Werner Jaeger

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la trascendencia que atesoró Werner Jaeger en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo en el tiempo en que permaneció en este mundo fue determinante no sólo para quienes trataron a Werner Jaeger, sino que posiblemente dejó una huella mucho más profunda de lo que podamosimaginar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Werner Jaeger de modo personal.Werner Jaeger fue uno de esos seres humanos que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Werner Jaeger, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Werner Jaeger, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Werner Jaeger, gentes a quienes de un modo u otro Werner Jaeger influenció, y indudablemente, comprender y entender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Werner Jaeger.

Vida y Biografía de Werner Jaeger

(Lobberich, 1881 - Boston, 1961) Historiador y filólogo alemán que efectuó contribuciones escenciales al conocimiento de la filosofía griega. Fue instructor en Berlín hasta 1934; se exilió a Estados Unidos en el momento en que el nazismo tomó el poder en su país, y desde ese momento desarrolló su tarea enseñante en las universidades de California, Chicago y Harvard. Relevante estudioso de la Grecia tradicional, es creador de Aristóteles (1923), Paideia (1934) y La teología de los primeros pensadores helenos (1948).

Las indagaciones de Werner Jaeger sobre el pensamiento de Aristóteles lo hicieron internacionalmente popular, y sus trabajos sobre los pensadores presocráticos (desde Tales de Mileto y Pitágoras hasta Heráclito y Parménides) y sobre la evolución de las ideas aristotélicas tuvieron una predominación definitiva sobre los estudios y el saber de la filosofía griega y sobre la historia vieja de Grecia por norma general. Sus primordiales proyectos (ciertas de ellas publicadas en un inicio en alemán, otras en inglés) son Historia de la evolución de la metafísica de Aristóteles (1912), Aristóteles. Fundamentos de una historia de su avance (1923), Diocles de Caristo (1938), Paideia. La capacitación del hombre heleno (1933-1947), Humanismo y teología (1943), La teología de los primeros pensadores helenos (1948) y Cristianismo primitivo y paideia griega (1961).

De los títulos convocados es necesario resaltar Aristóteles. Fundamentos de una historia de su avance (Berlín, 1923), obra que puede considerarse como la mayor revolución que hizo la filología actualizada en el campo de los estudios aristotélicos. Su singularidad, y su mérito primordial, consisten en haber sustituido el estudio sistemático del "corpus aristotelicum" por una investigación genético-evolutivo del que se desprende que Aristóteles no fue exactamente el pensador de un solo sistema, como siempre y en todo momento se había creído, sino venía construyendo de manera continua su pensamiento desde su primera producción (que se remonta a los años en que todavía vivía Platón) hasta las proyectos del último periodo ateniense. La característica primordial de esta evolución en la filosofía de Aristóteles fue la de un progresivo alejamiento del platonismo y de una progresiva adquisición de un procedimiento empírico-científico y de una visión inmanente.

El ensayo de Jaeger está dividido en tres partes, de las que la primera estudia el periodo en que Aristóteles estaba todavía en la Academia de Platón. La segunda se enfoca los años de viaje de Aristóteles a Asso y a Macedonia, y la tercera se encarga de la temporada de su magisterio en Atenas, que fue el periodo definitivo de la producción aristotélica. El primer periodo se identifica por el fuerte influjo ejercido sobre el pensamiento aristotélico por Platón y las discusiones de la Academia. La obra platonizante mucho más destacable es la Ética a Eudemo; le prosigue a corta distancia el Protréptico, asimismo muy influido por el pensamiento platónico, pero que acusa ahora alguna independencia respecto a Platón.

La segunda una parte de la obra, destinada al estudio de la producción de Aristóteles en sus "años de viaje", es, con justicia, la mucho más conocida y la que ha ejercido mayor predominación en los estudios siguientes. Jaeger empieza aprendiendo el tratado De la filosofía, que es la primera obra donde Aristóteles se encara con la doctrina platónica de las ideas, si bien sin desvincularse totalmente del platonismo. Pero la sección más esencial de esta segunda parte es la dedicada al estudio de la Metafísica aristotélica. Jaeger revela la presencia, en la célebre obra aristotélica, de una superposición de redacciones consecutivas, con cuya distinción puede trazarse una historia evolutiva del pensamiento metafísico de Aristóteles. Por medio de un examen analítico llega a saber que el libro mucho más viejo de la Metafísica (salvo ciertas interpolaciones siguientes) es el libro XII, llamado "libro teológico", y que la parte mucho más actualizada la forman los libros aplicados a la doctrina de la substancia, esto es, los libros VII, VIII y IX.

El mismo método genético-evolutivo lo aplica Jaeger al estudio de la ética, de la política y de la física de Aristóteles. Entre sus desenlaces mucho más visibles está la demostración de que la Ética a Eudemo es obra auténticamente aristotélica y no espuria como normalmente se creía gracias a su carácter mucho más platonizante que el de la Ética a Nicómaco. Demuestra Jaeger que la variedad de tono y de contenido de ámbas proyectos hay que no a que solo una de ellas sea genuina, sino más bien a que forman parte a 2 periodos distintas de la producción aristotélica. Por último, la parte final de la obra estudia la organización de la enseñanza ateniense de Aristóteles. A pesar de que, más que nada por obra de la llamada "escuela de Lovaina", se haya intentado y se prosiga tratando invalidar el procedimiento genético introducido por Jaeger en los estudios aristotélicos, en el planteo de su procedimiento, si no en todas y cada una de sus proposición, el Aristóteles de Jaeger todavía es el punto ineludible de partida para los estudios aristotélicos.

