Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la importancia que atesoró Salomé Ureña de Henríquez en la historia. Cómo vivió y lo que hizo mientras estuvo en la tierra fue decisivo no sólo para las personas que conocieron a Salomé Ureña de Henríquez, sino que tal vez dejó una huella mucho más profunda de lo que podamosimaginar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Salomé Ureña de Henríquez de forma personal.Salomé Ureña de Henríquez fue uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Salomé Ureña de Henríquez, atraen nuestra atención, deben ayudarnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Salomé Ureña de Henríquez, porqué Salomé Ureña de Henríquez vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo en su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Beato Domingo, 1850 - 1897) Poetisa dominicana. Figura central del romanticismo dominicano y entre las mayores escritoras que dió el país, Salomé Ureña fue además de esto la predecesora de una nutrida serie de voces femeninas que, ahora en el modernismo, logró de Hispanoamérica una fértil «tierra de versistas», con personajes principales tan insignes como la argentina Alfonsina Storni, las uruguayas Delmira Agustini y Juana de Ibarbourou o la premio Nobel chilena Gabriela Mistral, por ejemplo.
Hija de Nicolás Ureña de Mendoza y Gregoria Díaz de León, Salomé Ureña medró en el seno de una familia letrada que propició su capacitación literaria. A los veinte años contrajo matrimonio con Francisco Henríquez y Carvajal, médico y político que llegaría a presidente de la nación; con él tuvo 4 hijos: Francisco, Pedro, Max y Camila.
Autora de una refulgente obra lírica que, en unión a la de José Joaquín Pérez y Gastón Fernando Deligne, forma la producción de la llamada "trilogía de los versistas mayores" del romanticismo dominicano, dejó una parte de su legado intelectual y artístico en la capacitación humanística que dio a sus hijos, entre los que recalcaron en especial Max Henríquez Ureña y Pedro Henríquez Ureña, los dos reputados escritores y ensayistas.
En su faceta de autora, Salomé Ureña desplegó una intensa actividad poética que, encuadrada en los modelos formales y estilísticos de la centuria previo (facilidad y claridad expresivas, moldes estróficos tradicionales y equilibrio propio de la literatura neoclásica), se adentró al tiempo en los tonos románticos de su tiempo y se ocupó, desde sus contenidos temáticos, de los anhelos y también inquietudes del hombre antillano de la segunda mitad del siglo XIX. Entre sus primordiales intranquilidades temáticas figura, primeramente, la reflexión ética sobre la patria, a la que la autora profesa un desmedido amor que queda plasmado en su consagración al trabajo y a la sabiduría como elementos imprescindibles para el avance de su pueblo.
Exactamente, este interés por el avance forma el segundo enorme núcleo temático de la obra de Ureña de Henríquez, encaminado en 2 vertientes bien establecidas: por una parte, la seguridad ciega del hombre decimonónico en los métodos positivistas, que no solo habrían de traer los adelantos especialistas y las actualizaciones en la calidad de vida, sino más bien asimismo un avance ético y popular que se traduciría en el derribo de las fórmulas políticas dictatoriales y el advenimiento de nuevos regímenes democráticos; y, por otra parte, la fe de la autora no solo en los cambios actualmente presente, sino más bien en el rutilante futuro que, en la situacion de imponerse finalmente estos, le aguardaba a su patria y, generalmente, a todas y cada una de las naciones hermanas de charla hispana.
Al lado de los temas del amor a la patria y la fe en el avance ética y material de su nación, en la poesía de Salomé Ureña de Henríquez se muestran asimismo permanentes referencias a los pequeños aconteceres familiares, transformados -merced a la deliciosa sensibilidad de la autora- en elocuente material poético. Se configura de esta forma, en grupo, una producción lírica de deslumbrante fuerza, claridad y vigor expresivo, que llama la atención por su acento animoso y vitalista no solo en aquellas creaciones centradas en la ensaltación de la patria y la historia dominicana moderna, sino más bien asimismo en los poemas que, más allá de su alcance mucho más íntimo o familiar, no dejan de llevar dentro ese anhelo de encontrar una identidad nacional que contribuya a la determinante consolidación del pueblo dominicano como solo una patria.
Este afán al unísono ético y artístico quedó patente asimismo en las múltiples y fecundas ocupaciones pedagógicas que hizo durante su historia. Discípula del enorme escritor y educador puertorriqueño Eugenio María de Hostos, Salomé Ureña de Henríquez desplegó una infatigable tarea pedagógica que se manifestó no solo en su ingreso a las cátedras mucho más reputadas de la nación dominicana, sino más bien asimismo en sus permanentes sacrificios dirigidos a fundar el mayor número viable de centros premeditados a la capacitación superior de las mujeres de la isla antillana. Así, en 1887, asistió a la inauguración del Instituto de Señoritas, cuya fundación había impulsado y del que seis años después salieron las seis primeras maestras de República Dominicana.
Sus creaciones poéticas, desperdigadas en hojas volanderas entre amigos y populares, o en páginas de periódicos y gacetas de la temporada, vieron la luz por último en un apreciado volumen recopilatorio anunciado bajo el título de Poesías de Salomé Ureña de Henríquez (1880). Ya bien entrado el siglo XX, el interés que proseguían provocando los versos de la versista dominicana aconsejó una edición de su obra lírica en España, publicada bajo el apartado genérico de Poesías (1920), libro al que prosiguieron otras ediciones tan ricas y pormenorizadas como Poesías terminadas (1950), efectuada en conmemoración del primer centenario del nacimiento de la autora. Abundan en su obra los poemas recordables: A mi hijo y Padre mío entre los de temática intimista; La gloria del avance y La fe en el futuro entre los de tema patriótico, con acentos en alguna ocasión fatalistas, como en Sombras; en la naturaleza y el paisaje natal se centran creaciones como La llegada del invierno, que mereció los encomios del erudito español Marcelino Menéndez Pelayo.
¿Qué te ha parecido la crónica de la vida de Salomé Ureña de Henríquez? ¿Has podido leer toda aquella información que pensabas que ibas a encontrar?
Sin duda alguna llegar a comprender a Salomé Ureña de Henríquez es algo que se reserva a muy pocas personas, y que tratar de recomponer quién y cómo fue la vida de Salomé Ureña de Henríquez es una suerte de puzzleque tal vez podamos reconstruir si cooperamos todos en conjunto.
Por ese motivo, si eres del tipo de personas que confían en que de modo colaborativo es posible hacer algo mejor, y tienes información sobre la existencia de Salomé Ureña de Henríquez, o en relación con algún matiz de su personalidad u creación que no se observe en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.
Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son siempre esenciales, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de alguien como Salomé Ureña de Henríquez, que tuvo su importancia en una época determinada, es indispensable tratar de ofrecer una visión de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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