Rodolfo Halffter

Ya sea inspirando a otras personas o formando parte de la acción. Rodolfo Halffter es uno de esos sujetos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra atención por el grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Rodolfo Halffter es comprender más acerca de etapa determinada de la historia del ser humano.

Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la relevancia que tuvo Rodolfo Halffter en la historia. El modo en que vivió y aquello que hizo durante el tiempo que permaneció en el mundo fue determinante no sólo para aquellas personas que trataron a Rodolfo Halffter, sino que tal vez legó una señal mucho más honda de lo que podamosfigurar en la vida de gente que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Rodolfo Halffter de forma personal.Rodolfo Halffter fue una persona que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Rodolfo Halffter

(Madrid, 1900 - México, 1987) Compositor español. Su padre, Ernesto Halffter Hein, era de origen prusiano, y su madre, Rosario Escriche, catalana de raíces andaluzas. Rodolfo era el mayor de seis hermanos, entre aquéllos que se encontraba el asimismo compositor Ernesto Halffter y la increíble pianista Margarita. El ámbito intelectual que reinaba en la familia le llevó a comprender a individuos de la civilización actualmente, como el musicólogo Adolfo Salazar y los escritores y versistas Ramón Ledesma, Federico García Lorca, Rafael Alberti o Rubén Darío, habituales de las asambleas festejadas en la vivienda de los Halffter.

Se formó de forma autodidacta como compositor, más allá de que recibió ciertas enseñanzas de armonía de Francisco Esbrí. Rodolfo Halffter siempre y en todo momento consideró como profesores a Manuel de Falla (con quien tuvo bastante trato), Claude Debussy y Arnold Schönberg, cuyo Tratado de Armonía, leído en su juventud, le marcó de enorme manera. Fue el primordial gerente de la llamada Generación musical del 27 o Generación de la República, dentro por músicos como su hermano Ernesto, Gustavo Pittaluga, Salvador Bacarisse o Rosa García Ascot, entre otros muchos, y en ella jugó un papel activo hasta el desenlace de la Guerra Civil De españa.

En la década de los años veinte entró en contacto con los intelectuales que se reunían en la Residencia de Estudiantes, como Juan Ramón Jiménez, Salvador Dalí, Luis Buñuel y Rafael Alberti. Cuando este último ganó el Premio Nacional de Literatura con Marinero en Tierra, Rodolfo y otros músicos pusieron música a ciertos de sus poemas. Varias décadas después, en 1960, Halffter escribiría su Op. 27 para voz y piano, que transporta exactamente el mismo título que la citada obra de Alberti.

Asimismo fue en esta década en el momento en que Halffter trabó amistad con el pianista húngaro afincado en Madrid Fernando Ember, quien interpretó distintas proyectos suyas en la Sociedad Nacional de Conciertos de Madrid. Asimismo, merced al ahora mencionado Adolfo Salazar, Halffter entró a trabajar como crítico musical para el períodico El Sol hacia 1924.

Su música en este periodo se aproxima por una parte al scarlattismo que admiraba Falla, al neoclasicismo que interesó a su generación y, por otro, a la modernización del lenguaje de la música de españa a la forma de Falla y de la música europea actualmente. Fue nuestro Falla quien le dio consejos sobre su Suite para Orquesta Don Lindo de Almería Op. 1 y sus Sonatas de El Escorial Op. 2. para piano, que tienen que bastante a la obra para clave de Falla, del padre Antonio Soler y de Domenico Scarlatti. La Suite fue estrenada en 1930 en el Teatro de la Comedia de Madrid con enorme éxito. Al año siguiente contrajo matrimonio con Emilia Salas, con la que tuvo a su único hijo, Gonzalo.

En 1938 presentó en París un concierto de sus proyectos y un año después, terminada la guerra civil, se exilió a México, donde consiguió la nacionalidad mexicana, más allá de que jamás renunció a la de españa. Durante la contienda de españa compuso la ópera Clavileño y las Canciones de la Guerra Civil De españa. Una vez en México evolucionó hacia nuevos idiomas, aproximándose a la "politonalidad aparente", que proseguía las teorías expuestas por la lengua francesa Louis Lucas en su libro L´acoustique nouvelle, y al serialismo, lo que se refleja en Tres hojas de álbum (1953) y Tripartita (1959).

En 1940 fue nombrado instructor del Conservatorio Nacional de México y ese año se estrenó Don Lindo de Almería en versión para ballet, al cargo de la coreógrafa y bailarina Ana Sokolov, a la sazón amiga de Halffter. Fruto de este estreno brotó la compañía de danza actualizada La Paloma Azul, establecida por nuestra Sokolov y cuyos ayudantes fueron el escritor José Bergamín y nuestro Rodolfo Halffter. El músico fue nombrado próximamente directivo artístico de la compañía, que estrenó distintos ballets con partituras de músicos mexicanos o establecidos en México en la época como Carlos Chávez, Blas Galindo o Halffter (La Madrugada del Panadero Op. 12, apoyado en un concepto de José Bergamín).

Halffter fue asimismo editor-principal creador de la gaceta Nuestra Música (1946-1953), y en 1959 fue nombrado secretario del departamento de música del Instituto Nacional de Bellas Artes de México. Dos años después se unió al consejo asesor de la Orquesta Sinfónica Nacional mexicana y por aquella época empezó a investigar la composición modal y a proponerse formas al azar, lo que soluciona en proyectos pianísticas como Sonata 3 (1967) y Laberinto (1972). En su producción, que no pierde las raíces españolas, resaltan las piezas para piano, que tienen la posibilidad de considerarse adjuntado con las de Frederic Mompou las mucho más esenciales escritas por un español en el siglo XX.

Desde la década de los sesenta efectuó usuales viajes a España para impartir tutoriales en Granada y Santiago de Compostela. En 1969 fue nombrado integrante vitalicio de la Academia de Bellas Artes de México y en 1986 consiguió el Premio Nacional de Música de España. La última obra que escribió fueron sus Apuntes para Piano (1985), una de cuyas piezas era un homenaje a Francis Poulenc.

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