Russell Crowe

Ya sea inspirando a otros o siendo parte de la actuación. Russell Crowe es uno de esos sujetos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestro interés por el grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la existencia de Russell Crowe es comprender más acerca de un periodo concreto de la historia del género humano.

Conocer las luces y las sombras de las personas significativas como Russell Crowe, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo básica para que seamos capaces de apreciar no sólo la existencia de Russell Crowe, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Russell Crowe, gentes a quienes de un modo u otro Russell Crowe influyó, y ciertamente, comprender y entender cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Russell Crowe.

Vida y Biografía de Russell Crowe

(Wellington, Nueva Zelanda, 1964) Actor de origen neozelandés que ha creado su trayectoria en su país, en Australia y en Estados Unidos, donde fue premiado con un Oscar por su interpretación en Gladiator (2000).

Russell Ira Crowe nació el 7 de abril de 1964 en Wellington, Nueva Zelanda, más allá de que se crió y pasó la mayoría de su historia en Australia. Contaba 4 años en el momento en que sus progenitores, Joselyn Wemyss y Alex Crowe, se trasladaron a Sydney. Allí se encargaron del servicio de catering en rodajes y platós de televisión, lo que le familiarizó con el ámbito e inclusive facilitó su inclusión en varias series, como Spyforce (que rodó a los seis años), The young doctors o Police rescue.

Pero ahora entonces empezó a enseñar los signos de rebeldía que de mayor harían de él un «tipo duro». A los diez años (edad donde, por otro lado, empezó a fumar) se rompió un diente en el transcurso de un partido de fútbol y su resistencia a ir al dentista le costó un papel en una miniserie.

Después, más allá de la insistencia de sus progenitores, que soñaban con su porvenir como actor, se negó a proseguir aprendiendo interpretación en el National Institute for Dramatics Arts de Sydney. Prefirió trabajar como camarero o cantar números en un bingo en el momento en que no se liaba a puñetazos con otros jovenes gracias a los inconvenientes que le provocaba su ascendencia aborigen por parte materna, en virtud del racismo antimaorí reinante.

Crowe se sentía orgulloso de su abuelo indígena, Stan Wemyss, fotógrafo en el campo de guerra a lo largo de la Segunda Guerra Mundial que fue condecorado por la reina de Inglaterra con la Cruz del Imperio Británico. De hecho, heredó la insignia a la desaparición de aquel y la lucía en la solapa y también logró referencia a ella a lo largo de la liturgia de distribución de los Oscars.

Coqueteos con la música

Quizás con el afán de conciliar esa doble identidad sanguínea, pasaba largas temporadas en su localidad natal. Allí inició su trayectoria musical. Fue un nuevo empleo como disc-jockey, a los dieciséis años, lo que le animó a conformar un conjunto de rock, Roman Antix, rebautizado después con su nombre de hoy, 30 Odd Foot of Gunts, que encabezó como artista y guitarrista con el seudónimo de Rus LeRoc al lado de sus amigos Garth Adan, Dean Cochran y Dave Kelly, y cuyo primer single, I want to be like Marlon Brando (‘Deseo ser como Marlon Brando’), título premonitorio que logró amplia y extensa difusión en el campo neozelandés, sonaba ahora a declaración de pretenciones.

De regreso en Sydney, y tras múltiples recitales locales, le ofrecieron una intervención en el musical Grease, que enlazó con el papel personaje principal en The rocky horror picture espectáculo, con el que recorrió en da un giro Australia y Nueva Zelanda a lo largo de tres temporadas (1986-1988) y del que se hicieron mucho más de cuatrocientas representaciones.

Acto seguido, encabezó el elenco de otro montaje musical, Bad boy Johnny and the prophets of doom, instante en que decidió tomarse la profesión seriamente y estudiar arte dramático. No por este motivo descuidó su conjunto musical, que transcurrido un tiempo alcanzó una popularidad paralela a la suya y, como él, traspasó fronteras hasta presenciar las mieles del triunfo a lo largo de la da un giro de 2001 por Estados Unidos para enseñar su último disco, The photograph kills.

