Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la relevancia que tuvo William Wellman en la historia. Cómo vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en este mundo fue decisivo no sólo para las personas que frecuentaron a William Wellman, sino que quizá legó una señal mucho más profunda de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a William Wellman de modo personal.William Wellman fue una persona que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Comprender lo bueno y lo malo de las personas destacadas como William Wellman, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo básica para que seamos capaces de poner en valor no sólo la vida de William Wellman, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por William Wellman, aquellas personas a quienes de un modo u otro William Wellman influyó, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue vivir en la época y la sociedad en la que vivió William Wellman.
Vida y Biografía de William Wellman
(Brookline, 1896 - Santa Mónica, 1975) Director de cine estadounidense. Tuvo unos variados principios expertos (fue estibador, vendedor y jugador profesional de hockey), y después se alistó en la Marina de los Estados Unidos para tomar partido en la Primera Guerra Mundial, primero como camillero y después como conduzco en la "escuadrilla Lafayette" (que transcurrido el tiempo adquirió algunos tintes románticos). Finalmente, fue repatriado tras ser herido en combate.
En 1918, con solamente veinte años, se casó con la actriz Helene Chadwik, que fue la primera de sus 4 esposas y le ingresó en el mundillo del cine y del espectáculo. Se logró de este modo actor, profesión a la que sumó una extensa selección de ocupaciones (decorador, productor y ayudante de dirección), hasta el momento en que Douglas Fairbanks le prestó su asistencia. Inició su trayectoria de directivo en el cine mudo con una película de extraño título, El hombre de pecho triunfa (1923). El mismo año rodaría otras 2 producciones, tituladas Amor y intención y Amor al colorado, si bien a lo largo de este periodo de tiempo las mucho más resaltadas fueron Ballet ruso (1926) y Alas (1927). Este último trabajo, con Clara Bow de personaje principal y un prácticamente principiante Gary Cooper en el reparto, mereció el Oscar de la Academia a la mejor película, pero sus consecuencias no alcanzaron exactamente la misma influencia.
A lo largo de los años treinta afianzó su popularidad y sus entendimientos cinematográficos, y efectuó una esencial proporción de películas, entre aquéllas que resalta el largometraje policiaco El enemigo público (1931). En 1937 rodó la versión de una obra que entonces tuvo varias adaptaciones a la pantalla, Ha nacido una estrella, atrayente análisis psicológico y popular sobre el planeta del espectáculo para una actriz que empieza y un actor que comienza su caída. A finales de los treinta logró una hermosa versión de Beau Geste (1939), una tradicional novela de aventuras de Percival Christopher Wren ambientada en la Legión extranjera francesa, que dejó a Wellman tocar el tema de la amistad y el cariño en el contexto de la vida militar.
Pero probablemente la obra más esencial de este directivo sea un extraño western que rompió los esquemas de una época tan conservadora como los años 40: Incidente en Ox-Bow (1943). Protagonizada por Henry Fonda , su razonamiento no era todo lo previsible que aguardaba un público con claros códigos de lectura cinematográfica, y, además de esto, resultaba muy perturbador en aquel instante en que los Estados Unidos estaban metidos en la Segunda Guerra Mundial. La misma línea prosiguió al rodar, con Robert Mitchum y Burgess Meredith como intérpretes primordiales, También somos humanos (1945), una visión de la guerra desde el lado obscuro, no el de los soldados que tienen dentro el heroico ejército, sino más bien la verdad de aquéllos abocados a finalizar en una fosa común.
Wellman se transformó en un directivo reputado (mejor acogido entre los intelectuales que entre el enorme público), y sus películas dejaron una honda huella en el alegato cinematográfico. En 1951 volvió a efectuar otro western, Caravana de mujeres, historia sobria y espontánea, y en determinada medida feminista. Los años siguientes fueron contemplando de qué forma su pulso se aflojaba y rodaba un cine bastante mucho más usual, poniendo aun su talento al servicio del sistema con grabes de marcado signo anticomunista. Su última película fue La escuadrilla Lafayette (1958), que le sirvió al veterano directivo de Alas para rememorar sus vivencias y experiencias como conduzco a lo largo de la Primera Guerra Mundial.
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