Pío XI

La historia de las civilizaciones está escrita por aquellas personas queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han ocasionado quela civilización, de un modo u otro,progrese.

Ya sea inspirando a otras personas o tomando parte de la acción. Pío XI es una de las personas cuya vida, en verdad, merece nuestro interés debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Conocer la vida de Pío XI es conocer más acerca de una época concreta de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la importancia que atesoró Pío XI en la historia. La forma en que vivió y aquello que hizo durante el tiempo que permaneció en el mundo fue determinante no sólo para las personas que conocieron a Pío XI, sino que a lo mejor legó una señal mucho más profunda de lo que logremossospechar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Pío XI de modo personal.Pío XI ha sido una de esas personas que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Comprender las luces y las sombras de las personas relevantes como Pío XI, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo fundamental para que podamos valorar no sólo la existencia de Pío XI, sino la de toda aquellas gentes que fueron inspiradas por Pío XI, gentes a quienes de un modo u otro Pío XI influyó, y desde luego, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Pío XI.

Las biografías y las vidas de personas que, como Pío XI, seducen nuestra curiosidad, deben servirnos en todo momento como punto de referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Intentar entender la biografía de Pío XI, el motivo por qué Pío XI vivió de la forma en que lo hizo y actuó del modo en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inexorable, la historia.

Vida y Biografía de Pío XI

(Ambrogio Damiano Achille Ratti; Desio, 1857 - Roma, 1939) Papa de roma bajo cuyo pontificado (1922-1939) se dio solución a la "cuestión romana" en el Tratado de Letrán, por el que se reconocía el Estado sin dependencia del Vaticano y se regularon las relaciones de la Santa Sede con el entonces Reino de Italia.

Hijo de un hilandero, efectuó sus estudios de secundaria en el seminario diocesano y su trayectoria sacerdotal en Roma, donde fue ordenado sacerdote en 1879. Doctor en Derecho Canónico y Teología, regresó a Milán y a lo largo de cinco años ocupó la cátedra de Elocuencia Sacra en el seminario, para pasar entonces a ser Prefecto de la Biblioteca Ambrosiana, donde continuó a lo largo de veintiséis años. En ella desarrolló una intensa actividad literaria y científica con la que se dio a saber no solo en Italia, sino más bien asimismo en el extranjero.

Entre sus estudios de carácter rigurosamente espiritual resaltan Acta Ecclesiae Mediolanensis (tres volúmenes) y la revisión del Missale Ambrosianum. Durante sus vacaciones, agradaba de los viajes instructivos por Europa y de las excursiones alpinas, afición que después recordaría al denominar a San Bernardo de Menton como patrono particular de los montañistas. En 1914 fue nombrado prefecto de la Biblioteca Vaticana. Visitador y nuncio apostólico del papa en Polonia (1918-1920), fue nombrado arzobispo de Milán y cardenal en 1921, cargo que solamente ha podido estrenar, ya que el 6 de enero del año siguiente era escogido sustituto de Benedicto XV en el solio pontificio.

Pío XI pasó a la historia eminentemente por la "Conciliación" entre la Santa Sede y el Estado italiano que sucedió a lo largo de su papado. La tensión se había producido con la unificación de Italia en la segunda mitad del siglo XIX, por la que la Santa Sede perdió los Estados Pontificios y se causó la separación entre la Iglesia y el Estado italiano. Desde su primera encíclica (Ubi misterio Dei, diciembre de 1922), Pío XI manifestó su deseo de zanjar la cuestión "en una paz verídica y, en consecuencia, no separada de la justicia". Las situaciones parecían favoreces, ya que el gobierno de Benito Mussolini (presidente del rey Víctor Manuel III) había dado muestras de acercamiento a la Iglesia.

