La historia del mundo la narran aquellas personas queen el transcurrir de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela civilización, de un modo u otro,avance.
Ya sea inspirando a más seres humanos o siendo una pieza esencial de la acción. Roberto Bolaño es uno de esos seres humanos cuya vida, sin duda alguna, merece nuestra consideración debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Roberto Bolaño es conocer más acerca de etapa determinada de la historia de la humanidad.
Conocer lo bueno y lo malo de las personas destacadas como Roberto Bolaño, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa sustancial para que podamos apreciar no sólo la existencia de Roberto Bolaño, sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Roberto Bolaño, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Roberto Bolaño influyó, y desde luego, comprender y entender cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Roberto Bolaño.
(Santiago, 1953 - Barcelona, 2003) Escritor chileno afincado en España desde finales de la década de 1970. Autor de increíble talento, forzó los límites de la literatura en una secuencia de novelas con las que se consagró como entre las voces mucho más esenciales y personales de la narrativa sudamericana. En solo una década, en una especide de carrera contra la adversidad, Bolaño dejó atrás la marginalidad y “se transformó en un fabulista y novelista central, quizás el más importante de su generación, indudablemente el mucho más original y el mucho más infrecuente”, en expresiones del asimismo escritor chileno Jorge Edwards.
Roberto Bolaño Ávalos nació en Santiago el 28 de abril de 1953, hijo de León Bolaño, transportista, y de Victoria Ávalos, maestra. Pasó su niñez en Viña del Mar, donde cursó sus primeros estudios, en Quilpué y en Cauquenes. En Quilpué efectuó a los diez años su primer trabajo como boletero en una línea de buses que cubría el camino Quilpué-Valparaíso.
En 1968 la familia se trasladó a Ciudad de México, donde Roberto pasó su adolescencia concentrado en la lectura, encerrado por varias horas en la biblioteca pública. Pronto decidió que deseaba ser escritor y comenzó a trabajar como articulista en distintas medios. Al cumplir los veinte años deseó regresar a Chile. Corrían los días anteriores al golpe de Estado de Augusto Pinochet y Bolaño se incorporó a la resistencia, pero fue detenido. Tras ocho días en la prisión (fue liberado merced a la intercesión de 2 detectives que resultaron ser ex- compañeros de instituto), decidió regresar a México y ocuparse de lleno a la literatura.
En México creó, adjuntado con un conjunto de versistas mexicanos, un movimiento de vanguardia llamado infrarrealismo, y en 1975 vio al final publicados sus primeros trabajos, reunidos en la antología poética Poetas infrarrealistas mexicanos. Sin embargo, “desganado de lo literario”, abandonó México y partió primero para El Salvador, donde conoció al poeta Roque Dalton, y más tarde a Europa. Tras viajar por múltiples países de europa y por el conjunto de naciones africano, por último decidió establecerse en España.
No fue una época simple; se encontraba solo, sin papeles, tenía adversidades económicas… Trabajó en múltiples oficios (fue lavavajillas, camarero, vigilante nocturno, basurero, descargador de navíos, vendimiador...) hasta el momento en que ha podido sostenerse a través de su participación en certámenes literarios. Todas estas vivencias las transformaría, mucho más adelante, en temas de su ficción.
En 1984 publicó, en colaboración con Antoni García Porta, su primera novela, Consejos de un acólito de Morrison a un fanático de Joyce, con la que consiguió el premio Ámbito Literario. Ese mismo año lanzó La senda de los elefantes, que fue premiada con el premio Félix Urabayen.
Un par de años después fijó su vivienda en la población ribereña de Blanes (Girona), donde, sin dejar su interés por la poesía, se centró poco a poco más en la narrativa. Trabajaba en un pequeño estudio solamente a cincuenta metros de su casa, siguiendo ciertos rituales indispensables: música de rock de la década de 1970, una infusión de manzanilla con miel y tabaco, muchos cigarros. Escribía tres folios cada día; si las cosas mejoraban, hasta diez. Cuidaba bastante de la composición de sus libros y reescribía bastante.
