La historia universal la narran las personas quea lo largo del tiempo, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho queel género humano, de una forma u otra,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la relevancia que detentó Vicente Rocafuerte en la historia. Cómo vivió y las cosas que hizo en el tiempo en que permaneció en este mundo fue determinante no sólo para quienes conocieron a Vicente Rocafuerte, sino que a lo mejor dejó una señal mucho más vasta de lo que podamosconcebir en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Vicente Rocafuerte de modo personal.Vicente Rocafuerte ha sido uno de esos seres humanos que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Vicente Rocafuerte, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo básica para que podamos poner en valor no sólo la existencia de Vicente Rocafuerte, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Vicente Rocafuerte, gentes a quienes de un modo u otro Vicente Rocafuerte influenció, y desde luego, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Vicente Rocafuerte.
Vida y Biografía de Vicente Rocafuerte
(Guayaquil, Ecuador, 1783 - Lima, 1847) Escritor, político y diplomático ecuatoriano, presidente de la República desde 1834 hasta 1839. Fue entre las figuras mucho más importantes de la historia del Ecuador, a quien se tienen que las bases orgánicas de esta República.
Su acomodada situación económica y las provechosas relaciones familiares le dejaron partir a Europa en 1793 para proseguir sus estudios, después de haber efectuado los primeros en el seno familiar. Así ya que, a la edad de diez años abandonó Guayaquil y se dirigió al instituto de Nobles Americanos de Granada, España, institución en la que decidió abrazar la carrera militar. Tiempo después complementó su capacitación humanística en el instituto de Saint-Germain, en Francia.
En esta institución estudió lenguas tradicionales y modernas, condición que le dejó leer múltiples autores tradicionales en su idioma original. En Francia alternó con la nobleza napoleónica y con intelectuales y políticos de la temporada, como Simón Bolívar, Carlos Montúfar, Alejandro Humboldt y Amado Bonpland, entre otros muchos.
De regreso a su país, entabló relaciones con los próceres del diez de agosto de 1809 de Quito y fue escogido alcalde de Guayaquil. En 1813 participó como Diputado por Guayaquil en las Cortes de Cádiz. Al negarse a formar parte en el besamanos al rey Fernando VII, fue decretado su arresto, del que ha podido huír refugiándose en Francia. Aprovechó entonces para recorrer toda Europa, incluida Rusia.
En 1816 logró viajar para La Habana, y de allí pasó a Guayaquil, donde se dedicó a reparar sus temas y a ofrecer clases de francés, imponiendo a sus estudiantes la lectura de autores franceses de corte innovador. Para agradar a su madre, que no deseaba que su hijo se implicase en inconvenientes políticos, en 1819 se trasladó a Lima. Allí se dedicó al negocio del tabaco. Posteriormente pasó a Cuba, donde trabajó como periodista.
En 1820 viajó nuevamente a España, probablemente en misión segrega de Bolívar, para darse cuenta con seguridad de la situación en la península. A partir de 1822 se documenta su participación en la pelea contra el general Agustín de Iturbide en México, y después como diplomático de este país frente Estados Unidos, Dinamarca y Hannóver, pero más que nada frente Londres. Allí creó el jornal Ocios de unos emigrados españoles en Londres, en el que intervenía un conjunto de liberales españoles.
En 1829 regresó de nuevo a México, pero se negó a ayudar con el presidente Anastasio Bustamante por el hecho de que había depuesto al legítimo presidente, el general Vicente Guerrero. Por esta razón se le negó el pasaporte para continuar viaje a Guayaquil. Ante el inminente combate espiritual que se atisbaba en el norte de México, escribió Ensayo sobre la tolerancia religiosa, por el que fue apresado y sometido a juicio, del que fue proclamado inocente. Otra obra literaria, El Fénix de la independencia, le mereció de nuevo mes y medio de arresto.
Por último ha podido dejar México y llegar a Colombia. Allí mantuvo una agria entrevista con Simón Bolívar (que para entonces ahora era "usurpador"), de manera que el Libertador escribió al presidente del Ecuador, Juan José Flores, previniéndole contra Rocafuerte, por ser antimilitarista. En 1833 llegó a Guayaquil y se unió al conjunto "El Quiteño Libre", primer feto del partido que entonces lo escogería diputado por Pichincha al Congreso de 1833.
