La historia de las civilizaciones la narran las personas quea lo largo de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado quela sociedad, de un modo u otro,prospere.
Las biografías y las vidas de personas que, como Wilhelm Keitel, atraen nuestra atención, deben servirnos en todo momento como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Wilhelm Keitel, el motivo por el cual Wilhelm Keitel vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
Vida y Biografía de Wilhelm Keitel
(Hanover, 1882 - Nuremberg, 1946) Mariscal alemán. Capitán del Imperio alemán en la Primera Guerra Mundial y prominente mando del ejército a lo largo de la República de Weimar, abrazó la ideología nazi y en la Segunda Guerra Mundial fue un leal colaborador de Hitler. Acusado de crímenes de guerra, fue sentenciado a muerte en los juicios de Nuremberg.
Hijo de un dueño terrateniente de Brunswick, Keitel recibió solo una educación elemental y fue un estudiante mediocre. Demostró a lo largo de su juventud una enorme sabiduría y gusto por los caballos y la caza y, como varios jóvenes de su generación, próximamente se sintió atraído por el poderoso ejército del nuevo Imperio alemán y tomó la carrera militar. Ingresó en el 46º Regimiento de Artillería de Prusia en 1901, y por año siguiente, como segundo lugarteniente, probó unas buenas talentos de organización al encargarse de todos y cada uno de los puntos relativos a la movilización.
Durante la Primera Guerra Mundial Keitel fue movilizado adjuntado con su regimiento, con el rango de capitán, y en el mes de septiembre de 1914 fue herido de metralla, si bien no de gravedad. Cuando regresó a sus obligaciones fue nombrado comandante de su batería y en el tercer mes del año de 1915 recibió el nivel de general. Es de resaltar que Keitel no accedió a la plana mayor a través del conducto regular del ejército prusiano, sino más bien gracias a sus talentos de trabajo y organización. Primero recibió bajo su mando la XIX División de Infantería de Reserva (1916-1917), y entre 1917 y 1918 se puso adelante de la 199ª División de Infantería, sirviendo en Flandes. Regresó al Estado Mayor en Berlín en el mes de diciembre de 1917. Muy a su pesar, Keitel fue obligado por los amotinados a desplegar la bandera roja de la revolución en el final de la guerra, en el momento en que él procuraba negociar los datos de la rendición de su regimiento.
Tras la guerra ingresó en el conjunto de terroristas de extrema derecha Freikorps, comprometido en la frontera de Polonia a lo largo de 1919. Pero próximamente aceptó la convidación de Hans von Seeckt de ser parte del ejército de cien.000 hombres que el Tratado de Versalles dejó preservar a la República de Weimar. Con el rango de coronel formó una parte del órgano ejecutivo que reemplazó el Gran Estado Mayor del desaparecido Imperio alemán. Entre 1929 y 1932 fue instructor de la Escuela de Caballería de Hanover y después sirvió en el VI Regimiento de Artillería. Durante este periodo, que duró hasta 1933, Keitel pasó largas temporadas en la Unión Soviética, construyendo tácticas y probando equipamientos en conjunción con el Ejército Colorado.
Cuando el 30 de enero de 1933 el mariscal Hindenburg, presidente de la República, nombró a Adolf Hitler canciller, Wilhelm Keitel no se sintió feliz, pero el presidente de la República era por su parte jefe de las fuerzas armadas y el general acató la orden. Un tiempo de indecisión se abrió frente él en el momento en que en el mes de octubre de 1933 fue impulsado a general en jefe; un año después fue nombrado comandante de la futura 22ª División de Infantería, que se se encontraba formando en misterio en Bremen.
Durante este periodo, Keitel experimentó de manera directa la fricción creciente entre el ejército y las SA (Partes de Asalto, construídas en el seno del partido nazi como conjuntos de acción contra la oposición política), formadas ahora durante más de un par de millones de hombres. No propuso objeción alguna al asesinato de los líderes de las SA en la conocida Noche de los cuchillos largos (30 de junio de 1934). Ya antes de aquella fecha, la opinión de Keitel hacia Hitler se había transformado en una profunda admiración, que sostendría a lo largo de todo el resto de su historia.
En 1935 Wilhelm Keitel fue puesto adelante de la Oficina de las Fuerzas Armadas (Wehrmachtsamt), con jurisdicción sobre los tres cuerpos del ejército. La caída posterior de en general como Von Blomberg y Von Fritsch, mucho más fieles al ejército que a Hitler, permitió a Keitel entrar al círculo privado del führer. En febrero de 1938 Keitel fue nombrado jefe de la recién construída OKW, con el comando unificado de las fuerzas armadas. Desde esa situación logró que el führer nombrase comandante en jefe de la armada al general Von Brauchitsch. A partir de esa época (primavera de 1938) Keitel desarrolló las ocupaciones por las que entonces sería acusado de crímenes de guerra, de manera especial de planear y hacer una guerra combativa y menospreciar la paz y los derechos humanos.
Keitel planeó las campañas contra Polonia, Dinamarca, Noruega y los Países Bajos, y a lo largo de la Segunda Guerra Mundial fue, adjuntado con Alfred Jodl y Walther Warlimont, entre las figuras mucho más señalada de la OKW. Leal fan de la política de Hitler, se incluyó entre esos que creían que era el "mejor general de siempre" y emitió documentos premeditados a las SS y la Gestapo con órdenes para el exterminio de los judíos en Polonia. En 1940 fue impulsado a mariscal de campo y recibió de Hitler el encargo de planear la campaña contra Rusia.
En ella Keitel no usó ninguna restricción y prosiguió las ordenes nazis, ordenando la desaparición de los presos marxistas (mayo de 1941), de los trabajadores en huelga y emitiendo órdenes que absolvían a soldados de crímenes de guerra en las campañas contra los eslavos. En julio de 1941 firmó la orden que dejó a Heinrich Himmler establecer sus programas raciales en la Unión Soviética. Keitel jugó un considerable papel en la opresión que prosiguió al intento de golpe para derrocar al gobierno del coronel Von Stauffenberg contra Hitler (20 de julio de 1944), impidiendo que se cumplieran las órdenes de los maquinadores de Berlín.
Tras el derrumbamiento del III Reich, Keitel escapó a Holstein con su aparato, y allí fue detenido por los británicos esperando de ser juzgado en Nuremberg. En el juicio aceptó su compromiso en los crímenes de que se le acusaba, lo que complicó la tarea de la defensa. Keitel adujo que solo cumplía órdenes y que jamás tomó resoluciones, y solo solicitó ser fusilado como correspondería a un militar de su rango; le fue rechazado y murió en la horca. Su autobiografía, En Servicio del Reich, fue publicada tras su muerte.
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