Al lado de la previo, debe destacarse en la producción de Werner Jaeger una ambiciosa obra en tres volúmenes: Paideia. La capacitación del hombre heleno (Paideia. Die Formung des griechischen Menschen, 1933-1947), traducida como Paideia. Los idóneas de la civilización griega. El primer volumen entiende 2 libros: Los orígenes helenos y Apogeo y crisis del espíritu ático. El segundo volumen tiene dentro la sección primera del tercer libro: La edad de los enormes formadores y de los sistemas de cultura, y el tercer volumen tiene dentro su segunda parte.

En el primer volumen, que estudia el origen del pensamiento ético-pedagógico heleno desde Homero hasta los sofistas (Protágoras, Gorgias), Jaeger asegura y revela ciertos conceptos que han venido a ser entonces escenciales en la historiografía posterior. Ante todo, reconoce la enorme predominación creada en la aparición del pensamiento heleno por la ciencia y por la especulación cosmogónica oriental, que fueron entonces superadas por el planeta heleno en su sistematización lógica; consecuentemente, mantiene una interpretación religiosa de las concepciones morales de todo el mundo heleno hasta el siglo V, centradas en el ideal de la "sofrosyne" y en el precepto del "conócete a ti". Esta interpretación religiosa acaba en la capacitación del término de "sofos", atribuido a los pensadores helenos, por el que la filosofía se presentaba como iniciación de elevación a lo divino.

El segundo volumen entiende 2 partes: la primera vuelve a construir el pensamiento y la enseñanza de Sócrates; la segunda, de peso considerablemente mayor, estudia al primer Platón, hasta la redacción de la República. Para Jaeger, la actitud de Sócrates al enfrentar el inconveniente ética no fue solo la de la profecía y el sermón, sino la exhortación a "cuidarse del alma" se ejercitó y actuó en el ahínco de capturar la esencia de la moralidad por fuerza del "logotipos", y esto lo trata de evaluar poniéndose en conexión con el planteo clásico que de la cuestión socrática había dado en el pasado siglo Schleiermacher.

El estudio del primer Platón está elaborado con un método sistemático. Jaeger está seguro de que los diálogos juveniles y la República forman un bloque unitario en el pensamiento de Platón, y que el primer libro de la República representa la mediación entre los diálogos juveniles y la República misma. Por consiguiente, adelanta y pone primero el examen de los diálogos juveniles como introducción al estudio de la República. Implantada así, unitariamente, esa una parte del tratado, Jaeger exhibe que todos y cada uno de los primeros diálogos platónicos viran en torno al inconveniente de cuál es la esencia de la "areté" (virtud), al paso que el concepto de El Banquete sería el de distinguir la individualidad natural de la raza humana superior; combate entonces la fecha bastante precoz del Protágoras aprendiendo su vínculo ideal con el Gorgias.

Jaeger dedica tres extensos episodios al examen de la República. Oponiéndose a la proposición protegida por Theodor Gomperz, según la que la trama del diálogo sería solo el motivo para desarrollar los inconvenientes platónicos escenciales, Jaeger asegura, por contra, que el concepto primordial de la República sería el interés por el alma, al tiempo que todos los otros inconvenientes de la obra derivarían de este; aun la teoría del conocimiento no sería sino más bien derivada respecto a la de la "paideia" (educación o capacitación) del alma. En cuanto a la fecha de redacción, y en polémica con A. Y también. Taylor, Jaeger niega la hipótesis de una primera edición de la sección primera de la República, aseverando en cambio la proposición de que los conceptos expresados por Platón en los diálogos "fueron recurrentemente expuestos y discutidos de viva voz en su escuela y deben salir escritos al público".

Un concepto platónica que Jaeger ilustra especialmente es la de una "tyje" dividida que él proviene de las Epístolas (dando por supuesta su vericidad) y cuya efectividad exhibe asimismo en la República. El tercer volumen está destinado a tres figuras escenciales de la pedagogía y de la ética de los helenos: el segundo Platón, Isócrates y Demóstenes. Hay un capítulo sin dependencia destinado a la medicina griega como "paideia", en el que se estudia la medicina, en el cuerpo pseudohipocrático, desde la perspectiva de su función cultural. El creador exhibe un interés particular por la infeliz experiencia de política activa efectuada por Platón frente al tirano de Siracusa, la que se refleja tanto en la conocida Epístola VII como en Las leyes. Aun siendo menos revolucionaria en sus desenlaces historiográficos que Aristóteles. Fundamentos de una historia de su avance, pieza maestra del creador, Paideia todavía es un considerable punto de referencia para todo estudio sobre la pedagogía y, en ciertos puntos, sobre la ética griega.

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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de alguien como Werner Jaeger, que tuvo su importancia en una época concreta, es vital tratar de mostrar una visión de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

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