En este Congreso se concedieron facultades poco comúnes al Gobierno; Rocafuerte protestó enérgicamente, y Juan José Flores ordenó su atrapa y su destierro. Un conjunto de militares lo liberó y lo proclamó jefe del alzamiento militar de Guayaquil, lo que dio origen a una prolongada guerra civil. Flores logró achicar a Rocafuerte en la isla de Puná, pero lejos de ajusticiarlo -como todos aguardaban-, alcanzó un acuerdo con él y juntos se confrontaron a las fuerzas de Vadivielso.
El diez de septiembre de 1834, Rocafuerte fue ovacionado por el pueblo guayaquileño como presidente de la República, pero puso bajo el mando de Flores el ejército que había logrado conformar, y juntos lograron la victoria determinante en la guerra de Miñarica, cerca de Cuenca. El 31 de enero de 1834 fue proclamado Jefe Supremo del Estado en Quito y el 1 de febrero en Cuenca, con lo que se afianzó la unidad nacional cerca de su persona. En febrero convocó la Convención Nacional en Ambato, de la que excluyó al clero. Esto le valió la excomunión por la parte de la jerarquía eclesiástica, a la que él respondió con el destierro al Perú del Vicario y otros curas que se oponían a sus ideas.
En la presidencia
En agosto de 1835 fue escogido Presidente Constitucional, empezando de esta manera un periodo de 4 años que resultó uno de los mucho más fértiles en la historia del Ecuador. Su programa de gobierno reflejó no solo los intereses latifundistas de la Costa vinculados al comercio en todo el mundo, sino más bien asimismo los del resto zonas del país. Bajo esta visión consideró al trabajo productivo como compromiso del gobierno, en la medida en que este debía producir las condiciones primordiales tanto para la producción para la libre circulación de modelos de la agricultura y de la industria. En lo referente a la educación, creó la Dirección General de Estudios y creó múltiples establecimientos académicos, entre los que figura el primer instituto de mujeres; además de esto, reordenó los programas académicos de las universidades y asimismo sus cátedras.
Terminado su orden, regresó a la Gobernación del Guayas, donde continuó con su admirable administración administrativa. En 1843 participó en la Convención de Quito, que rehabilitó la Constitución admitiendo a Flores ser reelegido por seis años mucho más. Rocafuerte protestó enérgicamente contra lo que él consideraba "Carta de Esclavitud", y optó por exilarse en Lima. Desde allí atacó fuertemente al Gobierno de Flores en sus reconocidas Cartas al Ecuador, que contribuyeron claramente a terminar al régimen de Flores un par de años después. El nuevo Gobierno, predeterminado en 1845, lo envió como diplomático al Perú. De allí regresó para accionar como diputado en la Convención de Cuenca y como presidente del Senado en 1846. Murió siendo plenipotenciario del Ecuador en Lima.
Vicente Rocafuerte fue indudablemente entre los mucho más visibles pensadores de la América revolucionaria y uno de sus mucho más eficientes mandatarios. Hombre de sólida cultura, capaz y activo, en México desarrolló una esencial actividad intelectual correcta a la novedosa situación; en defensa de la República publicó Ideas primordiales a todo pueblo sin dependencia que desee ser libre; contra Iturbide, el Bosquejo muy, muy ligero de la revolución de México, desde el grito de Iguala hasta la proclamación imperial; sobre inconvenientes de las novedosas maneras de gobierno, El sistema colombiano habitual electivo y representativo es el que mucho más resulta conveniente a la América sin dependencia.
Otras proyectos suyas fueron Ensayo sobre las prisiones, el mencionado Ensayo sobre la tolerancia religiosa, Curso de filosofía ética, la serie de manifiestos A la nación y Ensayo político. Favoreció además de esto la publicación de varias proyectos de instrucción en el Nuevo Planeta. Más que liberal y librepensador, Rocafuerte fue más que nada un hombre de enorme sentido práctico que trató de impedir las graves secuelas del despotismo político y de la tolerancia religiosa.
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