La carrera cinematográfica

Crowe rodó su primera película a fines de 1989, tras múltiples trabajos en los niveles, y si bien con sus primeras intervenciones consiguió alguna notoriedad en su país de adopción y ciertos premios de relevancia como mejor intérprete secundario, el salto a Hollywood se causó unos años después y merced a la actriz Sharon Stone, quien demandó que fuera su compañero en Rápida y mortal (1995), de Sam Raimi, tras conocer en él «al actor mucho más hot de todo el mundo» en Romper stomper (1992), de Geoffrey Wright. Su sólida presencia física y la ductilidad para realizar suyos los individuos mucho más disímiles actuaron el resto, y no tardó en conseguir creciente prestigio con sus siguientes trabajos.

Precisamente tuvo un golpe de suerte con Gladiator (2000), de Ridley Scott, un realizador habituado a actualizar géneros y, como tal, a marcar jalones en la historia del cine. Eso significaron Alien y Blade Runner en el lote de la ciencia-ficción. Con Gladiator, un coctel que mezcla con maestría obvias referencias al fuerte Kirk Douglas de Espartaco, al ámbito y la tensión del Ben-Hur de William Wyler y Charlton Heston, a las conspiraciones políticas al estilo de Yo, Claudio y una puesta cada día de la grandiosidad de Roma reconstruida por computador, Ridley Scott logró otro tanto.

La liturgia de distribución de los Oscars de Hollywood de 2001 transformó a Russell Crowe -premiado con el premio al mejor intérprete masculino por su actuación en Gladiator- en entre las figuras de todo el mundo del cine mucho más cotizadas actualmente. El actor veía coronada de esta forma su intensa carrera.

Pero en el momento en que Gladiator batía récords de taquilla por el planeta con los parabienes de la crítica y él rodaba un nuevo largometraje al lado de Meg Ryan, el reconocimiento del actor llegó a su cenit y le mostró sus 2 caras: la del reconocimiento profesional por su tarea, en periódicos y gacetas preparadas, y la de la reprobación y el acoso por la parte de otro género de medios gracias a la relación sentimental que sostenía con la actriz y la coherente separación del hasta el momento impoluto matrimonio de esta con el actor Dennis Quaid.

Más allá de la mala prensa que tuvo la fugaz aventura cariñosa y su calado en el puritanismo popular estadounidense, a Crowe absolutamente nadie le privó del Globo de Oro y del Oscar. Aunque asimismo es verdad que, por entonces, Meg Ryan había vuelto a su redil conyugal y él vivía un nuevo romance con la australiana Peta Wilson, personaje principal de la serie Nikita, en su rancho australiano, a siete horas de Sydney.

Allí, en el campo, lejos de Los Ángeles y cubierto de sus 350 vacas, frecuenta encontrar la estabilidad para la composición anterior de sus individuos. Es un intérprete demasiado polivalente: puede engordar o bajar de peso veinte kilogramos o aprenderse un monólogo en japonés si de esta forma lo pide el guion; puede transformarse en drag queen o skin head, en gánster o general de roma. En cualquier situación, hay que reconocerle entre las presencias mucho más creíbles, definitivas y capaces que pasaron por la pantalla en los últimos tiempos.

Crowe tiene popularidad de tipo sincero en un ámbito donde la hipocresía es ley de subsistencia. Sincero hasta sus últimas secuelas, no se doblega frente a los imperativos de el reconocimiento: aguanta mal el acoso de la prensa, le aburren las entrevistas, odia el estilo de vida de Los Ángeles y no asiste a las fiestas de Hollywood. Tras el Oscar multiplicó sus honorarios por película, y en ese sentido pisó los talones a los peces gorditos del star system, con Harrison Ford y Tom Cruise a la cabeza, pero desde su novedosa situación aseguraba que no trabajaba por aproximadamente dinero, sino más bien en el momento en que tenía frente sí un guion atrayente, un óptimo personaje y un directivo que no fuera un inepto.

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Por eso, si eres del tipo de personas que creen en que de modo colaborativo se puede crear algo mejor, y detentas información con respecto a la existencia de Russell Crowe, o acerca de algún particularidad de su figura u creación que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.

Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son siempre fundamentales, ya que marcan la diferencia, y en la ocasión de la vida de un ser como Russell Crowe, que poseyó su relevancia en un momento concreto de la historia, es vital intentar brindar una visión de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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