Apreciar lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Santiago Carrillo, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa sustancial para que podamos valorar no sólo la vida de Santiago Carrillo, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Santiago Carrillo, gentes a quienes de de una forma u otra Santiago Carrillo influenció, y por supuesto, comprender y entender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Santiago Carrillo.
Las biografías y las vidas de personas que, como Santiago Carrillo, atraen nuestra atención, deben ayudarnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Santiago Carrillo, el motivo por el cual Santiago Carrillo vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inexorable, la historia.
Vida y Biografía de Santiago Carrillo
(Santiago Carrillo Solares; Gijón, Asturias, 1915 - Madrid, 2012) Político comunista español. Hijo de un señalado componente socialista, prosiguió en un inicio los pasos de su padre entrando en las Juventudes Socialistas, de las que llegaría a ser secretario general en 1934. Trabajó como periodista en El socialista desde 1928. En 1934 participó en la fracasada Revolución de Octubre en Asturias, con lo que pasó un par de años en la prisión.
En 1936 fomentó la unificación de las organizaciones juveniles socialista y comunista, formando las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU); poco después ingresaba en el Partido Comunista de España (PCE), quitando de esta manera al PSOE su militancia juvenil; en 1937 entró en el Comité Central del PCE. Durante la Guerra Civil de españa (1936-39) fue integrante de la Junta de Defensa de Madrid.
Al terminar la guerra marchó al exilio, lugar desde el que prosiguió participando en la dirección del partido, más que nada desde el momento en que, en 1960, sucedió a Dolores Ibárruri en la secretaría general. En sintonía con sus protectores soviéticos, decidió liquidar la resistencia guerrillera contra el régimen de Francisco Franco y fomentar la iniciativa de una «reconciliación nacional» (1956), tal como despedir del partido a los llamados «desviacionistas de derechas» (Jorge Semprún, Fernando Claudín) en 1964. Desde la invasión soviética de Checoslovaquia (1968), que Carrillo condenó, comenzó a apartarse de las directivas de Moscú y a alinearse con el Partido Comunista Italiano de Enrico Berlinguer, en una línea de independencia famosa como eurocomunismo.
Al fallecer Franco en 1975, Carrillo logró servir el prestigio y la fuerza que los marxistas habían alcanzado en la pelea por las libertades: entró clandestinamente en España, se realizó parar y fue liberado 12 días después (1976), como preámbulo de la legalización del PCE (9 de abril de 1977), que fue entre los pasos mucho más esenciales del presidente Adolfo Suárez en la transición a la democracia. Previamente, Carrillo había impuesto al Partido una política de moderación y había brindado todo tipo de garantías de accionar democrático y movimientos conciliadores (como la aceptación de la bandera nacional).
Desde las primeras selecciones democráticas (1977), Santiago Carrillo fue escogido diputado por Madrid (reelegido en 1979 y 1982); pero los mediocres desenlaces electorales del partido y el goteo de abandonos de personalidades de talante «renovador» le llevaron a dejar la Secretaría General a cargo de un hombre mucho más joven, Gerardo Iglesias, en 1982.
Previamente había impulsado el abandono de la ideología leninista (lo que provocó escisiones del partido por la izquierda, más que nada en Cataluña); su actitud de creciente acomodo a la verdad le fue distanciando aun del marxismo, tal es así que llegó a preconizar una aproximación al Partido Socialista; el combate con la dirección del PCE le llevó a ser expulsado del partido en 1986.
Con sus fieles mucho más leales formó entonces un grupúsculo llamado Partido de los Trabajadores de España, que se fusionó con el PSOE en 1991 tras un total fracaso en las urnas. Él mismo, no obstante, no dio ese paso, sino se retiró de la política activa, sosteniendo una audiencia entre la opinión pública como testigo lúcido de la pelea contra el franquismo, de la transición a la democracia y de la política de españa generalmente.
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