Apreciar las luces y las sombras de las personas relevantes como Wilhelm Koppers, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo fundamental para que seamos capaces de valorar no sólo la vida de Wilhelm Koppers, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Wilhelm Koppers, gentes a quienes de de una forma u otra Wilhelm Koppers influyó, y desde luego, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Wilhelm Koppers.
Vida y Biografía de Wilhelm Koppers
(Menzelen, 1886 - Viena, 1961) Etnógrafo alemán. Misionero en la Tierra del Fuego (1921-1922) y en la India (1938-1939), desde 1928 dio clases de etnología en Viena. Fue directivo de las gacetas Anthropos y Wiener Beiträge zur Kulturgeschichte und Linguistik y es creador de esenciales trabajos sobre los ciclos de las civilizaciones.
Educado en los seminarios de la orden misionera Societas Verbi Divini de San Miguel (en Steyl, Holanda) y de San Gabriel (en Mödling, Austria), Wilhelm Koppers ingresó en la orden en 1901, y fue ordenado sacerdote en 1911. Impedido por su salud de ocuparse a una tarea misionera, estudió teología y filosofía en Roma (1911-1912), especializándose entonces en etnología y sánscrito en la Universidad de Viena, donde se doctoró en 1917. Empezó a desempeñar tareas enseñantes en tal facultad en 1924 y 4 años después pasó a ocupar allí la cátedra de etnología. Había sido alumno del padre Wilhelm Schmidt en el seminario de San Gabriel, cooperando después con él en la dirección de la gaceta Anthropos a lo largo de dieciocho años.
Adherido al comienzo a la teoría difusionista de los "círculos culturales" ("Kulturkreise"), de la que Schmidt fue entre los máximos exponentes, hacia 1930 comenzó a distanciarse de ella para preconizar un procedimiento comparativo histórico susceptible de ser aplicado a la evaluación de cualquiera fenómenos culturales en cualquier periodo histórico, y que dejara detallar la oportunidad de desarrollos paralelos o de procesos de difusión cultural. Sirviéndose de ese enfoque, trató de argumentar el origen del estado y de elaborar una interpretación de las primeras etapas de avance popular de la raza humana en su grupo, sobre principios universales y con fundamento histórico.
Se interesó singularmente por el papel del sujeto en la sociedad primitiva, y estudió los pueblos cazadores y colectores, haciendo trabajos de campo en Tierra del Fuego (1920-1921) y en la India central (1938-1939). Durante 2 periodos (1929-1938 y 1945-1957) fue presidente del Institut für Völkerkunde de la Universidad de Viena, desarrollado en decisión correcta merced a sus sacrificios por dividir institucionalmente la etnología de los estudios de antropología física; bajo su dirección, el centro se transformó en entre los mucho más relevantes de Europa. De entre sus proyectos, cabe refererir Los bhil de la India central (Die Bhil in Zentralindien, 1948) y El hombre primitivo y su planeta (Der Urmensch und sein Weltbild, 1949).
El hombre primitivo y su planeta es un caso de muestra muy sugestivo de correlación cultural y de síntesis orgánica entre etnología y prehistoria, aplicadas al estudio del "planeta" y de la "forma de pensar" del hombre primitivo, comprendido tanto en el sentido prehistórico como en el etnológico (primitivos recientes). Después de una introducción metodológica, el creador menciona a ciertas cuestiones de paleontología humana enlazadas a los orígenes y a las etnias primitivas de la raza humana. Seguidamente, coteja las industrias prehistóricas con las etnias estudiadas por los seguidores del procedimiento histórico-cultural. A la luz de estos datos, el planeta primitivo se le muestra "espiritualmente íntegro", esto es, ni degenerado, ni bestial, ni "salvaje". Algunas prácticas rituales anormales, como el canibalismo, la esclavitud y el sacrificio humano, son verdaderamente "secundarias", similares con etnias ahora muy complicadas. Al final de la obra, Koppers menciona a la relevancia de estos descubrimientos en el campo de la crónica de las religiones, con atención particular al inconveniente del monoteísmo primitivo.
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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de una persona como Wilhelm Koppers, que detentó su relevancia en un momento histórico concreto, es vital intentar ofrecer un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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