La historia del mundo la escriben aquellos hombres y mujeres queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado quela sociedad, de un modo u otro,progrese.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la trascendencia que tuvo Wenceslao Fernández Flórez en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en la tierra fue determinante no sólo para las personas que frecuentaron a Wenceslao Fernández Flórez, sino que a caso dejó una señal mucho más insondable de lo que podamosconcebir en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Wenceslao Fernández Flórez de forma personal.Wenceslao Fernández Flórez fue uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Wenceslao Fernández Flórez, atraen nuestra curiosidad, tienen que ayudarnos siempre como punto de referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Wenceslao Fernández Flórez, el motivo por qué Wenceslao Fernández Flórez vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inexorable, la historia.
(La Coruña, 1879 - Madrid, 1964) Escritor español que cultivó en sus novelas, cuentos y productos periodísticos un humorismo cargado de crítica popular. Se inició como periodista y consiguió popularidad mediante una sucesión de crónicas parlamentarias tituladas Acotaciones de un oyente, que efectuó para el períodico madrileño ABC entre 1915 y 1934.
Sus primeras novelas se centran en la descripción de la vida provinciana gallega a través de un enfoque naturalista en el que no falta la nota melancólica. Entre ellas resaltan La procesión de los días (1914) y Volvoreta (1917). Con Ha entrado un ladrón (1920) empieza a entrenar un humorismo escéptico que va a ser propio de producciones siguientes como El misterio de Barba Azul (1923), Relato inmoral (1928), El maligno Carabel (1931) y El hombre que adquirió un automóvil (1932).
Sin embargo, su libro mucho más ambicioso es Las siete columnas (1926), fantasía alegórica según cuya curiosa proposición el planeta sería atrapado por un mortal aburrimiento si no lo sostuvieran los siete errores capitales, motores que impulsan las compañías humanas. En los años de gobierno republicano y a lo largo de la guerra civil de españa, el creador se decantó por la sátira política de inspiración conservadora, con títulos como Aventuras del caballero Rogelio de Amaral (1933), Los trabajos del detective Ring (1934) y Una isla en el mar Rojo (1939).
El gusto por una comicidad fundamentada en la deformación de los hechos y orientada por una intención crítica es el aspecto mucho más destacable de Fernández Flórez, que abordó las ideas de avance, liberalismo y democracia guiado por su visión fatalista de todo el mundo. Después de la guerra publicó El bosque animado (1943), novela donde recobró los niveles rurales de su Galicia natal. También son visibles los cuentos de Las lentes del demonio (1918) y Visiones de neurastenia (1924), donde su humor cáustico reluce concentrado en los límites de la narración corto.
Si bien su escritura rechazó toda clase de experimentación, la ironía mordaz de su estilo tiene una enorme lozanía. Ante el tono y el espíritu de nuestro creador, se mencionó, por comparación, de la humana cordialidad de Charles Dickens y de la ironía incrédula de Anatole France. La obra de Wenceslao Fernández Flórez participa del mismo intento de superación del realismo que, por diferentes caminos, ensayaron los primordiales autores de su generación: Benjamín Jarnés, Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala.
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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son en todos los casos importantes, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de un ser como Wenceslao Fernández Flórez, que tuvo su relevancia en un momento histórico concreto, es imprescindible intentar ofrecer un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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