Tommaso Campanella

Ya sea inspirando a más personas o formando parte de la acción. Tommaso Campanella es una de las personas cuya vida, realmente, merece nuestro interés debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Tommaso Campanella es conocer más acerca de periodo preciso de la historia del ser humano.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la trascendencia que atesoró Tommaso Campanella en la historia. El modo en que vivió y aquello que hizo durante el tiempo que permaneció en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que frecuentaron a Tommaso Campanella, sino que posiblemente legó una huella mucho más profunda de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Tommaso Campanella personalmente.Tommaso Campanella fue una persona que, por alguna razón, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Apreciar lo bueno y lo malo de las personas significativas como Tommaso Campanella, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo básica para que seamos capaces de poner en valor no sólo la vida de Tommaso Campanella, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Tommaso Campanella, personas a quienes de de una u otra forma Tommaso Campanella influenció, y sin duda, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Tommaso Campanella.

Vida y Biografía de Tommaso Campanella

(Giovanni Campanella; Stilo, 1568 - París, 1639) Filósofo italiano que defendió en su obra una sensibilidad universal, el saber de uno mismo como principio de toda seguridad y una sola religión natural, de la que las religiones específicas no son sino más bien puras formas parciales. De sus proyectos resalta la célebre utopía política La localidad del Sol (c. 1602), emprendimiento popular que debía guiarse por las leyes naturales y del que quedaban excluidos la propiedad privada y el individualismo.

Campanella tomó el nombre de Tommaso (Tomás) al entrar en 1573 en los dominicos. En el convento leyó a Erasmo, Marsilio Ficino y Bernardino Telesio; defendió las doctrinas antiaristotélicas de Telesio en Philosophia sensibus demonstrata (1591), lo que, al lado del interés que mostró por la magia, despertó supones. Huyó por este motivo a Nápoles, localidad donde estudió ocultismo y artes mágicas con Giambattista de ella Porta y escribió, como producto de sus estudios, Del sentido de las cosas y de la magia (1604).

Iniciado un desarrollo de herejía contra él en 1591, se trasladó a Padua, donde conoció a Galileo. Después de múltiples procesos en que fueron prohibidos sus escritos, fue recluído en un convento dominico en Calabria. Durante su reclusión urdió una conjura contra los españoles. Descubierto y tomado, fue llevado a juicio; logró librarse de la pena capital fingiendo disparidad, pero fue culpado a cadena perpetua.

Durante los 27 años que pasó en la prisión el pensamiento de Campanella experimentó un giro: abandonó el sensismo y su naturalismo espiritual sin dogmas, y se entregó, como escribió él mismo, "a la auténtica religión, tras haberse comportado de manera poco cristiana". De las proyectos escritas en la prisión resaltan La localidad del Sol, donde detalla una sociedad que vive según las leyes de la naturaleza y que espera, por la revelación, una vida mejor; la Metafísica, una enorme enciclopedia en 18 libros; la Teología, en 30 libros; y ámbas proyectos de teología práctica: El ateísmo vencido y Reminiscentur. De la acción política de las naciones católicas tratan La monarquía de España y Antiveneti. Escribió asimismo en defensa de Galileo la Apología de Galileo, donde enseña que no es la Biblia la que debe aclarar la física, sino más bien esta a aquella, en los pasajes en que sea preciso.

Liberado de la prisión en 1629, disfrutó del favor del Papa Urbano VIII, quien lo tomó como consultor en temas de astrología y política. Reclamado nuevamente por los españoles por sospechar que formaba una parte de una exclusiva conspiración en Nápoles, se vio obligado a escapar a Francia en 1634. Allí fue bien acogido por el rey Luis XIII y respetado tanto por los intelectuales como por los nobles. En Francia publicó la Filosofía epilogística, Cuestiones y Sobre la predestinación. Muerto en el convento de San Honorato, sus cenizas fueron dispersadas a lo largo de las turbulencias de la Revolución.

La filosofía de Tommaso Campanella

Para Campanella la filosofía es un conocimiento de las ideas divinas, leídas con la luz natural en el libro de la naturaleza. Comienza su Metafísica proponiéndose el estudio del comprender, del ser y del accionar. El agnosticismo queda refutado, siguiendo el razonamiento de San Agustín de Hipona, con la afirmación de la autoconciencia, donde nuestro ser actúa con una prueba irrefutable. Esta es una sapientia innata, a la que se añade, a través de la experiencia, una sapientia addita. La filosofía tiene, ya que, la misión de despertar el primitivo conocimiento de sí, probando que no el sentir sería viable sin un previo sentir de sentir. "Sentire est scire", concluirá. Tal razonamiento semeja predecir de alguna manera el cogito luego sum de Descartes.

