Ya sea inspirando a otros seres humanos o formando parte de la acción. Reinhard Scheer es uno de esos seres humanos cuya vida, en efecto, merece nuestra consideración debido al grado de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Reinhard Scheer es comprender más sobre una época concreta de la historia de la humanidad.
Las biografías y las vidas de personas que, como Reinhard Scheer, seducen nuestro interés, tienen que servirnos siempre como referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Reinhard Scheer, el motivo por qué Reinhard Scheer vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que se mueve, de forma implacable, la historia.
(Reinherd o Reinhard von Scheer; Obernkirchen, 1863 - Marktredwitz, 1928) Militar alemán, vicealmirante a lo largo de la Primera Guerra Mundial. Estuvo a cargo del Estado Mayor de la Flota de Alta Mar alemana y dirigió la escuadra naval alemana en la conocida guerra de Jutlandia, acontecida el 31 de mayo del año 1916.
Scheer cursó sus estudios de bachillerato en la localidad de Hanau, entre los años 1872 y 1878, tras lo que ingresó como cadete en la marina de guerra alemana. De 1880 a 1890, Scheer mejoró su trayectoria como marino al efectuar tres largos viajes dentro de las corbetas Hertha (1880-1882), Bismarck (1884-1886) y Sophie (1888-1890). También tomó parte activa en la expedición encargada de sofocar la sublevación de los árabes en el África Oriental, con lo que se le concedió la condecoración de la Orden de la Corona con Espada.
Desde el año 1895, Scheer pasó a ser parte de la oficialidad del acorazado Príncipe Guillermo, siendo nombrado después comandante del pequeño acorazado Niobe. En el año 1901 el ministro de Marina, Alfred von Tirpitz, le nombró jefe de la escuadra de los torpederos alemanes, desde donde fue designado al buque de línea Elsass, ahora con el nivel de comandante.
Desde esa fecha inició una refulgente y meteórica carrera militar en las fuerzas navales alemanas: fue nombrado, consecutivamente, jefe del Estado Mayor de la Flota de Alta Mar alemana en 1910, bajo las órdenes directa de Henning von Holtzendorff; comandante de un escuadrón de acorazados, en 1913; directivo del departamento de negociado de Marina, en 1912; jefe de la tercera escuadra de acorazados online, en 1915; jefe de la tercera escuadra de Alta Mar, 1916; almirante, en el mes de junio de 1916; y, para finalizar, jefe del Estado Mayor de la marina alemana, como sustituto de Henning von Holtzendorff.
Antes de empezar la Primera Guerra Mundial, Reinhard Scheer abogó por la utilización de los submarinos como arma bélica indispensable para contrarrestar la hegemonía británica en la flota de área, haciéndose eco de las proposición difundidas por su compañero Alfred von Tirpitz, con lo que consiguió un enorme respeto y cuenta por la parte de la oficialidad alemana, a la par que asimismo resaltó por su enorme valía como estratega en la utilización de los submarinos.
Al reventar la Primera Guerra Mundial, Scheer planeó un ataque submarino contra las costas británicas, empleando fuerzas terrestres como medida de distracción y alineando una flota de submarinos que atacaron a través de emboscadas bien organizadas a los navíos británicos que se aventuraban hacia el mar abierto, transgrediendo varias derrotas al enemigo; sabedor de la enorme superioridad de la Armada británica sobre la alemana, Scheer evitaba siempre y en todo momento el combate directo.
Merced a una impecable combinación táctica, no exenta de una alguna al azar, las flotas británica y alemana libraron una dura guerra por el dominio del mar del Norte el 31 de mayo del año 1916, en Jutlandia, en el ajustado noruego de Skagerrak. En la conocida confrontación naval se confrontaron la flota inglesa, que tenía 151 barcos, entre ellos 28 acorazados, a cargo del almirante John Jellicoe, y una vigorosa fuerza alemana al cargo del propio Scheer, dentro por 99 entidades, entre ellas 19 acorazados.
La táctica escogida por Scheer consistió en publicar múltiples asaltos por sorpresa contra las formaciones británicas recluidas, usando para ello los cruceros mandados por Franz Ritter Von Hipper. Pero los sorprendidos fueron los navíos alemanes, los que, tras infringir severas pérdidas al enemigo, se vieron obligados a replegarse organizados por la densa niebla norteña, a consecuencia de los asaltos de la escuadra de Jellicoe. Reinhard Scheer solamente ha podido llegar a su base de acompañamiento en Wilhelmshaven merced a una osada maniobra.
En la guerra, los ingleses duplicaron en pérdidas, tanto materiales como humanas, a los alemanes, pero dada la gran superioridad de la flota inglesa, las pérdidas y averías o fallos de sus buques fueron bastante menos sensibles para su escuadra que las sufridas por Scheer por la parte de la flota alemana. Desde un criterio estratégico, los alemanes perdieron la guerra, ya que su flota no volvió a batallar mucho más en todo el resto de la guerra. Otra situación, no menos alguna, es visto que si Scheer no hubiese decidido dejar el combate, la flota alemana podría haber sufrido en Jutlandia una prematura debacle.
El 8 de agosto del año 1918, Scheer sucedió a Henning von Holtzendorff en el puesto de jefe del Estado Mayor General del Almirantazgo, cargo en el que estuvo hasta la caída del II Reich alemán, el 9 de noviembre de ese año. En su retiro, Reinhard Scheer escribió múltiples libros en los que dejó plasmada su experiencia en la guerra y su pasión por el mar y los barcos, así como La Armada germánica en la Guerra mundial (1919) y Del velero al submarino (1926).
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