Apreciar las luces y las sombras de las personas destacadas como Sabino Arana Goiri, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de poner en valor no sólo la vida de Sabino Arana Goiri, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Sabino Arana Goiri, aquellas personas a quienes de un modo u otro Sabino Arana Goiri influyó, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Sabino Arana Goiri.
Las biografías y las vidas de personas que, como Sabino Arana Goiri, seducen nuestra atención, tienen que ayudarnos en todo momento como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de comprender la biografía de Sabino Arana Goiri, el motivo por el cual Sabino Arana Goiri vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma inevitable, la historia.
Padre del nacionalismo vasco (Bilbao, 1865-1903). Procedente de una familia carlista del vecindario de Abando, Sabino Arana inició su educación en Bayona (Francia), adonde la familia había huido en 1873, al descubrirse la implicación de su padre en el contrabando de armas para los incondicionales de don Carlos María Isidro de Borbón. Después pasó por un instituto de jesuitas y completó su capacitación aprendiendo vasco a lo largo de una extendida convalecencia.
Interrumpió sus estudios de derecho en la Universidad de Barcelona al fallecer su madre, en 1888. Desde entonces, apartado en su casa de Albia, se dedicó a la investigación histórica y filológica, ofuscado por la identidad del pueblo vasco. Elaboró multitud de productos (la mayor parte sobre temas lingüísticos) que, en 1892, compendió bajo el título Bizcaya por su independencia; en 1893 los presentó frente varios seguidores en un acto que representa el arranque de su actividad política (el llamado «juramento de Larrazábal»).
Su ideología de entonces, racista y retrógrada, no desentonaba en el contexto europeo de fin de siglo, en el que abundaban los nacionalismos xenófobos y chovinistas; además del referente mítico de la lengua, común en la mayoría de los nacionalismos de europa desde los románticos alemanes, Sabino Arana dotó a su movimiento de un tinte tradicionalista (reclamación de los «fueros» como constitución propia del país) y de un confesionalismo católico rayano con el integrismo, que han quedado reflejados en su lema Dios y leyes viejas. Creía haber descubierto los principios eternos del «ser» vasco, a cuyo olvido atribuía la caída histórica del país y su dominio a ideas foráneas.
Logró objeto de sus asaltos a los inmigrantes venidos de otras zonas de España, a los socialistas y al movimiento obrero generalmente, tal como a los principios de tolerancia del liberalismo; Sabino Arana logró de esta forma entroncar con los miedos y las fracasos de las clases medias de la provincia de Vizcaya, intensamente sacudidas por el progreso de la revolución industrial, que acogieron la iniciativa nacionalista como razonamiento ideológico de su pelea contra la clase obrera y contra el Estado centralista de la Restauración, al que consideraban aliado de los enormes capitalistas autóctonos.
Sabino Arana planteaba en aquella temporada la independencia de Vizcaya como vía de restauración de su identidad, dejando que todas las sobrantes provincias vascas de España y de Francia recorriesen exactamente el mismo sendero por su cuenta, hasta reunirse todas y cada una en una Euskalerria federal.
En 1894 dio el paso definitivo para editar sus estridentes ideas en un movimiento político: creó el jornal Bizcaitarra (por cuyo contenido sería procesado múltiples ocasiones) y el Euskaldun Batzokiya, clase de círculo recreativo designado a encauzar la publicidad político-cultural de los nacionalistas. Puestos a la obra, inventó aun un nombre para el país que proyectaba (Euzkadi) y una bandera inspirada en la de Inglaterra (la ikurriña).
En 1895 acabó su obra con la fundación del Partido Nacionalista Vasco, primordial organización nacionalista del País Vasco a lo largo de mucho más de cien años. La evolución moderada y «españolista» que experimentó Arana en los últimos tiempos de su historia determinó la posterior ambigüedad ideológica del movimiento nacionalista y las continuas tensiones que hubo en su seno entre autonomistas y también independentistas.
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Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son decididamente determinantes, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de un ser como Sabino Arana Goiri, que poseyó su trascendencia en un momento concreto de la historia, es esencia tratar de brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.
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