La historia de la civilización está contada por los hombres y mujeres quea lo largo de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han ocasionado quela humanidad, de un modo u otro,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la relevancia que atesoró Rosalía de Castro en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo mientras permaneció en la tierra fue decisivo no sólo para aquellas personas que frecuentaron a Rosalía de Castro, sino que quizá produjo una señal mucho más insondable de lo que podamossospechar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Rosalía de Castro en persona.Rosalía de Castro ha sido una persona que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Comprender lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Rosalía de Castro, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo sustancial para que podamos poner en valor no sólo la vida de Rosalía de Castro, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Rosalía de Castro, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Rosalía de Castro influenció, y sin duda, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Rosalía de Castro.
(Santiago de Compostela, España, 1837 - Padrón, id., 1885) Escritora de españa en lenguas castellana y gallega. Perteneciente por línea materna a una familia noble, su adolescencia estuvo dominada por una profunda crisis adecuada al hallazgo de su condición de hija ilícita de un sacerdote, y por una frágil salud, que nunca mejoró.
Su primer libro, La flor, se publicó en Madrid en 1857 y recibió elogiosas críticas de Manuel Martínez Murguía, crítico señalado del Renacimiento gallego, con quien Rosalía de Castro contrajo matrimonio por año siguiente. Vivió en la mitad de permanentes dificultades económicas, encargada de su hogar y a sus hijos; la desaparición de su madre y la de uno de sus hijos fueron 2 duros golpes para ella.
A esta amarga experiencia tiene relación su primera obra de madurez, el libro de poemas A mi madre (1863), al que prosiguieron los Cantares gallegos (1863), canto a su Galicia rural, lleno de añoranza y demanda frente a la explotación de los segadores por la parte de Castilla. Con Cantares gallegos, escrito íntegramente en lengua gallega, dio comienzo el renacimiento poético en esa lengua, que próximamente respaldarían Manuel Curros Enríquez y Eduardo Pondal.
Regresó después a la novela con Ruinas (1866), historia de tres mujeres ejemplares y desdichadas en el seno de un ámbito moderno que perciben como extraño. Un año después se publicó su obra narrativa mucho más conseguida, El caballero de las botas azules (1867), novela enigmática y fabulosa que conecta con lo destacado de su tarea lírica.
En 1880 apareció su segundo libro en gallego, las Follas novas, expresión angustiada y también intimista sobre la desaparición y la soledad del humano. Cierran su producción literaria la novela El primer ido (1881) y el poemario en lengua castellana En las riberas del Sar (1885); este último sigue la línea de meditación metafísica iniciada con Follas novas, más allá de que acentuando en esta ocasión el sentimiento espiritual.
La obra de Rosalía, que se desplaza entre una preocupación de tipo popular por las duras condiciones de los pescadores y los campesinos gallegos y otra de carácter metafísico que la ubica en la literatura existencial, se ha equiparado a la de Gustavo Adolfo Bécquer en la medida en que gerente tardía del Romanticismo español, más allá de que esta relación viene mucho más por la red social de fuentes literarias que por una real afinidad de actitud literaria y escencial. Bécquer y Rosalía son señalados por la crítica como los iniciadores de la poesía de españa moderna; los versos de Rosalía adelantaron ciertos puntos del modernismo de Rubén Darío, y su predominación se extendió, a través de Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez, a la generación del 27.
La poesía de Rosalía de Castro, particularmente, indica ansiedad, una incomodidad angustiada frente extraños pálpitos que se perciben como propios en el mucho más próximo ambiente. Asimismo, su dolorosa sensibilidad proyectó un grupo de espléndidas visiones del paisaje gallego en las que se destaca una atmósfera gris de tristeza indefinible. Esa sensibilidad fue la que transportó una concepción de la naturaleza como la de una situación animada, enigmática, y cuyos signos mucho más perceptibles charlan de una vida débil.
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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son siempre determinantes, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de alguien como Rosalía de Castro, que tuvo su significación en una época determinada, es esencia intentar mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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