Susan Anthony

La historia universal está escrita por aquellas personas queen el paso de los años, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han ocasionado queel género humano, de una forma u otra,progrese.

Ya sea inspirando a más personas o formando parte de la acción. Susan Anthony es uno de esos sujetos cuya vida, realmente, merece nuestra atención por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Susan Anthony es comprender más sobre una época concreta de la historia de la humanidad.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la trascendencia que tuvo Susan Anthony en la historia. El modo en que vivió y lo que hizo durante el tiempo que estuvo en el mundo fue decisivo no sólo para las personas que conocieron a Susan Anthony, sino que a caso dejó una señal mucho más honda de lo que logremosimaginar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Susan Anthony de forma personal.Susan Anthony fue uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Susan Anthony

(Susan Brownell Anthony; Adams, 1820 - Rochester, 1906) Feminista estadounidense. Junto a Elizabeth Cady Stanton, fue entre las primordiales líderes del movimiento sufragista estadounidense, que a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX reclamó el derecho de voto para las mujeres. Entre 1892 y 1900 encabezó la Asociación Nacional pro Sufragio Femenino.

Su padre, Daniel Anthony, era un profesor cuáquero liberal que dirigía una compañía de manufacturas de algodón y militaba activamente en el movimiento antiesclavista. Susan se formó en un ámbito de independencia de método y rigor ético que marcaría su trayectoria política. Cuando tenía seis años, la familia se trasladó a Battensville (Nueva York). Acudió a la escuela principal local y pasó entonces al instituto que su padre había fundado y dirigía. Completó sus estudios, orientados a la pedagogía, en un internado femenino de Filadelfia y en un instituto para señoritas del interior del estado de Nueva York. Al finalizar sus estudios, regresó a la vivienda familiar en Rochester (Nueva York) y se dedicó a la enseñanza hasta el momento en que cumplió los treinta años.

Su activismo político se inició en sus años de capacitación, dirigida por el ejemplo de sus progenitores. En 1848 se unió al movimiento antialcohólico o "movimiento pro temperancia", en el que militó a lo largo de cinco años. En él tomó conciencia de las restricciones que el hecho de ser mujer implicaba, aun en el seno de una organización reformista liberal, y sintió la necesidad de hacer un conjunto de forma exclusiva compuesto por mujeres, la Sociedad Femenina pro Temperancia del Estado de Nueva York.

Pero su paso al feminismo no se causó de manera determinante hasta el momento en que, en 1851, conoció a Elizabeth Cady Stanton, la feminista que en 1848 había dirigido la Convención de Séneca Falls, primer manifiesto del sufragismo estadounidense. Stanton se transformaría en su compañera inseparable y las dos encabezarían el feminismo estadounidense a lo largo de las próximas cinco décadas.

Desde 1882 protagonizó, al lado de Stanton y Amelia Bloomer, distintas campañas a favor de la igualdad de derechos de las mujeres. La pelea feminista se centró de entrada en reivindicaciones de carácter general, para ir paulativamente limitándose a la solicitud del voto universal, por estimar que el voto era el instrumento clave para hallar ulteriores reformas legales.

No obstante, las campañas a favor del voto fueron acompañadas de muchas otras, dirigidas a editar la legislación laboral, la forma de pensar sexista y las prácticas discriminatorias de la sociedad de norteamérica. Así, por poner un ejemplo, Anthony y Stanton dirigieron una campaña contra las limitaciones físicas que la tendencia femenina decimonónica imponía a las mujeres, fomentando la utilización de pantalones bombachos y faldas extensas.

Desde 1854, Anthony compaginó su activismo feminista con la pelea contra la esclavitud en el seno de la Sociedad Americana Antiesclavista hasta el momento en que el estallido de la Guerra de Secesión en 1861 separó por un tiempo a las mujeres de la primera línea de guerra, ocupada desde ese momento por los ejércitos. En 1863 creó la Liga de Mujeres Leales, que fomentaba la liberación de esclavos en los estados secesionistas del sur.

