Ulises Heureaux

La historia de la civilización la narran aquellas personas queen el transcurrir de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho quela humanidad, de una forma u otra,avance.

Ya sea inspirando a otros o siendo una pieza esencial de la acción. Ulises Heureaux es uno de esos sujetos cuya vida, en verdad, merece nuestra consideración por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Ulises Heureaux es comprender más sobre etapa determinada de la historia del ser humano.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Ulises Heureaux, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa esencial para que podamos poner en valor no sólo la vida de Ulises Heureaux, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Ulises Heureaux, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Ulises Heureaux influyó, y sin duda, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Ulises Heureaux.

Vida y Biografía de Ulises Heureaux

(Puerto Plata, 1844 - Moca, 1899) Militar y político dominicano, presidente de la República en un par de ocasiones (1882-1884 y 1887-1899). Durante su segundo orden impuso un férreo sistema dictatorial en el país.

Hijo de Dassas Heureaux y Josefa Level, desde temprana edad fue entregado en adopción, no legal, y a lo largo de cierto tiempo se llamó Hilarión. Al ser reconocido legalmente por su padre, este le dio el nombre de Ulises. Muy joven se sumó a las filas restauradoras, donde estuvo al cargo de distintos jefes, incluido Gaspar Polanco, hasta caer bajo las órdenes de Gregorio Luperón. Al lado de este desempeñó las funcionalidades de militar y político, si bien entonces, alcanzada la presidencia de la República, traicionaría los postulados de Luperón.

En 1880, iniciado en el sendero del poder, apoyó al padre Fernando Arturo de Meriño como candidato a la presidencia de la República, pasando a ser su ministro de Interior y Policía, ejecutor, a veces por cuenta propia, de las medidas de fuerza que se creyeron primordiales para retener el poder. Al término del periodo de Meriño le reemplazó como presidente de la República, compuesto por el Partido Azul.

Popularmente conocido como Lilís, Heureaux aceptó por vez primera la máxima magistratura del Estado el 1 de septiembre de 1882 y abandonó el sillón presidencial un par de años después, con la llegada al Palacio Nacional del escritor Francisco Gregorio Billini, a quien exactamente el mismo Heureaux y otros impedirían gobernar. Declarado defensor del independentismo dominicano, Heureaux rigió en armonía con los dictados constitucionales a lo largo de su primer orden.

Pero en el momento en que accedió de nuevo a la presidencia, instituyó un régimen personalista que liquidó los principios democráticos, favoreció la corrupción y dejó al país en bancarrota. Para asegurar su continuismo, estableció un sistema electoral de valoraciones indirectas que justificaban constantemente su reelección en el cargo, y de este modo logró perpetuar su dictadura en 4 periodos de gobierno sucesivos: entre 1887 y 1889, entre 1889 y 1893, entre 1893 y 1897 y entre 1897 y 1899.

Ulises Heureaux probó una insólita sagacidad como estadista para escoger entre la clase política a todos esos individuos que tengan la posibilidad de realizar efectividad los dictados de su administración. A su servicio se pusieron líderes del Partido Rojo, cabecillas del Partido Azul y seguidores de otras tendencias ideológicas que, formando una parte del mismo bando, garantizaban la seguridad del gobierno y la consolidación de su presidente en el cargo.

Asimismo logró promover enemistades entre sus compañeros de partido, y terminó con el liderazgo de Luperón para eludir que se organizara una fuerza política sólida con aptitud para limitar sus poderes. Sin oposición, derogó leyes, controló órganos legales y robusteció el ejército para disuadir probables alzamientos. Se ganó el apelativo de "pacificador de la patria", pero la seguridad se sostenía en métodos de coacción que contemplaban desde detenciones y destierros hasta homicidos para quien se oponía a su gobierno.

Heureaux sostuvo una intensa actividad diplomática con las considerables potencias de europa y el creciente imperialismo estadounidense, y favoreció el avance del capital extranjero en la isla para conseguir, a cambio, concesiones y préstamos que jamás pagó y que, a su muerte, dejaron endeudado al país a lo largo de décadas. Aplicó medidas de gobierno para agrandar el avance agrícola y comercial, fomentó las vías de comunicación y reordenó el ejército y la administración territorial del país, pero varios de sus logros se pusieron al servicio del capital extranjero o del ambiente desarrollado en torno a su sistema personalista.

En el momento en que Heureaux aceptó la cuarta presidencia de su dictadura el 27 de febrero de 1897, ahora empezaban a vislumbrase los primeros síntomas del final de su orden. De su obsesión centralizadora y su incontestable autoridad seguían emanando todas y cada una de las resoluciones que afectaban al país, pero los pilares de su régimen perdían solidez por culpa de la corrupción institucional y el prominente nivel de opresión política. Un conjunto conspirador, encabezado por Ramón Cáceres, Jacobo Lara y Horacio Vásquez, presto a terminar a la dictadura, asesinó a Heureaux en la localidad de Moca el 26 de julio de 1889.

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