Las diálogos, que han comenzado en la asamblea de Asís del día 4 de octubre de 1926, estuvieron dirigidas por el cardenal Pietro Gasparri como secretario de Estado de la Santa Sede y Benito Mussolini como presidente del rey de Italia. Tras 2 largos años de diálogos, el día 11 de febrero de 1929 se firmó el Tratado de Letrán, en el que se recogieron tres convenciones: a) un Tratado Político, por el que se formaba de manera neutral y también inviolable el Estado de la Ciudad del Vaticano; b) una Convención Financiera, por la que el Estado italiano compensaba a nivel económico a la Santa Sede por la renuncia al Patrimonio de San Pedro; c) un Concordato, que regulaba las mutuas relaciones entre la Santa Sede y Estado de Italia.

Pío XI resaltó como enorme animador de las metas y como mecenas de las ciencias en las mucho más variadas expresiones. En el primer aspecto, agrupó el movimiento misionero hacia las Obras Misionales para la Propagación de la Fe, para la Santa Infancia y para el Clero indígena; creó el Museo Misionero en el palacio de Letrán (Roma); consagró en Roma a los primeros obispos chinos y nipones y también instauró 78 novedosas metas en tierras de infieles.

Pero su interés por las metas englobó asimismo la orientación, el estímulo y el espíritu de exactamente las mismas: insistió en que el misionero no debe presentarse ahora como una avanzadilla de poderes políticos de europa, ni el catolicismo debe mostrarse como una religión importada de Europa, sino debe amoldarse a las realidades de cada zona. Por todo ello mereció el apelativo de "papa de las Metas".

Como mecenas de las ciencias rehabilitó, adaptándolos a las demandas de los tiempos, los programas de seminarios y universidades católicos, con la constitución apostólica "Deus scientiarum Dominus" (1931); creó el Instituto Pontificio de Arqueología Cristiana; instaló una emisora de radiodifusión en el Vaticano, que él mismo inauguró el 12 de febrero de 1931 con su mensaje "Qui arcana Dei"; creó la Academia Pontificia de las Ciencias, con 70 integrantes seleccionados de entre los mucho más consagrados científicos de todo el mundo.

Las otras encíclicas suyas nos dan asimismo razón de sus enormes intranquilidades. Las mucho más visibles son (aparte de las mentadas) Divini illius Magistri (1929), sobre el derecho de la Iglesia a la educación cristina de la juventud; Casti connubii (1930), sobre el matrimonio y la familia cristiana; Quadragessimo anno (1931) -recordando los 40 años de la Rerum novarum de León XIII-, donde reitera que la instauración de la sociedad según los principios de la religión cristiana; Acerba animi (1932), demanda de las injustas condiciones a que fue doblegada la Iglesia católica en México; Mit brennender Sorge (Con viva preocupación, 1937), una explícita condena de las doctrinas del nazismo, tal como las marxistas serían condenadas en la Divina Redemptoris promissio, que salió cinco días después; y Dilectissima nobis (1933), donde, meditando sobre la situación que vivía España en esos días, protege la independencia y la civilización cristiana.

Hondamente preocupado por el incontenible ascenso del nacionalsocialismo de Hitler, permitió en entablar con él un concordato en 1933, concordato que el Führer no respetó no en sus principios. Las relaciones estaban ahora rotas en el momento en que Hitler visitó a Mussolini en Roma (mayo de 1938) y se abstuvo de conocer el Vaticano. Angustiado por el horrible huracán que veía impotente cernirse sobre Europa, Pío XI ofreció su historia a Dios "por la paz y la prosperidad de los pueblos", y murió justo antes que estallase la Segunda Guerra Mundial.

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Obviamente conocer profundamente a Pío XI es algo que se reserva a pocas personas, y que tratar de recomponer quién fue y cómo fue la vida de Pío XI es una suerte de puzzleque con bastante probabilidad consigamos reconstruir si colaboramos todos en conjunto.

Por ese motivo, si eres del tipo de personas que creen en que de modo colaborativo se puede crear algo mejor, y tienes información sobre la vida de Pío XI, o sobre algún peculiaridad de su persona u obra que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.

Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son siempre importantes, ya que perfilan la diversidad, y en el caso de la vida de alguien como Pío XI, que poseyó su trascendencia en una época determinada, es vital tratar de ofrecer una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

Sin titubeos, contacta con nosotros para relatarnos qué sabes acerca de Pío XI. Estaremos encantados de poder completar esta biografía con más información.