La historia universal está contada por las personas quea lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado queel mundo, de un modo u otro,avance.
Ya sea inspirando a más personas o formando parte de la acción. Ramón Emeterio Betances es una de las personas cuya vida, realmente, merece nuestra consideración por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Ramón Emeterio Betances es conocer más sobre una época concreta de la historia del género humano.
Conocer las luces y las sombras de las personas relevantes como Ramón Emeterio Betances, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo esencial para que seamos capaces de valorar no sólo la vida de Ramón Emeterio Betances, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Ramón Emeterio Betances, personas a quienes de de una u otra forma Ramón Emeterio Betances influenció, y por supuesto, entender y comprender cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Ramón Emeterio Betances.
(Cabo Rojo, 1827 - París, 1898) Escritor, médico y político puertorriqueño. Autor de una obra literaria redactada en francés (lengua que controlaba con absoluta maestría), se transformó en entre las figuras mucho más representativas de la intelectualidad antillana del siglo XIX, y llegó a interpretar distintas capítulos que le condujeron a la presidencia del primer gobierno provisional sin dependencia de Puerto Rico.
Nativo de el seno de una familia acomodada (era hijo de un poderoso hacendado que tenía varios latifundios y esclavos), con solamente diez años fue enviado a Francia a fin de que cursara allí el bachillerato y, más tarde, los estudios superiores de Medicina; a lo largo de este largo periodo de vivienda en París (1837-1855), el joven Ramón Emeterio Betances fue consiguiendo una conciencia política de marcado corte liberal, que le condujo a tomar partido activa en los hechos revolucionarios liberados en la ciudad más importante gala a lo largo de 1848.
Al tiempo, fue afirmándose en él una viva vocación literaria que le dejó hacerse conocer como escritor en Francia, con 2 narraciones (Les deux indiens y Courtissanes), una comedia en verso (Un cousin de Louis XIV) y un tratado científico-médico apoyado en su proposición doctoral (Las causas del aborto). Especial interés mereció la primera de las proyectos recién citadas, un precioso relato romántico, de talante progresista y también igual, en el que Ramón Emeterio Betances sostenía la oportunidad de que una mujer de españa pudiera llegar a perder la vida por un indio.
De regreso a su Puerto Rico natal, tuvo ocasión de probar sus entendimientos médicos y sus ideas igualitarias en 1856, en el momento en que una virulenta epidemia de cólera que asolaba la población de Mayagüez le granjeó un justo reconocimiento entre la población menos favorecida, a la que Betances atendió sin condiciones.
Transformado de esta manera en entre las figuras mucho más populares de los movimientos sociales puertorriqueños, se manifestó abiertamente en oposición a la esclavitud y llegó a fundar una asociación furtiva cuyos únicos fines se orientaban a hallar su abolición. A causa de estas ocupaciones, fue desterrado de la isla antillana en 1858, con lo que regresó a Francia presto a casarse con su sobrina María del Carmen Heuri.
Pero la joven murió de repente gracias a unas fiebres tifoideas, desgracia que sumió al médico humanista en una aguda etapa de desesperación que quedó bien plasmada en la narración llamada La vierge de Boriquen, un relato de acentuada morbosidad romántica donde, desde las visibles influencias del estadounidense Edgar Allan Poe, tienen la posibilidad de apreciarse entrometidas anticipaciones de siguientes puntos temáticos y elementos formales propios del surrealismo (imperio del absurdo, ambientación onírica, ocultismo, demencia, simbolismo numérico, etcétera.).
Levantado el destierro, regresó próximamente a Puerto Rico para centrarse principalmente en ocupaciones médicas y en temas sociales que le fueron implicando de lleno en el espíritu de patriotismo nacionalista expandido por esos años entre parte importante de sus compatriotas. Sus publicaciones, desde entonces, se orientaron prácticamente de forma exclusiva hacia los temas políticos, en los que poco a poco más aparecía Betances como entre las voces mucho más liberales y revolucionarias de la isla.
En 1868 tomó parte activa en el movimiento independentista popular como Grito de Lares, de resultas del que quedó transformado en el primer presidente sin dependencia del gobierno provisional surgido de tal alzamiento contra la soberanía de españa. Pero el fracaso de esta acción (que quedó achicada a una pura anécdota en la historia del independentismo hispanoamericano, al no tener el acompañamiento de todas y cada una de las fuerzas liberales) envió nuevamente al exilio a Betances, quien próximamente pasó a vincularse con las luchas a favor de la independencia de Cuba.