Según Campanella, todas y cada una de las cosas están dotadas de sensibilidad; de ahí el principio de su universalismo mágico. Todo ser tiene tres primalidades: capacidad, sapiencia y amor. Toda primalidad prosigue el principio de que cada ser tiene relación a el resto tras referirse a sí mismo. Tiene entender innato de sí, y tras el planeta; se quiere a sí mismo y después a los otros seres. Pero estas tres primalidades solo son ideales en Dios. En el resto de las criaturas a estas primalidades se unen tres primalidades opuestas: impotencia, ignorancia y odio. Por eso el planeta de las criaturas es una mezcla de orden y caos, de contingencia y de armonía, de finalismo y azar. El cosmos de Campanella, animado por esta complicada red de correspondencias, afinidades escondes y oposiciones, que vinculan entre sí a todos y cada uno de los seres, es una integridad orgánica en la que se comunica, por todos lados, la escencial presencia de Dios.

Campanella sueña con una enorme reforma político-espiritual que recomponga las roturas del interior del cristianismo y reconstruya el imperio universal de la Iglesia. El instrumento de esta unificación debería ser la hegemonía de españa, o, al decaer esta, la monarquía francesa. Pero esa unificación debía ir acompañada de una reforma, por la parte de la Iglesia, de los argumentos de su dogma, corrompido, según él, por el aristotelismo escolástico. La república de Campanella se muestra como "un descubrimiento de la filosofía y de la razón humanas para probar que la realidad evangélica está según con la naturaleza". La iniciativa que Campanella tiene de la política, establecida en una visión ético-religiosa y cósmico-mágica, se enfrenta claramente a Maquiavelo y a los teóricos de la razón de Estado, manifestando ese singular cruce de lo viejo y de lo más reciente que es un aspecto propio de toda la obra de este pensador.

Campanella esboza ciertas ideas que semejan anticiparse a los conceptos de la pedagogía actualizada. La educación se apoya en 2 principios: el primero es el papel de la sabiduría, entendida como parte primordial en la perfección general del hombre. Al ser el hombre una participación de la esencia divina, tiende por su naturaleza a imitar la omnisciencia de Dios. El segundo es el carácter en fase de prueba en que debe fundamentarse la educación. En efecto: todo el campo de la red social civil y religiosa, y no solo parte de ella, ha de ser una perpetua enseñanza para los educandos. Los pequeños, "jugando y sin fastidio, tienen la posibilidad de localizar figurados en los puntos de la vida diaria todos y cada uno de los órdenes de lo cognoscible".

Campanella cultivó asimismo una extensa producción lírica durante su historia, en especial en los años de prisión. En su grupo trata de dejar en libertad al juicio estético de la unión a las reglas establecidas por los seguidores de Aristóteles. Su formulación de la estética está en la Poética (obra redactada un par de veces). Define la poesía como un "instrumentum magicum, magia vocalis" que estimula la conservación del espíritu. El encanto de la poesía no es dependiente tanto de sus temas cuanto de los métodos de transmisión y de recepción de la palabra. La poesía se transforma de esta forma, para Campanella, en un medio fantástico y increíble de percepción de la verdad.

La localidad del Sol

Tommaso Campanella expuso su utopía política en La localidad del Sol, imagen de una sociedad especial estructurada cerca de leyes naturales. La república soñada por Campanella se encontraba regida por un pensador-mago (el Gran Metafísico) y regida por tres jueces: Pon, Sin y Mor, o sea, capacidad, sabiduría y amor, las tres primalidades (esencias primordiales) que el pensador consideraba, en metafísica, las determinaciones del ser ontológico. Esto quiere decir que la localidad impecable ha de estar regida por exactamente las mismas leyes que regulan el cosmos, de forma que se transforme en un auténtico mediocosmos intermedio entre el hombre (microcosmos) y el cosmos (macrocosmos).

Desde el criterio popular, la localidad del sol ha de ser una red social dentro que pase a la familia. En ella, las mujeres están predisposición de todos y es la red social, no el sujeto, la que escoge cuándo y de qué forma resulta conveniente reproducirse, basándose en criterios eugenéticos (o sea, proclives al progresivo y continuo mejoramiento biológico de la clase). Campanella reanudó estos temas de la República de Platón y de la Utopía de Tomás Moro.

Totalmente renovadora es, en cambio, la aproximación de Campanella a los inconvenientes de la educación, que el pensador deseó exenta de todo cuanto fuera libresco o académico. La misma localidad se transforma en artículo: sus muros son ilustrados por los pintores como un manual. "En el primer círculo de piedra se representan todas y cada una de las figuras matemáticas, mucho más varias que las compuestas por Euclides y Arquímedes, con su proposición significante. En la una parte de fuera se pone el mapa de toda la Tierra, y después las tablas de cada provincia con sus ritos, prácticas y leyes. En el segundo círculo están todas y cada una de las piedras hermosas y no hermosas, los minerales, las yerbas, los árboles", y de esta manera consecutivamente. Caminando por las calles con sus progenitores, los pequeños, atraídos por esas figuras, van a preguntar por su concepto: ello va a dar comienzo a un desarrollo educativo tanto mucho más eficiente cuanto menos académico.

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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son en todos los casos fundamentales, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de una persona como Tommaso Campanella, que tuvo su trascendencia en un momento concreto de la historia, es esencia intentar brindar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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