La historia universal la escriben aquellas personas queen el transcurrir de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela humanidad, de un modo u otro,prospere.
Ya sea inspirando a más seres humanos o tomando parte de la acción. Yusuf al-Mutamin es uno de esos sujetos cuya vida, en efecto, merece nuestro interés debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Yusuf al-Mutamin es conocer más sobre periodo preciso de la historia del género humano.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la trascendencia que detentó Yusuf al-Mutamin en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en este mundo fue decisivo no sólo para quienes frecuentaron a Yusuf al-Mutamin, sino que tal vez legó una señal mucho más vasta de lo que podamossospechar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Yusuf al-Mutamin en persona.Yusuf al-Mutamin ha sido una persona que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Apreciar lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Yusuf al-Mutamin, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa esencial para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Yusuf al-Mutamin, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Yusuf al-Mutamin, personas a quienes de un modo u otro Yusuf al-Mutamin influenció, y desde luego, comprender y entender cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió Yusuf al-Mutamin.
Las biografías y las vidas de personas que, como Yusuf al-Mutamin, cautivan nuestra curiosidad, tienen que ayudarnos siempre como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Yusuf al-Mutamin, porqué Yusuf al-Mutamin vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
Rey taifa de Zaragoza nacido hacia 1040 y fallecido en otoño de 1085. Durante su corto reinado trató de reunir en sus manos la integridad del patrimonio paterno, disgregado en su herencia, pero gracias a sus sacrificios por batallar a su hermano Mugdir, no ha podido realizar en oposición al avance por sus territorios de Sancho Ramírez de Aragón. Yusuf al-Mutamin debió la mayor parte de sus éxitos militares a la colaboración del Cid.
Hijo de Ahmed Ibn Hud al-Muqtadir, Yusuf pertenecía a la dinastía de los Banu Hud, que viene de Arabia y que había ascendido al poder en Zaragoza en la figura de Sulayman Ibn Hud al-Mustasin. En 1081, frente a la grave patología de su padre, Yusuf Ibn Ahmed tomó el poder en Zaragoza; sus dominios entendían nuestra localidad de Zaragoza, Tudela, Huesca y Calatayud. El hermano de Yusuf, Mugdir Imad al-Dawla, recibió como herencia paterna los reinos de Lleida, Denia, Tortosa y Monzón. De esta forma, el poderoso reino Hudí de la Marca superior de Al-Andalus compuesto por al-Muqtadir a lo largo de su largo reinado se disgregó entre sus descendientes, lo que fue recurrente fundamento de luchas entre ellos.
A la desaparición de al-Muqtadir, Yusuf demandó como primogénito el derecho a recibir todo el patrimonio paterno, pero Mugdir de Lleida, seguro de la lealtad de sus tropas, no le reconoció. Yusuf, que tenía la lealtad de Rodrigo Díaz de Vivar, envió al Cid en 1082 a la villa de Almenara a fin de que reconstruyese su castillo y se ocupara de la defensa de la línea de fortalezas de la frontera oriental del reino zaragocí: Balaguer, Almenara, Tamarite y Monzón, que se oponían a las situaciones fuertes del condado de Barcelona, gobernado por Ramón Berenguer II.
Cuando Mugdir de Lleida supo de la cercanía del Cid (Almenara se encuentra a pocos veinte km de Lleida) solicitó asistencia al conde de Barcelona y recibió además de esto el acompañamiento de otros condes catalanes, que sitiaron la plaza en la medida en que el Cid estaba en la fortaleza de Escarp, que terminaba de tomar. Cuando Yusuf supo por novedades del Cid de la toma de Almenara asistió a Tamarite, donde se halló con el caballero burgalés; por consejo de don Rodrigo, Yusuf decidió eludir la pelea contra un ejército muy superior y trató de sostener la posesión de la fortaleza en lugar de dar un tributo a su hermano Mugdir.
Si bien Imad al-Dawla aceptó la oferta, sus socios, seguros de poder conseguir la fortaleza por las armas, prosiguieron con el asedio. El Cid salió de Tamarite hacia Almenara y allí derrotó al ejército agresor (1082), tomando cantidad considerable de presos, entre ellos el conde Berenguer Ramón II de Barcelona, hermano del soberano del condado. Esta victoria del Cid dio a Yusuf un colosal prestigio y el soberano de Zaragoza colmó por ella de regalos al caballero de Vivar.
