó a posar desvisto frente a la cámara de Jean-Loup Sieff para su perfume, algo excepcional en esos tiempos.
Con la colaboración de sus 2 mejores diseñadoras, Loulou de La Falaise y Anne-Marie Muñoz, en 1974 el sastre resurgió con una compilación dedicada al Segundo Imperio y nuevamente escuchó aplausos. Ese año la gaceta Time lo llamó «rey de la tendencia» y le dedicó una portada. También ingresó múltiples ocasiones en centros de salud, de los que salía para regresar a recaer, y no el acompañamiento de su amigo Pierre ha podido eludir que acabara poco a poco más solo en su piso de París, o refugiado en la mansión que se había construido en Marrakech. Harto de esta situación, Bergé lo abandonó en 1976.
Los temores de un ganador
En 1983, en el Metropolitan Museum de Nueva York, se inauguró una exposición encargada de sus producciones. Dos años después fue el Museo de Bellas Artes de Pekín el que logró lo mismo, y en 1986 el Museo de la Moda de París presentó una retrospectiva del sastre desde 1958. El éxito de Saint-Laurent fue tal que a fines de los años ochenta la compañía construída mucho más de veinte años atrás ahora tenía mucho más de diez.000 personas que trabajaban en 200 países y facturaba unos 360 millones de euros.
Pese a que había sido distinguido con el galardón Oscar Neiman Marcus de la Costura (Dallas, 1958), o el Oscar Harper’s Bazaar (1966), en la época de los años ochenta llegó el reconocimiento público a su tarea y recibió la Legión de Honor de manos del presidente francés François Mitterrand. Sin embargo, Yves Saint-Laurent prosiguió sufriendo capítulos de inseguridad y el temor al fracaso lo llevaba a consumir tranquilizantes y somníferos.
En los años noventa pasó largas temporadas en su palacete de Marrakech, en el que se encerraba a lo largo de semanas para hacer sus compilaciones. En París, el 12 de julio de 1998, con ocasión de la final del Mundial de Fútbol, 300 modelos desfilaron en el Estadio de Saint Denis en una retrospectiva de 40 años de creación del sastre. Y ese año creó la que sería su última línea de prêt-à-porter.
El diseñador americano Albert Elbaz fue escogido por el profesor a fin de que le sucediese, pero la adquisición por año siguiente de la mayoría de su compañía por la parte del Grupo Pinault alteró sus proyectos. Tom Ford se encargó de todo salvo de la alta costura, que prosiguió al cargo del sastre francés unos años mucho más. Tras su retirada en 2002, Yves Saint-Laurent prosiguió siendo un misterio, un anarquista millonario con la capacidad de declarar: «Lo único que lamento es no haber inventado el pantalón vaquero».
Si algo resalta en Yves Saint-Laurent, aparte de su genio constructor, es su carácter transgresor y contradictorio, una genuina historia de historia legendaria de la tendencia por derecho propio, creador del traje pantalón, la sahariana, los shorts... De las primeras transparencias al escándalo del negro, el itinerario de este sastre, que fue el primero en quebrantar las reglas de la alta costura, no dejó de representar un himno a la mujer y a la tendencia, siempre y en todo momento intentando encontrar un equilibrio entre la tranquilidad y la fantasía. Enfermo y fatigado, se retiró siendo consciente de haber hecho progresar la alta costura y de haber desarrollado la indumentaria de la mujer moderna.
¿Qué piensas de la existencia de Yves Saint-Laurent? ¿Hallaste la información que pensabas que ibas a encontrar?
Obviamente descubrir en lo más recóndito a Yves Saint-Laurent es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que pretender recomponer la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Yves Saint-Laurent es una suerte de enigmaque con toda probabilidad consigamos rehacer si cooperamos todos a la vez.
A causa de esto, si eres del tipo de personas que confían en que de forma colaborativa existen posibilidades de crear algo mejor, y detentas información en relación con la biografía de Yves Saint-Laurent, o en relación con algún pormenor de su personalidad u obra que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de una persona como Yves Saint-Laurent, que poseyó su importancia en un momento histórico concreto, es vital procurar mostrar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
Sin titubeos, contacta con nosotros para referirnos qué sabes tú con respecto a Yves Saint-Laurent. Estaremos encantados de completar esta biografía con más información.