Al terminar la guerra, prosiguió pronunciándose públicamente contra la crueldad ejercida sobre la población negra, a la que instó a sumarse al movimiento sufragista. Paralelamente, la inseparable pareja Anthoy-Stanton dirigió distintas campañas contra las leyes del estado de Nueva York discriminatorias de las mujeres y pronunció varias charlas por todo el estado.

Tras la guerra, las mujeres que habían participado en el movimiento abolicionista entendieron que la consecución de sus fines propios -la igualdad de derechos para las mujeres- era una pelea que debían arrancar separadamente, sin tener el acompañamiento de sus compañeros antiesclavistas, varios de los que no aprobaban el activismo político femenino. La pelea feminista se centró desde ese momento en la obtención del derecho al voto.

En 1868, Anthony y Stanton han comenzado a divulgar en Nueva York el semanario feminista The Revolution, que saldría a la calle a lo largo de los un par de años siguientes con esenciales contribuciones de las dos. Anthony se volcó más que nada en la exigencia de igualdad salarial para las mujeres y en la optimización de las condiciones laborales de las obreras neoyorkinas, para lo que participó en la creación de la Asociación de Mujeres Trabajadoras de Nueva York. En 1869 creó con Stanton la Asociación Nacional pro Sufragio Femenino, que empezó a reclamar la aprobación de una enmienda constitucional que concediera el voto a las mujeres.

Desde 1872, la Asociación demandó para las mujeres de Estados Unidos exactamente los mismos derechos civiles y políticos que terminaban de ser concedidos a los hombres negros a través de las enmiendas constitucionales decimocuarta y decimoquinta. En las selecciones de ese año, Anthony encabezó una manifestación de mujeres que se presentó frente a las urnas en Rochester para ejercer el derecho al voto.

Fue detenida un par de semanas después y acusada de violar las leyes federales. Mientras aguardaba el comienzo del juicio contra ella, recorrió el país dando charlas, utilizando el interés público que había despertado su acción. En marzo del año siguiente volvió a presentarse en un instituto electoral de Rochester para votar. Fue juzgada por último y sentenciada a abonar una multa por violación de la ley electoral, a eso que se negó tajantemente.

En 1883 efectuó un viaje por Europa, donde entró en contacto con las organizaciones feministas de Inglaterra y Francia y brotó el emprendimiento de hacer una organización sufragista en todo el mundo. Cinco años después, a lo largo de los actos de conmemoración en Washington del aniversario de la Declaración de Seneca Falls, se estableció el Consejo Internacional de Mujeres, al que se unirían conjuntos feministas de 48 países.

A lo largo de sus primeros años de vida, el Consejo fue una organización completanemente de america, donde Anthony desempeñó un papel muy señalado. En 1890 fue escogida presidenta de la Asociación Nacional Americana pro Sufragio Femenino, cargo que ocupó hasta los ochenta años. Mientras tanto, no dejó de prolongar el mensaje del sufragismo y la igualdad de derechos, pronunciando charlas a lo largo y ancho del país. En 1899 se ha propuesto la creación en el Consejo Internacional de una organización separada que luchara de manera concreta por el voto y presionase mucho más de forma directa a los diferentes gobiernos. Tras muchas diálogos, Anthony participó en la creación de la Alianza Internacional pro Sufragio Femenino a lo largo del congreso del Consejo festejado en Berlín en 1904.

Su tarea en el movimiento sufragista fue fundamentalmente de organización y administración, mientras que Stanton se ocupaba de redactar la mayoría de las proclamas y proposiciones de la Asociación Nacional pro Sufragio. Junto a Stanton y Mathilda J. Gage compiló y publicó la Historia del Sufragio Femenino, que apareció en 4 volúmenes entre 1881 y 1902. Asimismo, al lado de un conjunto basto de sufragistas cristianas que procuraban los argumentos religiosos de la subordinación femenina, trabajó en la edición de la llamada Biblia de las Mujeres, una recopilación comentada de los pasajes bíblicos en que se muestran mujeres. Susan Anthony murió en Rochester (Nueva York) el 13 de marzo de 1906, a la avanzada edad de 86 años, sin llegar a conocer la aprobación del voto femenino en 1920.

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