La historia universal la cuentan aquellas personas quea lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado queel mundo, de una forma u otra,progrese.
Las biografías y las vidas de personas que, como Thomas Becket, seducen nuestra atención, deben servirnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Thomas Becket, el motivo por qué Thomas Becket vivió del modo en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inexorable, la historia.
(Thomas o Tomás Becket, asimismo llamado Santo Tomás Becket y Santo Tomás de Canterbury; Londres, 1118 - Canterbury, 1170) Eclesiástico y político inglés. Educado en Londres, París y Bolonia, era arcediano de Canterbury en el momento en que Enrique II de Inglaterra le nombró canciller (1154).
La relación de seguridad entablada con el monarca le sirvió para ser nombrado arzobispo de Canterbury en 1162. Pero el que había sido leal servidor de la Corona en frágiles metas políticas y diplomáticas, se transformó desde ese momento en garante de la independencia de la Iglesia; el enfrentamiento reventó a propósito de la desaprobación papal a las Constituciones de Clarendon (1164), por las que el rey pretendía someter al clero inglés a la jurisdicción ordinaria.
A puntito de ser juzgado por su actitud, el arzobispo escapó a Francia; pero regresó tras recibir garantías de Enrique II de que no sería perseguido (entrevista de Fréteval, 1170). Descubrió entonces que a lo largo de su sepa la Corona había transgredido sus prerrogativas como arzobispo de Canterbury (coronación del príncipe por el arzobispo de York, incautación de recursos del Arzobispado) y reaccionó excomulgando a todos y cada uno de los implicados.
Si bien Enrique II logró matar a su viejo amigo por aquello en su catedral, puede decirse que Becket consiguió una victoria póstuma, ya que entonces el rey retiró las Constituciones de Clarendon y se retractó públicamente por sus agravios a la Iglesia (1172). Fue instantaneamente canonizado (1173) como mártir de la independencia eclesiástica en oposición al poder civil.
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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente importantes, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de alguien como Thomas Becket, que detentó su relevancia en una época concreta, es indispensable intentar ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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