A principios de su reinado debió ocuparse Yusuf de sofocar sublevaciones y conspiraciones desde el interior de su reino. Condenó a muerte al visir de su padre, Ibn ar-Royolo, personaje que se encontraba juntando un enorme poder en la corte zaragocí, y del que sospechaba que conspiraba para hacerse con el gobierno. Las crónicas no dejaron la fecha de la desaparición del visir, pero posiblemente este asimismo estuviera relacionado con la sublevación de Rueda de 1082: su gobernador, cuyo nombre no dejaron las crónicas, era el responsable de custodiar como preso a al-Muzaffar, tío de Yusuf que había sido recluído en tal fortaleza por al-Muqtadir; este se puso de una parte de su preso, que había sido señor de Lleida, y solicitó contribuye a Alfonso VI de Castilla a fin de que le apoyase en una sublevación contra Yusuf al-Mutamin; el monarca español aceptó y marchó hacia el castillo, pero la súbita muerte de al-Muzaffar logró mudar al gobernador de Rueda de opinión y este tendió una emboscada a Alfonso (6-I-1083), si bien el rey logró escapar.
Entre febrero y abril de 1083 Yusuf al-Mutamin vio como el rey Sancho Ramírez de Aragón atacaba sus territorios y se apoderaba de Agüero, Ayerbe y Graus, en la frontera norte del reino Hudí. El rey de Zaragoza encargó nuevamente al Cid la defensa de estos territorios, pero el de Vivar solo ha podido realizar contra el rey aragonés ciertas razias en la zona de Monzón, con lo que procuró un nuevo campo de acción y lo halló en Morella, en las tierras regidos por Mugdir Imad al-Dawla. Por orden de Yusuf al-Mutamin, el Cid reedificó la fortaleza de Olocau para tomarla como base de operaciones en la conquista de Morella.
Mugdir solicitó asistencia al rey aragonés Sancho Ramírez y este, que terminaba de quitar Secastilla al reino Hudí (mayo de 1084), asistió a la defensa del señor de Lleida y tras unas inútiles negociaciones de paz presentó guerra al Campeador el 14 de agosto de 1084. Tras la victoria, don Rodrigo se dirigió a Zaragoza donde fue extensamente ovacionado.
Durante el reinado de Yusuf, Zaragoza fue un centro donde se acogió no solo al Cid, sino más bien a varios desarraigados de al-Andalus y asilados políticos como el poeta Ibn Ammar, que había sido presidente de Abbad de Sevilla y que en el momento en que llegó a la corte zaragocí en 1082 recibió idéntica dignidad, desde la que fomentó distintas acciones militares de su señor, Yusuf.
Las crónicas refieren que merced a su astucia se triunfaron para el reino Hudí múltiples fortalezas cuyos nombres y fecha de conquista no refieren. Por idea de Ibn Ammar, Yusuf al-Mutamin acometió en el mes de julio de 1084 la conquista de Segura de la Sierra (Jaén), pero la atrapa de su visir logró que el soberano Hudí desistiese de la compañía. Según las fuentes, en el momento en que Yusuf pagó el salve de Ibn Ammar, lo mató él mismo a hachazos.
En lo referente a relaciones exteriores, la acción mucho más destacable de Yusuf fue la coalición marital entre Zaragoza y Valencia, detallada en la boda de un hijo de Yusuf, Ahmed al-Mustasin II, con una hija de Abu Bakr Ibn Abd al-Aziz (6-VI-1085). Esta coalición tenía como claro fin político la recíproca defensa de los dos reinos en oposición al expansionismo de Alfonso VI.
Poco tras la coalición entre Zaragoza y Valencia, a los pocos meses de que Toledo hubiera capitulado frente Alfonso VI, murió Yusuf al-Mutamin, quedando su reino a cargo de Ahmed II al-Mustasin, que había sido nombrado heredero un par de años antes y había comenzado a acuñar moneda aún en vida de su padre.
¿Qué te ha parecido la crónica de la vida de Yusuf al-Mutamin? ¿Has podido leer todo aquello que esperabas encontrar?
Está claro que conocer en profundidad a Yusuf al-Mutamin es algo que se reserva a pocas personas, y que tratar de recomponer quién y cómo fue la vida de Yusuf al-Mutamin es una especie de rompecabezasque posiblemente podamos rehacer si colaboramos juntos.
Debido a esto, si eres de las personas que creen en que cooperando es posible hacer algo mejor, y tienes información sobre la vida de Yusuf al-Mutamin, o acerca de algún particularidad de su figura u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.
Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son decididamente imprescindibles, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de un ser como Yusuf al-Mutamin, que tuvo su relevancia en un momento histórico concreto, es indispensable intentar brindar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
Sin titubeos, contacta con nosotros para narrarnos qué sabes tú con respecto a Yusuf al-Mutamin. Estaremos muy contentos de poder completar esta biografía con más información.