La historia de la civilización la narran las personas queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela civilización, de una forma u otra,avance.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la trascendencia que tuvo Vicente Aleixandre en la historia. El modo en que vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que permaneció en el mundo fue determinante no sólo para quienes conocieron a Vicente Aleixandre, sino que posiblemente legó una huella mucho más profunda de lo que podamosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Vicente Aleixandre personalmente.Vicente Aleixandre ha sido una persona que, por alguna razón, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Comprender las luces y las sombras de las personas destacadas como Vicente Aleixandre, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo sustancial para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Vicente Aleixandre, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Vicente Aleixandre, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Vicente Aleixandre influyó, y indudablemente, conocer y descifrar cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Vicente Aleixandre.
Las biografías y las vidas de personas que, como Vicente Aleixandre, seducen nuestro interés, deben ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Vicente Aleixandre, el motivo por el cual Vicente Aleixandre vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inevitable, la historia.
Vida y Biografía de Vicente Aleixandre
(Sevilla, 1898 - Madrid, 1984) Poeta español, señalado integrante de la Generación del 27. Considerado entre los enormes versistas españoles del siglo XX, fue premiado con el Premio Nobel de Literatura en 1977.
Hijo de un ingeniero de ferrocarril, Vicente Aleixandre pertenecía a la burguesía media acomodada. Cuando tenía un par de años de edad, su familia se trasladó a Málaga, localidad a la que el poeta llama en su obra "el Paraíso", ya que en ella transcurrió su niñez. En 1909, la familia Aleixandre se instaló en Madrid, donde el futuro poeta cursó el bachillerato y, ahora en medio de una juventud, las carreras de Derecho y Comercio. Se especializó en Derecho Mercantil, materia que entonces enseñó como instructor en la Escuela de Comercio de Madrid (1920-1922).
Desde 1917, año en el que conoció a Dámaso Alonso en Las Navas del Marqués (un pequeño pueblo de Ávila en donde los dos veraneaban), Vicente Aleixandre se venía relacionando con los jóvenes de su generación que sentían inquietudes literarias. Gracias a los consejos de Dámaso, comenzó a leer a los enormes versistas del pasado reciente, como el romántico Gustavo Adolfo Bécquer y el modernista Rubén Darío; pero asimismo a otros autores extranjeros de enorme renombre, como los simbolistas franceses. Sintió, desde entonces, la necesidad de redactar poesía.
Estuvo dificultosamente enfermo en los años veinte, y, desde entonces, su salud fue muy frágil. Padeció una tuberculosis que le afectó un riñón y provocó que le tuviesen que extirpar este órgano. Mientras se recobraba de esta operación, escribió ciertos poemas que han comenzado a ofrecerle enorme popularidad hacia 1926, en el momento en que se dieron a conocer en entre las publicaciones culturales mucho más reputadas de la temporada: la Revista de Occidente. A partir de este reconocimiento literario, se realizó amigo de otros jóvenes versistas de la Generación del 27, como Federico García Lorca y Luis Cernuda.
Tras la guerra, Aleixandre (que fue entre los pocos autores de su generación que se quedó en España) continuó construyendo una trayectoria poética personal. En 1949 fue escogido integrante de la Real Academia Española, y desde ese momento fue el enorme profesor y asegurador de los jóvenes versistas españoles de la segunda mitad del siglo XX, que asistían a visitarle frecuentemente a su casa de Madrid, donde siempre y en todo momento había tertulias literarias y lecturas de versos. Murió siete años tras recibir un Premio Nobel con el que, según varios críticos, no solo se reconocía universalmente su obra, sino más bien la de toda la Generación del 27.
La poesía de Vicente Aleixandre
Vicente Aleixandre fue un poeta total, entregado de lleno al cultivo de la poesía. No escribió proyectos en otros géneros. Sus pocos contenidos escritos en prosa (en los que detalla a otros versistas y escritores que conoció) son tan poéticos como sus versos; y sus ensayos literarios son, en su mayor parte, escritos de encargo.
Sus primeras proyectos muestran exactamente las mismas huellas que prácticamente todos sus compañeros de generación: el pasado reciente (Bécquer y Darío), los enormes profesores vivos que les sirven como guías (Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado) y la vigorosa atracción de la Vanguardia (y, particularmente, del Surrealismo). En preciso, su primer libro, Campo (1928), tiene clara predominación de Juan Ramón Jiménez y se abre hacia la contemplación desde el interior.
En proyectos siguientes como Espadas como labios (1932) y Pasión de la tierra (1928-29), se apartó de la llamada poesía pura y adoptó la experiencia renovadora del surrealismo, con una visión panteísta de la naturaleza y un erotismo romántico. Aleixandre asimiló tan bien las técnicas y el estilo propios del surrealismo que, según varios críticos, fue el primordial poeta surrealista español. Esta misma línea prosigue La destrucción o el cariño (1935), que mereció el Premio Nacional de Literatura.
La cosmovisión de Aleixandre (que fué estudiada fabulosamente por el poeta y crítico Carlos Bousoño) cuaja de modo definitivo en Sombra del paraíso (1944), obra que une sus 2 temporadas de creación. Otras proyectos son Mundo en solitario (1950), que incluye poesías de 1934 y 1935, y Nacimiento último (1953), con contenidos escritos de 1927 hasta 1952.
Hacia 1954, comienza una exclusiva temporada con proyectos como En un extendido dominio (1962), Presencias (1965) o Retratos con nombre (1965). En ellas, su poesía se regresa mucho más simple y directa, menos cargada de adversidades surrealistas. La mirada del poeta es en este momento mucho más humana, se aproxima considerablemente más a las cosas diarias, al planeta que le circunda. Para el poeta, el hombre es un ser que padece, pero que sabe sobrellevar este padecimiento con dignidad y valentía.
En la tercera y última etapa de su poesía, Vicente Aleixandre se muestra como un hombre maduro que acepta la vejez y admite, con distinción, la cercanía ineludible de la desaparición. Los libros mucho más relevantes de este periodo de ecos metafísicos son Poemas de la consumación (1968) y Diálogos del conocimiento (1974). Ya póstuma hace aparición En enorme noche (1991), donde se recogen muchas creaciones nuevas. En prosa, es creador de Los encuentros (1958 y 1985), donde salva a escritores de múltiples temporadas, y de una compilación de cartas y productos llamada Prosas recobradas (1987).
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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos imprescindibles, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de alguien como Vicente Aleixandre, que tuvo su trascendencia en una época concreta, es indispensable intentar ofrecer una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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