Teodorico I

La historia de las civilizaciones la narran las mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado quela sociedad, de una forma u otra,prospere.

Ya sea inspirando a otros seres humanos o tomando parte de la acción. Teodorico I es una de esas personas cuya vida, indudablemente, merece nuestra atención por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Teodorico I es comprender más sobre una época concreta de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la relevancia que atesoró Teodorico I en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo mientras permaneció en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que conocieron a Teodorico I, sino que a lo mejor produjo una señal mucho más insondable de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Teodorico I de forma personal.Teodorico I fue una de esas personas que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Apreciar lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Teodorico I, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo fundamental para que seamos capaces de apreciar no sólo la existencia de Teodorico I, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Teodorico I, aquellas personas a quienes de un modo u otro Teodorico I influenció, y sin duda, entender y comprender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Teodorico I.

Las biografías y las vidas de personas que, como Teodorico I, cautivan nuestro interés, tienen que servirnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Teodorico I, el motivo por qué Teodorico I vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma implacable, la historia.

Vida y Biografía de Teodorico I

(? - Campo Mauríaco, cerca de Troyes, de hoy Francia, 451) Rey de los visigodos de Aquitania (418-451). Sucesor de Walia, no se conformó con el foedus firmado entre éste y Honorio, que le anudaba a Roma y delimitaba el territorio para su pueblo. Entre 425 y 439 procuró ocupar territorios hacia el este, atacando Arlés y Narbona, pero fue rechazado en los dos casos, si bien logró la independencia de Roma en lugar de abandonar la conquista de la Narbonense. Al irrumpir los hunos las Galias, se alió nuevamente con los romanos; murió peleando contra Atila.

Correspondiente a la dinastía de los Baltos, Teodorico era nieto de Alarico I (395-410) y sucedió a Walia (415-418). Heredó de este último el reino de Tolosa, federado con Roma, que se extendía primordialmente por la Aquitania romana y rivalizaba con francos y burgundios en sus ambiciones sobre la Galia. En 416, Walia había firmado con Honorio (395-423), emperador de roma de Occidente, un pacto de foedus, nuevo en 418, que reconocía el establecimiento de los visigodos en el suroeste de la Galia a cambio del acompañamiento militar visigodo al ejército imperial en la pelea contra otros pueblos salvajes. Mediante su pacto con los visigodos, Roma pretendía normalizar a uno de sus contrincantes y transformarlo en su aliado en oposición al resto de los invasores germánicos presentes en las provincias mucho más occidentales del Imperio.

En virtud de este pacto, en el año 421 Teodorico I envió un ejército visigodo como tropas socorrieres del ejército imperial del magister militum occidental Castino contra los vándalos asdingos de Gunderico en la Bética. Suevos y vándalos dominaban vastas extensiones de la Hispania occidental y meridional y conminaban la seguridad de la Tarraconense, territorio de escencial relevancia que se sostenía bajo control imperial. En el lapso de la guerra contra los vándalos, los visigodos abandonaron de repente el contingente de roma, que fue derrotado por el ejército de Gunderico. Sin ninguna oposición militar esencial, los vándalos devastaron las provincias orientales de la Península y lograron elaborar su paso al norte de África.

A la desaparición del emperador Honorio en 423, Teodorico I, utilizando la inestabilidad generada por los enfrentamientos sucesorios, decidió romper el foedus acordado con el Imperio y emprendió una campaña de conquista por el territorio de la Galia meridional. Invadió la mayoría de la Narbonense, pero fracasó en el asedio de Arlés (425), que resistió merced a la pericia militar del general de roma Aecio. Un nuevo pacto con Roma (426) garantizó el reconocimiento de la independencia del reino visigodo de Tolosa y la independencia de Teodorico I para admitir un nuevo foedus; en contrapartida, los visigodos se comprometieron a dejar la conquista de la Narbonense.

Pero tras poco tiempo, en el instante en que Aecio se encaraba al gobernador de África Bonifacio, el monarca visigodo volvió a regentar sus tropas contra la Narbonense (435). Sitió Narbona (436), pero debió repeler el ataque del general de roma Litorio contra Tolosa, sede de la monarquía visigoda. El enfrentamiento con los romanos se alargó a lo largo de tres años. Finalmente, Aecio y Teodorico I firmaron una exclusiva paz y se restituyó la situación previo a la segunda campaña (439). Con todo, los visigodos fueron afianzando su poder sobre Aquitania, Novempopulania y una parte de la Narbonense y de la Lugdunense.

Simultáneamente a su combate con Roma, Teodorico I hizo una política de coaliciones con suevos y vándalos con la intención de expandir su reino en menoscabo del Imperio. En el marco de esta política, acordó el link de su hija con Humerico, hijo del rey vándalo Genserico (428-477); tres años después la mujer fue rechazada por presiones de Roma. Por otra sección, casó a otra de sus hijas con el rey suevo Rekhiario (448-457), que recibió el acompañamiento de Teodorico I en la conquista de Lérida. En esta conquista participaron asimismo tropas bagaudas, que representaban una grave amenaza interna en las provincias galorromanas y también hispanorromanas.

Habiéndose aliado de nuevo con Roma, en 446 volvió a enviar un contingente de visigodos como tropas socorrieres del ejército imperial del general Vito en su búsqueda de contener las incursiones suevas en la Bética. Las tropas suevas del rey Rékhila (441-448) derrotaron a los visigodos y forzaron la escapada de Vito.

Más tarde, frente a la irrupción en la Galia del ejército de Atila, compuesto por una coalición de hunos y distintos pueblos germánicos, Teodorico I selló una coalición con Aecio y con los francos. Las tropas romanas, visigodas y francas frenaron a Atila en la guerra de los Campos Cataláunicos (451) y le forzaron a retroceder. Pese a la victoria, Teodorico I murió en el Campus Mauriacus (Campo Mauríaco). La muerte del rey visigodo dio rincón a una disputa sucesoria entre sus hijos. Su sustituto inmediato fue Turismundo (451-453), que continuó la expansión del reino de Tolosa en la Galia, hasta el momento en que su hermano, el futuro Teodorico II (453-466), orquestó su asesinato para entrar al trono visigodo.

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Los matices y las sutilezas que llenan nuestras vidas son decididamente determinantes, ya que marcan la diferencia, y en la ocasión de la vida de un ser como Teodorico I, que tuvo su importancia en un momento histórico concreto, es indispensable intentar mostrar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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