Prosiguió cultivando la escritura, en este momento volcada al género periodístico y a los temas colega-políticos que formaban el eje de sus intranquilidades. En Nueva York creó, en compañía de otros camaradas, la Sociedad Republicana de Cuba y Puerto Rico, desde la que emprendió una campaña periodística que le dejó dar a conocer sus productos emancipadores por Venezuela (mediante las publicaciones El Federalista y La Opinión Nacional) y, por norma general, por todo el ámbito caribeño, donde dejó estampados varios productos firmados bajo el seudónimo de "El Antillano".
La ironía satírica de que hacía gala Betances en estos trabajos periodísticos, sumada a su sencillez para el cultivo de un estilo directo y entretenido (desprovisto de la grandilocuencia oratoria que, por ese momento, acostumbraba a gravar el alegato político periodístico), transformó al creador en entre los intelectuales mucho más leídos de todo el Caribe, donde postuló la necesidad de fundar una Confederación de las Antillas y supo impedir (sin dejar de cuestionar la soberanía de españa) sobre el riesgo que suponía el lugar de fuertes vínculos de dependencia con el nuevo imperialismo de los Estados Unidos de América.
En su idealismo innovador, llegó a soñar con unas Antillas transformadas en una suerte de ámbito neutral desde el que se pudiera contribuir al sostenimiento de las relaciones entre todos y cada uno de los pueblos y naciones de todo el mundo. Esta ideas, expuestas con resolución y valentía en una publicación parisina (la Revista Sudamericana), no contaron con el acompañamiento de las fuerzas sociales que podían haber contribuido a su consolidación; más allá de ello, Ramón Emeterio Betances dejó un destacable influjo en los intelectuales y políticos progresistas caribeños siguientes, quienes le reconocieron como uno de los más importantes forjadores de la conciencia antillanista y le ubicaron como eslabón ideológico entre 2 figuras tan importantes del independentismo como el venezolano Simón Rodríguez y el cubano José Martí.
Su presencia en las esferas políticas de todo el mundo llegó a cobrar tal relevancia que nuestro Emilio Castelar se vio forzado a desplazar poderosos hilos que le impidieron proseguir publicando en Le XIXe. Siécle, de París, toda la información emancipadora que periódicamente mandaba como "Courrier des Antilles". A pesar de esto, Ramón Emeterio Betances desempeñó un refulgente papel en la primera guerra independentista cubana, tras la que se tomó un respiro en su intensa actividad política para regresar a ocuparse a la investigación científica.
De esta manera, en 1872 publicó en Francia un tratado sobre los orígenes del tétanos, obra a la que prosiguieron otros escritos de idéntica naturaleza científico-técnica, como una memoria sobre uretrotomía (1887), un libro sobre el cólera (El cólera. Historia, mediadas profilácticas, síntomas y régimen, 1890) y una sucesión de productos sobre salud pública que vieron la luz en el rotativo madrileño El País. Aunque ahora prácticamente había descuidado la escritura de ficción, todavía por esos años dio a la imprenta Les voyages de Scaldado, un relato entreverado de demandas sociales.
Ahora tenía sesenta y cinco años de edad en el momento en que el movimiento independentista cubano y puertorriqueño encabezado por José Martí y el Partido Revolucionario Cubano le sacaron de su sopor para devolverle, con nuevos bríos, a la palestra pública antillana. De nuevo tomó la pluma para completar periódicos y gacetas (eminentemente, La République Cubaine, de París) de su prosa liberal y emancipadora, siempre y en todo momento al servicio de una ideología republicana, independentista, antillanista y antianexionista.
Pero su sueño de ver transformadas las Antillas en una vigorosa Confederación que pudiera marcar, desde la neutralidad, la estabilidad entre el norte y el sur del conjunto de naciones americano, se realizó añicos a causa de la intervención de los Estados Unidos en la pelea anticolonial, situación que le sumió en un apesadumbrado abatimiento del que solo habría de sacarle su inminente deceso.
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Obviamente conocer profundamente a Ramón Emeterio Betances es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que tratar de reconstruir la persona que fue y el modo en que vivió la vida de Ramón Emeterio Betances es una suerte de enigmaque con bastante probabilidad logremos reconstruir si cooperamos conjuntamente.
Por ese motivo, si eres de esas personas que confían en que de forma cooperativa es posible hacer algo mejor, y tienes información en relación con la existencia de Ramón Emeterio Betances, o sobre algún aspecto de su figura u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te solicitamos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son siempre fundamentales, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de un ser como Ramón Emeterio Betances, que detentó su significación en un momento concreto de la historia, es esencia procurar mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.
Sin titubeos, contacta con nosotros para narrarnos qué conocimientos posees sobre Ramón Emeterio Betances. Estaremos muy contentos de perfeccionar esta biografía con más información.