Ramsés II

Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la importancia que detentó Ramsés II en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que estuvo en la tierra fue determinante no sólo para aquellas personas que conocieron a Ramsés II, sino que posiblemente legó una huella mucho más profunda de lo que podamosfigurar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Ramsés II en persona.Ramsés II ha sido uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Apreciar lo bueno y lo malo de las personas significativas como Ramsés II, personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Ramsés II, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Ramsés II, aquellas personas a quienes de de una forma u otra Ramsés II influyó, y indudablemente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Ramsés II.

Las biografías y las vidas de personas que, como Ramsés II, seducen nuestra curiosidad, tienen que valernos siempre como referencia y reflexión para conferir un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Ramsés II, porqué Ramsés II vivió del modo en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos impulsará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Ramsés II

(Llamado el Grande; ?-?, 1237 a. C.) Tercer faraón egipcio de la XIX dinastía (1304-1237 a. C.). Hijo de Seti I, desde muy joven fue asociado al poder por su padre, a quien acompañó en sus compañías militares contra el Imperio Hitita, que brindaron a los egipcios el dominio de Palestina y Siria, si bien esta última por poco tiempo.

En 1300 a.C., Ramsés II aprovechó su sólida situación en Palestina para procurar recobrar Siria y libró la conocida guerra de Qadesh, al lado del río Orontes, contra el hitita Muwatalli; más allá de que tuvo un desenlace dudoso, la acción fue transformada por nuestro faraón en una enorme victoria personal en la narración épica Poema de Qadesh, obra que piensa la mucho más madura expresión de la narrativa histórica y epigráfica del Imperio Nuevo.

Tras tres campañas para sofocar distintas revueltas en Palestina (1299, 1298, 1297 y 1295 a. C.), en 1294 a. C. retomó la guerra contra los hititas, penetró en Siria y se apoderó de las esenciales ciudades de Tunip y Qatna. Sin embargo, la contrariedad de consolidar estas conquistas y, más que nada, la amenaza que representaba la llegada de los llamados «pueblos del mar» -segunda migración indoeuropea- llevaron a Ramsés a pactar con el rey hitita Hattusil III el reparto de la zona siriopalestina (1278 a. C.), con lo que empezó en Asia Anterior un periodo de paz que se sostuvo durante su reinado. En el oeste, por otro lado, debió confrontar a los libios y resguardar la frontera occidental a través de una cadena de fortalezas que se extendía desde Rhacotis hasta El-Alamein.

En política interior, Ramsés II trasladó hacia el norte la ciudad más importante del Imperio, de Tebas primero a Menfis entonces, y por último a Tanis, localidad del delta del Nilo de la que procedía la XIX dinastía. Por mucho más que Tebas preservó un enorme prestigio como centro espiritual, el cambio de capital supuso la pérdida de predominación política de la vieja clase cortesana tebana, de manera que el ejército y los gobernantes se transformaron en el primordial acompañamiento del faraón.

A lo largo del muy largo reinado de Ramsés II, Egipto conoció su último y mucho más refulgente esplendor, merced a una época de prosperidad económica, que favoreció el avance de las letras y dejó la realización de esenciales proyectos arquitectónicas. Así, en Luxor, el faraón amplió el templo de Amón, iniciado por Amenofis III, agregando un nuevo patio porticado con espléndidas columnas de capiteles con apariencia de loto, los gigantes pilonos que flanquean la entrada en forma de torres trapezoidales y 2 obeliscos de grano rosa (entre los cuales está el día de hoy en la plaza de la Concordia de París); al tiempo que, en el complejo de Al-Karnak, acabó la enorme salón hipóstila del templo de Amón.

En la zona de Nubia, en concreto en Abu Simbel, están los speos o santuarios rupestres de Ramsés II y de Nerfertari, su mujer, cuyas testeras encabezan gigantes esculturas del rey y de la reina. Cabe poner énfasis, por último, el Ramesseum, situado en el Valle de los Reyes, templo funerario designado a alojar la momia de Ramsés II, que hoy en día se mantiene en el Museo de El Cairo y fue objeto, en 1976, de una restauración completa en el Museo del Hombre de París.

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Obviamente descubrir en lo más recóndito a Ramsés II es algo que está reservado a pocas personas, y que intentar reconstruir quién fue y cómo fue la vida de Ramsés II es una suerte de enigmaque tal vez alcancemos a rehacer si cooperamos todos juntos.

A causa de esto, si eres de esas personas que confían en que colaborando se puede hacer algo mejor, y tienes información acerca de la existencia de Ramsés II, o sobre algún pormenor de su personalidad u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.

Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos imprescindibles, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de un ser como Ramsés II, que tuvo su importancia en una época concreta, es fundamental intentar ofrecer un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

No lo dudes y contacta con nosotros para relatarnos qué sabes con respecto a Ramsés II. Estaremos complacidos de ultimar esta biografía con más información.