William Blake

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que tuvo William Blake en la historia. La manera en que vivió y aquello que hizo en el tiempo en que estuvo en la tierra fue decisivo no sólo para las personas que conocieron a William Blake, sino que tal vez dejó una señal mucho más insondable de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a William Blake de modo personal.William Blake fue una de esas personas que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Conocer lo bueno y lo malo de las personas relevantes como William Blake, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo sustancial para que seamos capaces de apreciar no sólo la existencia de William Blake, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por William Blake, aquellas personas a quienes de de una u otra forma William Blake influyó, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió William Blake.

Vida y Biografía de William Blake

(Londres, 1757 - 1827) Pintor, grabador y poeta británico, entre las figuras mucho más singulares y dotadas del arte y la literatura inglesa. Fue para muchos un místico iluminado, un espiritual atrapado en su planeta, y para otros un pobre orate que subsistía merced a los pocos amigos que, como Thomas Butts, creían en su arte y le adquirían ciertos grabados. La posteridad, no obstante, ha considerado a William Blake como un visionario.

Su padre era calcetero, y aparentemente, había pertenecido a una secta de seguidores del teósofo sueco Emmanuel Swedenborg. En 1771 Blake comenzó a trabajar como aprendiz con el grabador James Bazire; en 1780 conoció al recio y frío escultor neoclásico John Flaxman, de quien aprendió el gusto por la seguridad y la precisión de contornos en el dibujo.

A lo largo de la primera temporada de su historia, que llega hasta su matrimonio en 1782 con Catherine Boucher (la que se descubrió para él una mujer ideal) y la publicación de los Poetical Sketches (Esbozos poéticos, 1783), se dedicó a la poesía y a las artes plásticas; estudió a los artistas helenos, a Rafael Sanzio, a Alberto Durero y más que nada a Miguel Ángel Buonarroti, al que, inútil de absorber en su capacidad autora y volumétrica, tradujo en términos lineales, con lo que se acercó inconscientemente al juego curvilíneo de los miniaturistas célticos. De su enorme entusiasmo por el popular escultor participaba asimismo el pintor suizo Henry Fuseli (Füssli), que se estableció en Inglaterra en 1779, fue conservador de la Royal Academy y también influyó sin lugar a dudas en William Blake.

Blake, por otro lado, experimentó además de esto la predominación del gótico, y copió los monumentos sepulcrales de la abadía de Westminster y de otros santuarios viejos. Flaxman le ingresó en la tertulia de Mrs. Mathew, donde fueron asimismo apreciadas sus características de poeta. Componía ahora versos desde 1768-69, y, aun en el momento en que no estudios regulares, sí había efectuado extensas lecturas: Shakespeare, John Milton, la Biblia y Ossian. Se inspiraba en el estilo de la temporada isabelina, y no escondía su desprecio por la afectación y los primores de los versistas barrocos.

En 1783 fueron impresos, a cargo de Flaxman y del reverendo Henry Mathew, los Poetical Sketches; pero la administración de estos mecenas debió ser poco agradable al creador, ahora por las expresiones de transigente protección antepuestas por Mathew o a raíz del mismo vocablo sketches (al que Blake daba un sentido peyorativo) del título, en relación al como no había sido consultado el poeta. A Blake, que ni tan solo ha podido comprobar las pruebas, le fue entregada toda la edición a fin de que dispusiese de ella a su gusto; el creador se limitó a repartir ciertos ejemplares de la obra a múltiples amigos, y no charló ahora mucho más del libro.

La segunda etapa de su historia (1783-1803) entiende la maduración de su arte poético y pictórico. En 1784 abrió un negocio de grabados, que sostuvo hasta la desaparición de su hermano Robert; entonces trabajó para otros: primero con Thomas Butts, quien le asistió ampliamente y fue siempre y en todo momento amigo de el, y, después (1800), al lado de William Hayly, noble que se vanagloriaba de poeta y mecenas y que asignó a Blake como vivienda un "cottage" en Felpham, en el litoral de Sussex, donde nuestro creador pasó tres plácidos años y compuso ciertos versos que aparecen entre los mucho más exquisitos y abstrusos de su producción. Desde 1793 a 1800 vivió en Lambeth, suburbio de Londres. En 1789 habían aparecido los Cantos de inocencia, ilustrados por él mismo, seguido cinco años después por los Cantos de experiencia, donde expresa la caída del hombre en poemas memorables, como "La rosa enferma" o "El tigre", de "espantosa simetría."