En 1993 los médicos le diagnosticaron una grave patología hepática. A partir de entonces Bolaño se obsesionó con dejar un legado literario de relevancia y se dedicó aún con mayor ahínco a la escritura y multiplicó sus publicaciones. Ese mismo año vieron la luz Los perros románticos, un recopilatorio de la obra poética construída entre 1977 y 1990, y la novela La pista de hielo. En 1996 presentó La literatura nazi en América y Estrella distante, y en 1997 la colección de cuentos Llamadas telefónicas, que le valió el premio Municipal de Santiago de Chile, el más esencial en su país.
Producción desmandada
El año 1998 fue indudablemente un año clave en la vida de Roberto Bolaño, que antes había comenzado a difundir en Anagrama. Aquel año su novela Los detectives salvajes recibió 2 esenciales distinciones: el premio Herralde de novela y el premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos “por la calidad de la obra y su novedosa apuesta narrativa”. La novela, donde resalta “el humor derrochado, poco recurrente en la literatura redactada en castellano”, relata las aventuras de 2 hombres embarcados en la búsqueda de una autora mexicana desaparecida a lo largo de la revolución. Los sacrificios por hallarla se extenderán desde 1976 hasta 1996.
Poco tras este reconocimiento público, y tras veinticinco años de sepa, Bolaño visitó Chile. A raíz de esta visita brotó una exclusiva novela, un cuadro alegórico del Chile pinochetista, cargado de espectros, torturadores y toques de queda, llamada Nocturno de Chile (2000) y calificada por el editor Jorge Herralde de “pequeña obra de arte espeluznante”.
El mismo año de la aparición de Nocturno de Chile, Bolaño entró en lista de espera para un trasplante de hígado. Su estado de salud empeoraba, y decidió consagrar “lo que me quede de vida” a la que había de ser su obra cima, 2666. “Siendo consciente de la sombra que la desaparición había proyectado sobre él” (Enrique Vila-Matas), prosiguió escribiendo hasta su fallecimiento, el 14 de julio de 2003, víctima de una insuficiencia hepática. Pocos días antes había asistido en Sevilla al I Encuentro de Autores Latinoamericanos, su última aparición pública, y había entregado a su editor el manuscrito del libro de cuentos El gaucho insufrible.
En 2004 Anagrama publicó 2666, la novela póstuma de Bolaño, una pentalogía de sobra de mil páginas, centrada en la figura de un enigmático escritor alemán llamado Von Archimboldi, donde el creador exhibe su extensa variedad de registros literarios. Según el crítico Ignacio Echevarría, hablamos de la “pieza maestra” del creador, una “novela total, sin matiz intimidante o plúmbeo, que toca los enormes temas, como la desaparición, el mal o la trascendencia […] una obra polifónica, donde los registros cambian bastante, desde lo policiaco hasta lo épico”.
2666 mereció el premio Salambó (concedido por los propios escritores a la mejor novela redactada en español) “por trascendente mayoría”, según declaró la autora de españa Rosa Montero, integrante del jurado. El jurado la definió como “el resumen de una obra de bastante peso, donde se decanta lo destacado de la narrativa de Roberto Bolaño”, una novela que “tiene dentro mucha literatura, que piensa un enorme peligro y transporta al radical el lenguaje literario de su creador”. 2666 fue premiada además de esto con el premio a la novela “con mejor acogida entre la prensa enfocada” concedido por la Fundación José Manuel Lara Hernández.
Asimismo en 2004 se publicó Entre paréntesis, un recopilatorio de productos, charlas y otros contenidos escritos publicados en múltiples medios y producto de la actividad periodística y pública de Bolaño entre 1998 y 2003. Otras proyectos del creador son Amuleto (1999), Monsieur Pain (1999), Putas asesinas (2001), un libro de cuentos protagonizados por individuos extremos, Una novelita lumpen (2002) y Amberes, publicada en 2002 pero redactada veintidós años antes, en el momento en que Bolaño, recién llegado a Barcelona, trabajaba por las noches en un camping de Castelldefels.
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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son siempre importantes, ya que destacan la singularidad, y en el caso de la vida de un ser como Roberto Bolaño, que tuvo su trascendencia en una época determinada, es fundamental procurar ofrecer un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
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