Conocer lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Santa Teresa de Los Andes, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es una cosa esencial para que podamos apreciar no sólo la vida de Santa Teresa de Los Andes, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Santa Teresa de Los Andes, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Santa Teresa de Los Andes influenció, y desde luego, comprender y entender cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Santa Teresa de Los Andes.
Vida y Biografía de Santa Teresa de Los Andes
(Juana Fernández Del sol; Santiago de Chile, 1900 - Los Andes, 1920) Joven religiosa que fue la primera santa chilena de la Iglesia Católica. Desde muy pequeña había dado muestras de su espiritualidad: deseó comulgar con tan solo cinco años, prometió a los seis rezar el rosario todos y cada uno de los días y a los catorce amadrinó a un niño que le había pedido limosna en la calle. La lectura de la obra Historia de un alma, de la carmelita francesa Teresita del Niño Jesús y, más que nada, las proyectos de Santa Teresa de Jesús, a quien consideró su guía y profesora, influyeron de enorme manera en el avance de su vocación.
Probó ser una espléndida estudiante en distintos institutos religiosos de su localidad natal, como el internado del Sagrado Corazón de Maestranza. A pesar de la oposición de sus progenitores, cuyos inconvenientes económicos les impedían conseguir la dote precisa, en el mes de agosto de 1918 abandonó el instituto con la intención de entrar en la orden del Carmelo.
Durante su preparación para el Carmelo, el 7 de diciembre de 1915, un día antes que su confesor le dejara llevar a cabo su primer voto de castidad, Juana escribió en su períodico: "Es mañana el día mucho más grande de mi vida. Voy a ser mujer de Jesús. ¿Quién soy yo y quién es Él? El todopoderoso, inmenso, la Sabiduría, Bondad y Pureza misma se marcha a juntar a una pobre pecadora. ¡Oh, Jesús, mi amor, mi vida, mi consuelo y alegría, mi todo! ¡Mañana voy a ser tuya! ¡Oh, Jesús, amor mío! Madre mía, mañana voy a ser doblemente tu hija. Voy a ser Esposa de Jesús. Él va a poner en mi dedo el anillo nupcial. Oh, soy feliz, ya que puedo mencionar con verdad que el único amor de mi corazón fué Él".
El 7 de mayo de 1919 ingresó en las Carmelitas de Los Andes y pasó a nombrarse Teresa de Jesús, si bien después sería famosa como Teresa de Los Andes. Seis meses después inició su noviciado al tomar el hábito de Carmelita. Durante su estancia en el convento no dejó de redactar cartas a sus familiares y amistades en las que proclamaba su amor a Jesucristo, a la Virgen María y a la Eucaristía, aparte de su alegría y su felicidad por ver cumplida su vocación: "de esta manera pasamos la vida; orando, haciendo un trabajo y riéndonos".
A lo largo de su corta vida padeció múltiples patologías, como la difteria y el tifus. De los 11 a los 15 años padeció trastornos de salud cada 8 de diciembre, estando múltiples ocasiones en riesgo de muerte. Nunca expresó, no obstante, la mucho más mínima protesta, en tanto que creía que era Dios quien le "dejaba padecer". En 1918 Juana le había preguntado a su confesor: "lo que yo deseo entender es dónde piensa que me santificaré mucho más próximamente; ya que como le he manifestado múltiples ocasiones, mi Señor me dió a comprender que viviría poquísimo". En 1920 cayó dificultosamente enferma como consecuencia de un tifus, y en producto de muerte recibió los hábitos como sor Teresa de Jesús. Después de una agonía de 14 días, murió en el convento el 12 de abril de 1920.
Tras un desarrollo de beatificación iniciado 40 años antes, en 1987 fue proclamada santurrona por el papa Juan Pablo II, como "la luz de Cristo y el faro lumínico que debe asesorar a los chilenos". En 1993 fue canonizada y declarada primera santa del país con el nombre de Santa Teresa de Los Andes. Sus restos descansan en el santuario de Auco, en Los Andes.
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