En su última temporada (1803-27), pasada en esta capital, descubrió en poesía una extravagancia creciente, seguida por veinte años de silencio prácticamente ininterrumpido y un pleno afianzamiento como artista. En Londres cayó en primer lugar a cargo de Richard Cromek, quien lo explotó. Luego, tras la separación con este, trabajó con John Linnell (1813), pintor de panoramas y el más destacable de sus patronos; para él grabó Inventions on the Book of Job, su pieza maestra, y ciertas ilustraciones para la Divina Comedia. En los últimos años de su vida se vio cubierto por un círculo de amigos y acólitos.

De entre las proyectos literarias de sus últimos años resaltan El matrimonio del cielo y el infierno (1793), y después 2 entregas escritas y también ilustradas entre 1804 y 1820: Milton (1804-1818) y Jerusalén (1804-1820), en las que abiertamente repudia toda forma de religión usual y preanuncia temas costosos al simbolismo de fines del siglo XIX, como la atracción por el abismo y la caducidad de la ética burguesa. Blake alteró, además de esto, la métrica y los ritmos ingleses tradicionales, al integrar a la poesía letrada los métodos populares de las canciones, baladas y sonsonetes infantiles. Sus cuadernos de notas con ciertos poemas breves, escritos entre 1793 y 1818, fueron comprados en 1847 por el poeta y pintor Dante Gabriel Rossetti, entre los primeros artistas en admitir el inusual valor de su obra.

Una obra soñadora

Estos hechos externos no dejan reconstruir el carácter increíble de William Blake, muy irritable y con la capacidad de ofrecer tanta relevancia a una cuestión privada para llevarla a los libros, donde el inconveniente adquiría enormes des; innovador teóricamente (quedó intensamente impresionado por la independencia de los Estados Unidos y la revolución francesa) y contrincante de los soberanos y las leyes, manifestaba una índole beligerante, aun por medio de su apariencia físico: de escasa talla, y con anchos hombros cuadrados y una enorme cabeza déspota, tenía el género de los hombres de la revolución francesa.

Por otro lado, era impresionable y sincero, tenía el entusiasmo y el sentido de la inocencia propios de un eterno jóven o de un primitivo. Juzgaba realidades materiales las producciones de su viva imaginación: de esta forma, el hecho mucho más destacable de su historia tuvo que ser la visión de elevado número de ángeles sobre un árbol; Blake contaba entonces diez años pocos, y, de ahora en adelante, tuvo coloquios con profetas y beatos encarnados.

La lectura de contenidos escritos de literatura mística y ocultista le consolidó en sus opiniones sobre el valor de su experiencia de visionario. Su iniciativa cardinal llegó a ser la desconfianza absoluta en el testimonio de los sentidos; para William Blake, estos suponen barreras que se interponen entre el alma y la auténtica sabiduría y el goce de la eternidad. Al denegar el planeta sensible, no veía las cosas como se muestran, sino más bien únicamente los modelos y las ideas eternas y mucho más reales que aquellas mismas: no los corderos, sino más bien el Cordero, ni los tigres, antes bien el Tigre. Tales arquetipos se presentaban a sus ojos con un relieve especial, que dio sitio a la forma exaltada de sus grabados. Como artista, por consiguiente, Blake resulta un habitual "manierista", en la línea de Fuseli: en él se efectúa la disolución de las formas tradicionales, y esto sin que se haya llegado todavía al nuevo equilibrio romántico.

