La historia universal la escriben las mujeres y hombres quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han hecho quela sociedad, de una forma u otra,progrese.
Ya sea inspirando a más personas o siendo una pieza esencial de la acción. William James es uno de esos seres humanos cuya vida, en verdad, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de William James es comprender más sobre periodo preciso de la historia de la humanidad.
Las biografías y las vidas de personas que, como William James, cautivan nuestro interés, deben ayudarnos siempre como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de William James, porqué William James vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
Vida y Biografía de William James
(Novedosa York, 1842 - Chocorua, 1910) Psicólogo y pensador estadounidense, señalado gerente del pragmatismo y entre los autores de la constitución de la psicología como ciencia. Hermano mayor del novelista Henry James, es el pensador estadounidense moderno mucho más apreciado y admirado. Sus ancestros fueron inmigrantes irlandeses enriquecidos en su novedosa patria. Durante la niñez William James, como su hermano, acompañó a la familia en sus largas peregrinaciones por Europa, frecuentó varias academias en seis países diferentes y participó en las diálogos que su fogoso y patriarcal progenitor dirigía en las tertulias de esenciales personalidades.
La irregularidad de los estudios y la profusión de sus facultades innatas le hicieron bien difícil la decisión de una carrera, que orientó por último hacia la ciencia. A los tutoriales de la Harvard Medical School, molestados por una expedición a la cuenca del Amazonas en compañía del naturalista Louis Agassiz y después reanudados, prosiguió una estancia de dieciocho meses en Alemania. Fue un periodo de lecturas, visualizaciones y medites al que cabe remontar la aparición de su ideología, pero asimismo una época de inquietas resoluciones y de un desaliento que rayó prácticamente en la desesperación suicida.
William James había heredado de su progenitor no únicamente la inclinación a las especulaciones no ortodoxas (llamado Henry James, como el hermano menor, el padre era un destacable fan del teósofo Emanuel Swedenborg), sino más bien asimismo un profundo interés por los valores morales y espirituales, la necesidad de una fe religiosa y una acusada propensión al misticismo, que sus estudios científicos, y mucho más especialmente la lectura de Darwin, pusieron en grave aprieto. A lo largo de toda su historia se sentiría acuciado por el inconveniente de la conciliación de la inclinación interior a la fe con el pensamiento científico que parecía minarla; ello formó uno de los más importantes móviles inteligentes de su obra.
El resultado inmediato de este tradicional problema del siglo XIX, unido en tal caso a un drama psicológico personal, fue, a su regreso a América en 1868, un periodo de torturadas vacilaciones, aguda melancolía y grave crisis inquieta que le llevó al filo de la disparidad y dio rincón después a un prácticamente místico "juicio" cuya formulación filosófica, expresada con crudeza, es la próxima: aun en el momento en que la cabeza, según asegura Darwin, sea de verdad un producto de la evolución biológica y un instrumento elaborado a fin de que el organismo humano logre enfrentar el medioambiente, la intención del hombre continúa, pese a ello, "libre" bajo cualquier aspecto; la fe, siquiera privada de su contenido teológico, sostiene sea como fuere sus derechos de íntima función al tiempo inextirpable y también importante para el cuidado de la presencia; la vida merece, por sí sola, ser vivida.
El "optimismo" intencional con que la forma de pensar sensitivamente balanceada de William James logró sobrepasar, así mismo, su desequilibrio primordial, daría rincón a un difícil sistema de pensamiento especulativo. En 1872 el pensador inició en Harvard su trayectoria enseñante, que desempeñaría durante su vida; sus tutoriales de fisiología fueron ampliándose gradualmente, y llegaron a integrar la biología, la filosofía, la psicología y sus relaciones mutuas. A su matrimonio en 1878, del que tuvo cinco hijos, prosiguieron años de dura investigación intelectual, de los que brotarían en 1890 los monumentales Principios de psicología, obra que por vez primera en América logró de esta materia una especialidad científica sin dependencia y, quizá por última vez, la descubrió susceptible de ser asimismo una manera de literatura humanística.
Echados los argumentos sicológicos de su pensamiento, William James se aprestó a llevar a cabo sus derivaciones filosóficas. En 1897 La intención de opinar ofreció una justificación "interior" (esto es sicológica) del fenómeno de la fe. Largas indagaciones en el campo de la psicología y de la filosofía de las religiones le llevaron en 1902 al artículo Las múltiples maneras de la experiencia religiosa, en el que acababa una tradición ideológica de norteamérica iniciada un siglo y medio antes por Jonathan Edwards con su Treatise Concerning Religious Affections.
En esta obra, William James examinó la fe a la luz no de la "precisión científica" de las religiones particulares, sino más bien de la validez sicológica (y, por lo tanto, "pragmática") de exactamente la misma experiencia religiosa, y se preguntó si era o no conveniente a la supervivencia humana, a la perpetuación de la vida y al confort espiritual y popular. En situación, este especialista de la dolencia y la disparidad se había transformado en el enorme rapsoda estadounidense de la salud física, el vigor, la alegría, la energía, la idea, la animación, la ensaltación y la aventura; al emerger de las sombras de la desaparición, el perito de la desesperación se transformaba en un poeta pensador que entonaba loas a la sin limites pluralidad y abundancia de la vida, y en un apóstol de la sólida "seguridad en sí" de Emerson, de la "disponibilité" intelectual de Gide, del espíritu libre y de la cabeza y el planeta libres.
El método pragmático, ampliado al campo de las ideas, apareció de forma plena descrito como una confirmación de "verdad" filosófica en Pragmatismo (1907); tal doctrina quedó después desarrollada, como contestación a las críticas, en El sentido de la realidad (1909). El que amaba la irracionales abundancia y la sin limites y centelleante pluralidad de la vida, y detestaba cuanto redujese la presencia a una ilusoria unidad sistemática alguno, se vio alentado por las páginas de su amigo Henri Bergson referentes a la "continuidad de la experiencia viva" a hacer en Un cosmos pluralista (1909) una exposición de las implicaciones del pragmatismo y del temperamento "jamesiano".
A lo largo de toda su historia William James sostuvo angostas relaciones con pensadores y psicólogos de Europa, donde estuvo habitualmente. En los últimos años se vio abrumado por una secuencia de honores oficiales, recibidos tanto en su patria como en el extranjero. Después de su muerte se dieron a conocer distintos tomos con sus contenidos escritos desperdigados: productos, comunicaciones, etcétera. Entre estas proyectos cabe refererir Memories and Studies (1911), Ensayos sobre el empirismo extremista (1912), y la mucho más humana de todas y cada una, las Letters, publicadas en 1920 por su hijo Henry.
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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que destacan la singularidad, y en la ocasión de la vida de alguien como William James, que detentó su importancia en un momento concreto de la historia, es fundamental intentar ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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