Yelena Isinbayeva

Ya sea inspirando a otros o siendo una pieza esencial de la acción. Yelena Isinbayeva es una de las personas cuya vida, en efecto, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Yelena Isinbayeva es comprender más acerca de un periodo concreto de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que atesoró Yelena Isinbayeva en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para aquellas personas que trataron a Yelena Isinbayeva, sino que quizá legó una señal mucho más profunda de lo que logremosfigurar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Yelena Isinbayeva en persona.Yelena Isinbayeva ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Las biografías y las vidas de personas que, como Yelena Isinbayeva, cautivan nuestra curiosidad, tienen que valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Yelena Isinbayeva, el motivo por qué Yelena Isinbayeva vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que se mueve, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Yelena Isinbayeva

(Volgogrado, 1982) Atleta rusa, experto en salto de pértiga. Medalla de oro de pértiga en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, resaltó por su fabricantes mundiales, entre aquéllas que se destaca la que logró en el mes de julio de 2005 al rebasar la barrera de los cinco metros.

Isinbayeva practicó desde pequeña la gimnasia, pero debió abandonarla a los catorce años pues había ganado mucha estatura. Inició sus pasos en el atletismo una vez que un técnico le aconsejara que se dedicase al salto. Su primera enorme competición fueron los mundiales júnior festejados en Annecy (Francia) en 1998, donde brincó ahora 4 metros y se quedó solo a diez centímetros de las medallas. Un año después superó los 4,diez metros y logró su primera medalla de oro en exactamente los mismos torneos. Ese mismo año conseguiría lograr los 4,20 en el campeonato nacional ruso.

La pértiga femenina, que no había tenido reconocimiento olímpico hasta los Juegos de Sydney 2000, puede considerarse una especialidad joven en el circuito atlético. El mismo año que la habitante de Estados Unidos Stacy Dragila lograba la primera medalla olímpica de la pértiga femenina, Isinbayeva se transformaba nuevamente en campeona de todo el mundo júnior, por enfrente de la alemana Annika Becker, lo que presagiaba que en Atenas 2004 podría tener su enorme ocasión. En esta ocasión Isinbayeva superó los 4,20 metros; Dragila ganó su medalla olímpica con un salto de 4,60 metros.

En el 2001, aún en categoría júnior, fue de nuevo primera en el Mundial con un salto de 4,40 metros: una espléndida progresión. En 2002, tras ofrecer el salto a la categoría sénior, empezó su especial desafío con su compatriota Svetlana Feofanova, que esta vez la superó por tan solo cinco centímetros, al saltar 4,60 metros en los Campeonatos de Europa.

Ahora en 2003, Isinbayeva superó los 4,65 metros y ganó con esto los Campeonatos de Europa de pista cubierta. Su primer enorme instante deportivo lo vivió el 13 de julio de ese año: superó el récord de todo el mundo (dejando el listón en 4,82 metros) a lo largo de la asamblea de Super Grand Prix conmemorada en Gateshead (Inglaterra). En los próximos mundiales, en que partía como preferida, debió conformarse con la medalla de bronce. Feofanova (que batió asimismo su récord de todo el mundo) y Becker le quitaron los primeros puestos.

El 2004 fue el año del despegue definitivo de la pértiga femenina y de un interesante desafío entre Feofanova y la deportista de Volgogrado. En una asamblea atlética en pista cubierta conmemorada en Donetsk (Ucrania), Isinbayeva brincó sobre los 4,83, novedosa plusmarca mundial, pero Feofanova brincaría un centímetro mucho más la semana siguiente. Un mes después, en los Campeonatos del Mundo de pista cubierta festejados en Budapest, Isinbayeva ganó la medalla de oro con un magnífico salto de 4,86. Dragila se realizó con la plata, dejando a Feofanova en esta ocasión en el tercer puesto.

Ahora en el mes de junio de 2004, nuevamente en Gateshead, Isinbayeva volvió a subir un centímetro el listón, a una altura ahora de 4,87 metros, para solo un mes después, el 25 de julio, regresar a elevarlo a los 4,89 en Birmingham (Feofanova había llegado a los 4,88 en la ciudad griega de Heraklion), y cinco días después, en el Crystal Palace de Londres, a los 4,90, récord de todo el mundo que estaba vigente en el momento en que han comenzado los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

Con esta progresión las esperanzas para la final olímpica eran gigantes. Y la competición, por supuesto, no defraudó; el estadio de Atenas vivió entre los instantes mucho más apasionantes del atletismo. Las 2 deportistas brincaron sin inconvenientes los 4,65 m. Sin embargo, Isinbayeva falló en el primer intento en los 4,70. Feofanova pasó con limpieza el listón, y también Isinbayeva optó entonces por subir el listón hasta los 4,75, pero volvió a fallar. Feofanova brincó esta altura al segundo intento, y también Isinbayeva volvió a soliciar que se elevase el listón hasta los 4,80, y en ese instante crítico no falló. Además, elevó nuevamente el listón a los 4,85 y lo excedió limpiamente.

El estadio era ahora un lamento, y a Feofanova le fallaron los nervios, ya que no ha podido con los 4,80, con los 4,85 ni con unos agobiados 4,90. En un último golpe de efecto, Isinbayeva subió el listón a los 4,91, altura que pasó limpiamente al primer intento, con lo que se transformaba nuevamente en plusmarquista mundial y por vez primera en campeona olímpica.

Sus 1,74 metros de altura y sus 65 kg de peso, aparte de su muy elegante técnica, la transforman en una mujer con unas talentos inusuales para la pértiga. Además, los años entregados a la gimnasia hacen que tenga una sencillez impactante para orientarse y sostener la estabilidad en pleno vuelo vertical. Así, no es de extrañar que batiera su récord en una asamblea conmemorada en el mes de septiembre de 2004 en Bruselas, dejando el listón en 4,92 metros, y continuara su ascensión hasta rebasar, por vez primera en la narración de la pértiga femenina, la barrera de los cinco metros en una asamblea de atletismo conmemorada en Londres el 22 de julio de 2005.

En exactamente la misma día superó el récord de todo el mundo un par de veces. Con ello sumaba diecisiete plusmarcas mundiales en su todavía corta carrera, lo que la transformaba en una historia de historia legendaria del atletismo con tan solo veintitrés años. Isinbayeva deseó, con esta inusual marca, homenajear a las víctimas de los atentados sucedidos en la ciudad más importante británica pocos días antes, el 7 de julio, en los que fallecieron múltiples decenas y decenas de personas.

En agosto de ese año, en los Campeonatos del Mundo festejados en Helsinki, elevó nuevamente el listón con un decimoctavo récord de todo el mundo: 5,01 metros. En febrero de 2006 logró lo propio con la marca indoor, dejando el listón en 4,91 metros en Donetsk (Ucrania).

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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de alguien como Yelena Isinbayeva, que detentó su trascendencia en una época concreta, es vital intentar ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

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