Santiago Segura

Conocer las luces y las sombras de las personas relevantes como Santiago Segura, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa esencial para que seamos capaces de valorar no sólo la vida de Santiago Segura, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Santiago Segura, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Santiago Segura influenció, y por supuesto, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Santiago Segura.

Las biografías y las vidas de personas que, como Santiago Segura, seducen nuestra curiosidad, deben servirnos siempre como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Santiago Segura, el motivo por el cual Santiago Segura vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Santiago Segura

(Santiago Segura Silva; Madrid, 1965) Director, escritor de guiones y actor cinematográfico español. Atraído por el planeta del espectáculo desde la niñez, a los dieciséis años se internó en los círculos mucho más heavys de su vecindario, Carabanchel, y empezó a filmar lo que él llamaba "miserable-cortos". Tras licenciarse en Bellas Artes participó en compañías de teatro sin dependencia, y de manera simultánea trabajó como actor de doblaje de películas pornográficas y escribió historietas para la gaceta Super Lolas.

Desde 1989 rodó cortos en super8, de los que la trilogía Evilio (1992), Perturbado (1993) y El purificador. Evilio regresa (1994) fue lo mucho más considerable. El segundo de esta serie de cortos sobre Evilio, un personaje extraño y perturbado, mereció el premio Goya al mejor corto. También cooperó en guiones para televisión, medio en el que fué una figura frecuente. Desde su aparición como concursante vencedor en "¡Vivan los novios!", ha intervenido en programas de humor como "No te rías que es peor", "Locos por la tele" o "El huevo de Colón", e inclusive como peculiar presentador de un certamen.

Antes de transformarse en actor de cine fue plus en ciertos grabes, hasta el momento en que el directivo Álex de la Iglesia le dio papel en Acción mutante (1992) y El día de la bestia (1995). Por esta última recibió su segundo Goya, en esta ocasión al Actor Revelación del año.

Su trabajo como actor se ubica cerca de individuos que, de alguna forma, destacan mucho más su singular y anárquica personalidad. Fue un ecologista en Todos a la prisión (1993), de Luis García Berlanga; un enorme conocedor de las tribus urbanas que se asocia con el gerente de Satanás en El día de la bestia (1995), de Alex de la Iglesia; un antidisturbios en Matías, juez de línea (1996), de Luis Guridi y Santiago Aguilar; un político pederasta y candidato a ocupar un escaño en Airbag (1997), de Juanma Bajo Ulloa; o un sacerdote en París Tombuctú (1999), de Berlanga. En la década de los 90 apareció asimismo en otros títulos relevantes, como Sexo oral (Chus Gutiérrez, 1994); Perdita Durango (Álex de la Iglesia, 1997), La pequeña de sus ojos (Fernando Trueba, 1998) y Obra profesora (David Trueba, 2000).

No obstante, su excepcional popularidad procede esencialmente de Torrente, el brazo imbécil de la ley (1998), largometraje inaugural de una saga que seguiría con Torrente 2: Misión en Marbella (2001) y Torrente 3, el asegurador (2005). Las tres fueron dirigidas y protagonizadas por nuestro Segura, que dio vida en ellas al pintoresco personaje del título, un policía miserable, casposo y completamente ineficaz que soluciona sin que se sepa de qué manera los entramados en que se ve metido.

El increíble éxito de esta trilogía es un testimonio irrebatible del género de humor que agrada al público español, y asimismo de la gran aptitud de su constructor para conectar con sus espectadores. Segura ha amado hacer, según propia confesión, "un reflejo que ayuda para exorcizar los feos ramalazos que torturan a sus compatriotas". Aunque esa peculiar cruzada llevada a cabo a través de una panorámica torrencial del adefesio peninsular quizá no haya satisfecho esos objetivos, su poder de convocatoria sale airoso frente cualquier comparación, y no hace sino más bien corroborar el talento aglutinador de su realizador, fruto auténtico de la civilización habitual característica de la España de las últimas décadas del pasado siglo.

La primera película de la serie fijó ahora las peculiaridades del personaje principal. José Luis Torrente, un policía cuyo aspecto y accionar no son exactamente ejemplares, es un compendio de vicios y defectos entre aquéllos que está una desaforada afición hacia el whisky, un conocido racismo y un machismo ramplón y de mal gusto. Aunque en sus rondas nocturnas no frecuenta tener mucha fortuna, un día encuentra con lo que semeja ser el pasaporte para el ascenso: una red de narcotraficantes que trabaja usando como tapadera un lugar de comidas chino. Con la asistencia de Rafi, Amparito y sus colegas del vecindario, Torrente se embarcará en la aventura de confrontar a una banda capitaneada por Mendoza.

Ubicada en un Madrid barriobajero y agobiante, el largometraje se encontraba poblado por individuos peculiares, seres de especificaciones extremas, genuinos freaks en algún caso. De ella se puede poner énfasis la vigilada ambientación y el vestuario, que alcanzan trasmitir con perfección la doble sensación de asco y simpatía que Segura pretendía suscitar hacia Torrente y su hábitat natural: las calles de Madrid. Aunque la música original la firmó Roque Baños, en la banda sonora aparecían varias canciones de vocalistas como Kiko Veneno o El Fary que redonedeaban la estética del largometraje.

La contestación masiva del público transformó la primera distribución de la saga en entre las mucho más taquilleras del cine español, gracias en parte a la intensa campaña de marketing personal efectuada por el directivo. Santiago Segura fue premiado por ella con el Goya al mejor directivo novel el 23 de enero de 1999, y el veterano Tony Leblanc recibió el Goya al mejor actor de reparto. La segunda una parte de fue vista durante más de cinco millones de espectadores y colectó en taquilla 3.700 millones de pesetas; un récord sin precedentes en la historia del cine español. Torrente 3, el asegurador contó con la producción única del propio Segura; en la primera semana de exhibición, fue vista por 1.380.000 espectadores y colectó 7.200.000 euros, lo que la situó sobre Star Wars, episodio 3: La venganza de los Sith.

Tras el éxito de Torrente y ciertas participaciones en comedias que pasaron con mucho más pena que gloria (como Una de zombis, de 2003; Isi/Disi, amor a lo bestia, de 2004; El asombroso planeta de Borjamari y Pocholo, asimismo de 2004; o Isi/Disi, prominente voltaje, de 2006); y ciertos títulos mucho más serios (como El oro de Moscú, de 2003; Di que sí, de 2004; Bienvenido a casa y La máquina de bailar, de 2006), e inclusive papeles en superproducciones de todo el mundo (como Blade II, en 2002; Hellboy, en 2004; o Manolete, en 2006), Segura dio un giro inesperado en su trayectoria en el verano de 2006, al llevar a los niveles la obra de Mel Brooks Los productores, al lado de José Mota, un musical en el que el actor probó asimismo sus habilidades como bailarín y artista.

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