Vasco de Quiroga

Ya sea inspirando a otros o siendo parte de la actuación. Vasco de Quiroga es uno de esos sujetos cuya vida, en efecto, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Vasco de Quiroga es comprender más acerca de época determinada de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la importancia que tuvo Vasco de Quiroga en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo mientras estuvo en el mundo fue determinante no sólo para quienes conocieron a Vasco de Quiroga, sino que quizá produjo una señal mucho más insondable de lo que podamossospechar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya nunca a Vasco de Quiroga en persona.Vasco de Quiroga fue una de esas personas que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Conocer las luces y las sombras de las personas significativas como Vasco de Quiroga, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa sustancial para que podamos apreciar no sólo la vida de Vasco de Quiroga, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Vasco de Quiroga, personas a quienes de un modo u otro Vasco de Quiroga influyó, y ciertamente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Vasco de Quiroga.

Las biografías y las vidas de personas que, como Vasco de Quiroga, atraen nuestra curiosidad, deben valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Vasco de Quiroga, el motivo por qué Vasco de Quiroga vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Vasco de Quiroga

(Madrigal de las Altas Torres, Ávila, 1470 - Uruapán, 1565) Administrador colonial y eclesiástico español. Nacido en el seno de una ilustre familia gallega, estudió humanidades y leyes en la Universidad de Valladolid y en 1528 fue nombrado integrante de la Real Chancillería pucelana. Por su preparación fue nombrado oidor de la segunda Audiencia de México, encabezada por Ramírez de Fuenleal (1530-35), a la que se confió el establecimiento del orden jurídico en México, en substitución al impuesto por los conquistadores.

La espantosa pobreza en que estaban sumidos los indios de la ciudad más importante mexicana "vendidos, vejados y indigentes por los mercados, recogiendo las arrebañaduras tiradas por los suelos", como escribió, le indujeron a fundar en 1531 el Hospital de Santa Fe, a 2 leguas de la región, donde atendía a enfermos y desprotegidos y aprovechaba para instruirlos en la Fe. Los naturales comenzaron a poblar sus aledaños y los españoles se dirigieron por este motivo a la Audiencia para responsabilizar a Quiroga del despoblamiento que padecía gradualmente la ciudad más importante mexicana.

El Oidor Quiroga fue designado entonces a Michoacán, para conocer la tierra y el trato que se daba a los tarascos. El letrado quedó de nuevo impresionado con lo que veía y singularmente por la esclavización de los naturales, a los que se marcaba con hierros candentes. En su informe al Presidente de la Audiencia condenó la práctica esclavista. Luego creó otro hospital en Tzintzuntzan, al lado del lago de Pátzcuaro, similar al de México.

En 1535 regresó a la ciudad más importante mexicana, donde fue anunciado como aspirante al cargo de obispo de Michoacán. Vasco de Quiroga había tomado los hábitos de San Francisco y se encontraba solamente tonsurado, pero fray Juan de Zumárraga acreditaba su ascenso para la diócesis vacante, por haber renunciado a exactamente la misma el dominico fray Luis de Fuensalida. Ordenado sacerdote en 1538, fue nombrado Obispo y recibió la consagración de manos de Zumárraga. Al año siguiente los obispos mexicanos se juntaron para limitar los bautismos masivos de indios a solo los catecúmenos y necesitados y encargaron a Quiroga el Manual de Adultos, impreso en 1540.

Vasco de Quiroga creó el Hospital de San Nicolás de Tolentino y siguió con su ensayo evangelizador de los centros de salud, inducido por la lectura de la Utopía de Tomás Moro. Reunía a los naturales para imbuir en ellos idóneas de fraternidad y auxilio mutuo. Constaban semejantes centros de salud de una vivienda común para enfermos y líderes de la agrupación, y de viviendas particulares para los congregados, llamados familias, por el hecho de que en ellas vivían sus integrantes, con lote anexo para huerta o jardín, estancias de campo y sitios para siembras y ganaderías.

El hospital era un cuadrado en uno de cuyos frentes se encontraba la enorme enfermería de infecciosos y en otros los enfermos frecuentes. Los naturales trabajaban comunalmente a lo largo de seis horas y de su beneficio se pagaban los costos del hospital, de la red social y de las academias; el resto se repartía entre los congregados. En los centros de salud se enseñaba a los indios distintos oficios.

Su obra despertó enorme estimación a los indios, que llamaban cariñosamente al Obispo el "Tata Vasco". Vasco de Quiroga viajó a España en 1550, y a lo largo de su estancia creó en Valladolid el convento franciscano de San Bernardino. En 1555 había vuelto a México, donde asistió al Concilio Provincial. Intentó entonces ir al Concilio de Trento, pero no ha podido conseguirlo. En 1565 murió en Uruapán en el transcurso de una visita pastoral.

Escribió Doctrina para indios, un tratado sobre la administración del bautismo, las Reglas y ordenanzas para la administración de los centros de salud de Santa Cruz en México y Michoacán, tal como ciertos sermones. Lamentablemente fue acusado por Maturino Gilberti de haber cometido ciertos fallos graves contra la fe en sus proyectos de lengua tarasca, y eminentemente contrarias al secreto de la Santísima Trinidad, lo que le valió un desarrollo del que no se vio exculpado hasta el momento en que el agustino fray Alonso de la Veracruz probó su ortodoxia.

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