La historia universal la cuentan aquellos hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado queel mundo, de un modo u otro,prospere.
Apreciar las luces y las sombras de las personas destacadas como Valentín González, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa fundamental para que podamos apreciar no sólo la existencia de Valentín González, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Valentín González, personas a quienes de de una u otra forma Valentín González influyó, y ciertamente, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Valentín González.
Las biografías y las vidas de personas que, como Valentín González, seducen nuestra atención, tienen que servirnos en todo momento como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Valentín González, el motivo por qué Valentín González vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a conocer mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Llamado El Campesino; Malcocinado, 1909 - Madrid, 1983) Jefe de milicias comunista a lo largo de la Guerra Civil de España. De extracción popular baja, su padre era un obrero anarquista que tuvo arduos problemas con la justicia y que en 1937, ahora en medio de una Guerra Civil, sería ejecutado al lado de su hija por los militares rebelados. Por su situación, Valentín González empezó a trabajar como minero en Peñarroya con tan solo ocho años; según la historia de historia legendaria (ya que no hay datos seguros que confirmen este suceso), mató a 4 integrantes de la Benemérita en 1927; tras este suceso debió ocultarse.
Poco antes de la proclamación de la República, vuelven a tenerse novedades de este innovador español, transformado en este momento en un sencillo contratista de proyectos; por esa época, según sus afirmaciones, ingresó en el PCE (en opinión de otros, esto solo ocurrió al reventar la guerra). Tras el alzamiento del 18 de julio, ingresó en el mítico Quinto Regimiento, donde próximamente se realizó popular; poco después, al cargo de una unidad en el frente de la sierra de Madrid, su prestigio fue en incremento y llegó a ostentar la divisa de teniente coronel.
Participó en las primordiales peleas de la Guerra Civil, como las de Jarama, Guadalajara, Brunete, Belchite o Teruel (donde la división 46, a su mando, fue de manera directa responsable de la pérdida de la región, con lo que se ponía punto y final a un mito). Héroe para unos, y para otros un anarquista encubierto, un torpe estratega (opinión de Antonio Cordón) y hasta un cobarde fanfarrón (ese es el título que le dedica el republicano Juan Modesto en Soy del Quinto Regimiento, y asimismo Ramón Salas, en Historia del Ejército Popular de la República), su figura pertence a las mucho más polémicas entre los mandos del Ejército de la República Española.
En el momento en que se aproximaba el desenlace de la contienda, escapó a Orán desde el puerto de Adra (Almería); desde allí marchó a la URSS y también ingresó en la Academia Militar Frunze de Moscú, pero fue expulsado y enviado a un campo de concentración en los Urales. Logró huír y pasó a Irán, lugar desde el que fue devuelto por las tropas británicas a la Unión Soviética para ser encerrado nuevamente en el campo de concentración de Verkuta; evadido de nuevo, llegó a Moscú, fue recibido por Mijaíl Kalinin, jefe del Soviet Supremo, y logró su asistencia para marchar nuevamente a Irán.
Poco después, Valentín González se instaló en París, lugar desde donde conminaba con pasar a España con un poderoso conjunto de guerrilleros, si bien jamás hizo este emprendimiento. Aunque ciertos lo brindaron por fallecido en Siberia en 1943, continuó viviendo en Francia, en la localidad de Metz, y logró introducirse en España en varias oportunidades; en su retiro de la zona de Lorena, El Campesino ha podido vivir merced a la asistencia de una sociedad beneficiosa, ya que no tenía ninguna otra fuente de capital.
Todavía hay en su biografía otras páginas con anécdotas rocambolescas, como su presencia (con la lógica sorpresa de los ayudantes) en un juicio por su supuesto asesinato, o su estancia en Cuba justo antes que Fulgencio Batista se hiciera con el poder. Nunca dejó de asombrar con sus escritos, como un producto de la Gaceta Ilustrada de 1976 en que confirmaba ser el padre de la astronauta rusa Valentina Tereshkova.
Desde el instante en que logró fugarse de la URSS, su anticomunismo fue haciéndose poco a poco más claro y rotundo; llegada la democracia a España tras la desaparición de Francisco Franco, Valentín González publicó una carta en un afamado semanario español, Cambio 16, donde renegaba de su pasado, ponía en alerta al comunismo y al fascismo, apostaba por un modelo de convivencia en democracia y, en último término, aconsejaba votar a la capacitación socialista de Felipe González. Poco después retornaba a España para fallecer en ella, sin dejar su ideal de una Tercera República Española fundamentada en el honor, la patria y la independencia. La evolución ideológica de El Campesino se plasma en tres de sus libros: Vida y muerte en la URSS (1951), Comunista en España y antiestalinista en la URSS (1952) y Yo elegí la esclavitud.
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