Si has llegado hasta aquí es porque sabes de la relevancia que detentó Philippe Pétain en la historia. Cómo vivió y aquello que hizo durante el tiempo que estuvo en la tierra fue determinante no sólo para las personas que trataron a Philippe Pétain, sino que a caso legó una señal mucho más profunda de lo que podamosimaginar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya nunca a Philippe Pétain en persona.Philippe Pétain ha sido uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Apreciar lo bueno y lo malo de las personas relevantes como Philippe Pétain, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo sustancial para que podamos valorar no sólo la existencia de Philippe Pétain, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Philippe Pétain, personas a quienes de un modo u otro Philippe Pétain influyó, y indudablemente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Philippe Pétain.
(Henri Philippe Pétain; Cauchy-à-la-Tour, Francia, 1856 - isla de Yeu, id., 1951) Militar y político francés. Realizó sus estudios militares en la Academia de Saint Cyr, donde se graduó en 1878 como oficial de Infantería. No resaltó bastante en su carrera al comienzo y estuvo dedicado, desde 1906, a impartir clases en la École de Guerre. A través de sus enseñanzas se mostró conveniente a los despliegues tácticos protectores y al avance de las líneas fortificadas.
Ascendido a coronel en 1912, poco tras reventar la Primera Guerra Mundial alcanzó el generalato. Al frente del II Ejército francés intervino en la victoria de Champaña, en el mes de septiembre de 1915, y por año siguiente en la defensa de Verdún. La forma en que dirigió las operaciones militares de esta extendida guerra, que duró diez meses, le granjeó el respeto y la admiración de sus compatriotas.
Merced a ello, en el momento en que meses después el descontento y desánimo de las tropas desembocó en una secuencia de motines, fue designado comandante en jefe del ejército en substitución de Robert Nivelle, que había fracasado en la ofensiva del Chemin des Dames. Aunque refrenó con dureza a los amotinados, mejoró las condiciones de vida de los soldados, reordenó la institución y devolvió la seguridad a las tropas.
Hasta el desenlace de la guerra sostuvo este cargo, más allá de que desde abril de 1918 quedó bajo el mando del general Ferdinand Foch, en el momento en que este, que era su jefe de Estado Mayor, fue designado por los socios generalísimo supremo de los ejércitos del frente occidental que detuvieron la última ofensiva alemana y protagonizaron la contraofensiva que llevó al armisticio. A finales de año, Pétain recibió el bastón de mariscal.
No volvió a ingresar en acción hasta 1925, en el momento en que fue enviado a Marruecos para batallar al rifeño Abd el-Krim, a quien sometió por año siguiente. En años consecutivos desempeñó los cargos de inspector general del Ejército, ministro de Guerra con el gobierno de Gaston Doumergue y, en 1939, embajador en la España de Francisco Franco.
A lo largo de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), tras la derrota sufrida en el mes de mayo de 1940 por el ejército francés en oposición al alemán, fue designado ministro de Estado y vicepresidente del consejo de ministros del gobierno de Paul Reynaud. Al renunciar este se encargó de la presidencia y le correspondió negociar el armisticio con los alemanes. Se reunió también con Hitler en Montoire y acordó con él un régimen de recíproca colaboración. Trasladó la ciudad más importante a Vichy y la Asamblea le dio plenos poderes para gobernar la Francia no ocupada bajo el lema «Trabajo, familia, patria», que expresaba su intención de regenerar el país de su «caída ética»; bajo el encontronazo de aquella ostentosa derrota, tenía el acompañamiento de la mayoría de la población, persuadida de que había salvado Francia de la destrucción total.
Sin embargo, los llamamientos de Charles De Gaulle a la resistencia primero y después la ocupación alemana de todo el país lo dejaron en prueba. Aceptó transformarse en policía de los invasores, adoptó una actitud pasiva en frente de las deportaciones de judíos y apoyó la legión antisoviética gala que combatió con traje alemán en el frente ruso. Tras el desembarco aliado de Normandía y su posterior ofensiva, prosiguió al ejército germano en su retirada del otro lado del Rin.
Se refugió en Suiza y continuó allí hasta el momento en que en 1945 se entregó a las autoridades francesas. Acusado de alta traición, fue juzgado y culpado a muerte. Sin embargo, el general De Gaulle, en cuenta a su pasado como héroe de la Primera Guerra Mundial y a su avanzada edad, le conmutó la pena por la de cadena perpetua en reclusión en la isla de Yeu.
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