La enorme intensidad soñadora de William Blake se refleja tanto en su obra poética como pictórica. El rechazo a la observación directa de la naturaleza como fuente creativa le llevó a encerrarse únicamente en su mirada interior. Así, creaba sus figuras sin preocuparse de la composición anatómica o de las des, ya que creía que corregir lo que fielmente había plasmado de su visión interior resultaba bastante banal, rápido y superficial para un desarrollo que, como él mismo ha dicho, se adentraba en "des de eternidad bastante enormes para el ojo del hombre".

En la obra del artista tienen que señalarse los monotipos completados desde 1793, entre los que resalta Nabucodonosor (1795, Tate Gallery, Londres). En el régimen de este tema, en que un hombre desdichado padece la transformación en un animal, el artista expone alguna frialdad estructurada en frente de lo irreal. En esta obra se aprecian los elementos mucho más propios del estilo de Blake: el predominio del dibujo sobre el color, el recurso a los contornos ondulantes que proporcionan a las figuras ritmo y vitalidad, la simplicidad monumental de sus formas afinadas y la gestualidad de profundo dramatismo.

Blake empleó técnicas novedosas de grabado y también impresión, como el grabado a la acuarela en color o miniaturas impresas. Para el artista, el artículo y las ilustraciones debían constituir un todo. Cabe resaltar sus ilustraciones de el Libro de Job; la Divina Comedia de Dante o El Paraíso perdido de Milton. Ilustró asimismo sus libros: Los cantos de inocencia, impresos por vez primera en 1789, y Los cantos de experiencia, en 1794. En ellos combina fabulosamente artículo y también imagen con una técnica que se sobrepone al aguafuerte y al acabado a mano, estableciendo una íntima fusión entre el planeta de las ideas y el de los estímulos perceptibles. A Blake le interesaba expresar el planeta mediante las conmuevas, alén de la razón, pero esa cualidad de "visionario" en Blake no fue mucho más que una fuerza mística y espiritual.

La mayor una parte de los escritos de William Blake fue publicada en una manera que él mismo inventó y comenzó a usar hacia 1788. Con arreglo a este procedimiento de illuminated printing (impresión miniada), el artículo y sus ilustraciones eran trasladados en sentido inverso encima de planchas de cobre con una substancia no variable por la acción de los ácidos (una suerte de barniz); entonces estas eran grabadas como un aguafuerte hasta el momento en que, para finalizar, toda la ilustración adquiría relieve. Después se conseguían con esto los grabados, que después el artista alumbraba de forma delicada a la acuarela, con lo que todas las copias tenía una individualidad propia.

Hacia 1793, Blake Introdujo una modificación en el trámite original: el "woodcutting on copper" (talla sobre cobre), usado adjuntado con el otro procedimiento en prácticamente todas las proyectos impresas desde aquella fecha. En tal sistema la plancha era cubierta al comienzo con un fondo; las partes que debían ser grabadas, esto es los contornos del dibujo, eran sacadas con un instrumento puntiagudo; entonces se quitaba el fondo en el espacio designado al artículo, que era llevado sobre el metal como en el otro trámite y, por último, se grababa todo el cobre a través de el ácido. Sólo en ciertas proyectos de Blake se usó el procedimiento corriente de grabado.

La personalidad de William Blake resultaba bastante inusual para que pudiese ser incluida en la tradición inglesa y realizar escuela (siquiera en pintura tuviera algún fan, como Samuel Palmer). Con todo, desde su revalidación en 1863 por obra de los prerrafaelistas, conoció una amplia y extensa fortuna póstuma. Como poeta, Las bodas del cielo y del infierno es su obra mucho más difundida. Revela una clara predominación de Swedenborg, y es una mezcla de visiones apocalípticas y de aforismos sibilinos.

A pesar de que la visión de hoy, tras los adelantos del psicoanálisis y la antropología, deja entrar a la obra de Blake de otra manera, esta prueba una sabiduría excepcional que se identifica por reflejar la obscuridad de lo inalcanzable. Como otros contemporáneos, William Blake descubrió las grietas y lagunas que la Ilustración dejaba de lado frente cuestiones de enorme trascendencia, y espetó su especial alegato con una consistencia profética y una energía premonitoria que lo transformaron en una figura clave de cara al desarrollo de la poética romántica.

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