Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la relevancia que detentó William Adolphe Bouguereau en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo en el tiempo en que estuvo en la tierra fue determinante no sólo para las personas que conocieron a William Adolphe Bouguereau, sino que tal vez dejó una señal mucho más honda de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a William Adolphe Bouguereau en persona.William Adolphe Bouguereau ha sido uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Vida y Biografía de William Adolphe Bouguereau
(La Rochelle, 1825-1905) Pintor francés. William Adolphe Bouguereau encarnó el modelo de artista académico clásico, extraño a cualquier aire de renovación y también imbuido por el ideal de hermosura tradicional, que llevó a sus cuadros con deliciosa técnica y meticuloso acabado, en equilibradas y evocadoras creaciones de temática idealizada. Junto con Alexandre Cabanel lideró el arte oficial, disfrutó de un destacable éxito y popularidad en su época y efectuó varios pedidos para el gobierno.
Fue acólito entre 1838 y 1841 de Louis Sage, que había tenido como profesor a Jean Auguste Dominique Ingres. En 1841 su familia se trasladó a Burdeos, y Bouguereau empezó el año siguiente a ayudar a la Escuela Municipal de Dibujo y Pintura, con Jean-Paul Alaux como instructor. Ganó un premio en 1844 y decidió ocuparse profesionalmente a la pintura; sin embargo, no tenía medios de establecerse en París, tal es así que de 1845 a 1846 pintó retratos para reunirlos. También trabajó, durante la noche, como contable para un comerciante de vinos. Por fin, en 1846 entró en la Escuela de Bellas Artes de París, en el estudio de François-Edouard Picot, de estilo precisamente académico. Una de sus pinturas de entonces fue Igualdad (1848).
En 1850 ganó el Grand Prix de Roma por el cuadro Zenobia descubierta por pastores a riberas del río Araxes. Ese mismo año se estableció en esta localidad, en la Villa Medici. Allí continuó hasta 1854, aprendiendo de Jean Alaux y Victor Schnetz, y estudió en hondura la pintura de Giotto; asimismo le interesaron las proyectos de múltiples pintores renacentistas italianos.
De regreso a Francia, exhibió en el Salón de Pintura de París de 1854 El triunfo de la mártir. Pintado en Roma en 1853, su tema era el traslado del cuerpo de Santa Cecilia a su sepulcro en la catacumba de su nombre, y tenía ahora todas y cada una de las especificaciones de su pintura: bocetos iniciales en óleo, colores moderados, figuras en posiciones tradicionales. En 1856 consiguió un encargo del gobierno francés para colorear Napoleón III visitando a las víctimas de la inundación de Tarascón de 1856. También pintó La danza (1850), Amor fraterno (1851), El baile (1856), Primavera (1858) y El día de Todos los Santos (1859).
En 1859 decoró en parte la capilla de San Luis de la iglesia parisina de Santa Clotilde: bajo la dirección de Picot, representó múltiples situaciones de la vida del rey Luis IX de Francia. Continuó además de esto mandando cuadros al Salón de París; el de 1865, Familia indigente, significó la adopción de temas populares, si bien siempre y en todo momento idealizados. En 1867 efectuó la decoración del techo de las capillas de San Pedro y Pablo y de San Juan Bautista de la iglesia de San Agustín (París). En 1869 logró lo propio en el techo de la Sala de Conciertos del Gran Teatro de Burdeos. Otros cuadros de esta época son Descanso en Harvest (1865), El retorno de la primavera (1866), Ofrecimiento de gracias (1867), Arte y literatura (1867) y Chica tejiendo (1869).
Dedicado además de esto a la enseñanza en la Academia Julian de París desde 1875, en los años setenta dio a sus pinturas mayor iluminación (por servirnos de un ejemplo, en Ninfas y sátiro, de 1873); en varios de ellas incluyó figuras infantiles (Recorrido en burro, 1878). De 1881 a 1889 se ocupó singularmente en la decoración, con situaciones de la vida de Jesucristo, de la Capilla de la Virgen en la iglesia de San Vicente de Paúl (París). Al mismo tiempo efectuó otros cuadros, como Baco joven (1884). En 1888 fue nombrado instructor de la École des Beaux-Arts de París, pero continuó pintando hasta su muerte. Se dedicó asimismo al retrato (Aristide Boucicart, 1875).
Otras pinturas la década de los setenta fueron El primer beso (1873), Cupido (1875), El misterio (1876), Joven con niño (1877), Regreso de Harvest (1878), Alma llevada al cielo (1878), Caridad (1878), Descanso (1879) y El nacimiento de Venus (1879). De los años ochenta de ahora en adelante pintó Corona de flores (1884), Pastora (1889), Pequeña pastora (1891), Invasor del reino de Cupido (1892), Inocencia (1893), El rapto de Psique (1895), Joven pastora (1895), La Virgen con los ángeles (1900), Joven sacerdotisa (1902) y La Virgen de las Rosas (1903).
Su notable obra (mucho más de setecientos cuadros) era característicamente académica: técnica refinada para los varios bocetos anteriores, buen acabado (que cuidaba con esmero), colorido variado y temática narrativa y sentimental desde una visión tradicional. Fue habitual en Francia y en la corte de Napoleón III, pero quedó en cierta manera ajeno a raíz del creciente aprecio por nuevos estilos como el impresionismo, al que raramente había vetado para el Salón de París por estimar que a los cuadros de ese estilo les hacía falta acabado. Ello no impidió que sus lonas fuesen adquiridas en enorme número por coleccionistas americanos y también ingleses. Los investigadores del arte recientes lo piensan un pintor decimonónico esencial. Muy trabajador y métodico, asistió a varios pintores jóvenes a proseguir con su trayectoria artística.
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