Thomas Bernhard

Ya sea inspirando a otros o formando parte de la acción. Thomas Bernhard es una de las personas cuya vida, en verdad, merece nuestra atención debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Thomas Bernhard es conocer más acerca de un periodo concreto de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la importancia que atesoró Thomas Bernhard en la historia. La forma en que vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que estuvo en el mundo fue decisivo no sólo para las personas que frecuentaron a Thomas Bernhard, sino que a caso legó una señal mucho más honda de lo que logremossospechar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Thomas Bernhard de modo personal.Thomas Bernhard fue una de esas personas que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Comprender lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Thomas Bernhard, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es algo sustancial para que podamos apreciar no sólo la vida de Thomas Bernhard, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Thomas Bernhard, personas a quienes de de una u otra forma Thomas Bernhard influyó, y indudablemente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Thomas Bernhard.

Las biografías y las vidas de personas que, como Thomas Bernhard, cautivan nuestra curiosidad, deben servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Thomas Bernhard, el motivo por qué Thomas Bernhard vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Thomas Bernhard

(Heerlen, Países Bajos, 1931- Gmunden, Austria, 1989) Poeta, prosista y dramaturgo austriaco considerado como entre los mucho más enormes autores de la literatura en lengua alemana posterior a la Segunda Guerra Mundial. Después de continuar estudios de música, se orientó hacia la literatura, y desde su primera novela, Helada (1963), desarrolló un cosmos nihilista habitado por individuos ferozmente autocríticos y autodestructivos.

Hijo ilícito de un carpintero austriaco y de la hija del escritor Johannes Freumbichler, Bernhard vivió en la casa de sus abuelos maternos hasta el momento en que su madre se casó. El marido de ésta no lo prohijó, sino pasó a ser únicamente su tutor. A los dieciséis años interrumpió sus estudios de bachillerato en Salzburgo y comenzó a trabajar como aprendiz en un almacén de comibles. Contrajo entonces una grave pleuresía que decayó en una tuberculosis, patología que padecería toda la vida. Pasó 4 años ingresado en el sanatorio de Grafenhof (Salzburgo), donde empezó a redactar.

Ahora en 1943 comenzó a tomar clases de música, y desde 1952 estudió canto, dirección teatral y también interpretación en el Mozarteum de Salzburgo. Paralelamente a sus estudios trabajó como notero para el Demokratisches Volksblatt, en donde publicó asimismo sus poemas. Realizó varios viajes, ciertos con Hedwig Stavianicek, una mujer 37 años mayor que él que fue su mecenas y "el ser de su historia".

Siempre y en todo momento lo acompañó la polémica: en 1983 fue raptada por orden judicial su obra Tala, como consecuencia de una demanda del compositor G. Lampersberg. El escritor prohibió entonces la venta en Austria de su obra y no alteró su actitud hasta el año siguiente, en que Lampersberg retiró su demanda. El último enorme escándalo lo causó el estreno de su obra Plaza de héroes en 1988.

La larga producción de Bernhard puede dividirse en tres etapas: una etapa religiosa, una etapa media mucho más patética y una tercera, que se proviene de la previo, donde lo patético se expresa predominantemente por medio de la ironía. Los primeros intentos líricos de Así en la tierra como en el infierno (1949) detallan un Bernhard que busca a Dios, en la línea de Blaise Pascal. El infierno (Hölle) es la verdad terrenal que espera redención. "Negro es mi mensaje", afirma el yo lírico de estos poemas, una afirmación que se revelará válida para todo el opus bernhardiano.

El tono todavía conciliador con el planeta de estos poemas desaparece ahora en el período Ave Virgilio (1981), que compila las poesías de la década de 1970. El furor espiritual se transforma aquí en pura negatividad y ésta va a pasar a controlar su prosa. El primer resultado de este giro es la novela Helada (1963), con la que entra de lleno en el panorama literario contemporáneo. "El suicidio es mi naturaleza", afirma el pintor Strauch al estudiante de medicina que se ha apartado a Weng, un pueblo ubicado en un valle, para ver la paranoia del artista.

La disparidad es presentada como la única contestación viable en un planeta pervertido, falto de toda espiritualidad y sentido que, en la novela, está representado por el pueblecito cubierto de montañas, un espacio frío, maligno, enemigo del hombre, en donde sus pobladores han adoptado las especificaciones de la naturaleza. Los espacios que comúnmente la literatura ha elegido como idílicos, Bernhard los convierte en niveles de desvarío, en los que únicamente domina la ley de la desaparición y la disparidad. Strauch es el primer artista (de los varios que se muestran en la obra del creador) que vive distanciado de todo el mundo para sacar el máximo provecho de su imaginación.

No obstante, esta utopía de la soledad va a ser regularmente negada. El intelectual, el artista, es un ser completamente absurdo, con una oratoria repetitiva, hiperbólica y patética. Konrad, en La Calera (1970), lo abandonó todo para lograr redactar una investigación sobre el oído; en el momento en que ahora está próximo para comenzar a redactar, aniquila a su mujer y aloquece. Destinos equiparables sufren los personajes principales de Corrección (1975) y Hormigón (1982). Paradójicamente, el valor de la producción artística y, generalmente del arte, es puesto en duda por un enorme artista que, tras fantasear con su vida en los libros autobiográficos El origen (1975), El sótano (1976), El aliento (1978), El frío (1981) y Un niño (1982), queda libre para la ironía mucho más feroz.

Entre los elementos mucho más interesantes de la obra bernhardiana, en especial de la trágica desde Una celebración para Boris (1970), es su musicalidad. Se trata de piezas prácticamente escritas para representar con marionetas que actúan como repetitivos altífonos de diferentes situaciones. Más que dramas son guiones escritos para actores admirados por el escritor, como Minetti. Entre sus títulos mucho más esenciales se encuentran La fuerza de la práctica (1974), La partida de caza (1974), Ante la jubilación (1979), Almuerzo en la casa de Ludwig W (1984) y la última, Plaza de héroes (1988) donde arremete nuevamente contra la Austria católica y nacionalsocialista.

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Sin duda conocer en profundidad a Thomas Bernhard es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que tratar de recomponer quién y cómo fue la vida de Thomas Bernhard es una suerte de puzzleque a lo mejor consigamos rehacer si cooperamos todos a la vez.

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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son siempre determinantes, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de un ser como Thomas Bernhard, que tuvo su relevancia en una época determinada, es vital tratar de mostrar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

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