La historia de las civilizaciones está escrita por las mujeres y hombres queen el transcurrir de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han originado queel género humano, de una forma u otra,avance.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes conocimiento de la relevancia que atesoró Peter Yates en la historia. Cómo vivió y lo que hizo en el tiempo en que estuvo en la tierra fue decisivo no sólo para quienes trataron a Peter Yates, sino que posiblemente produjo una señal mucho más honda de lo que podamossospechar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Peter Yates en persona.Peter Yates ha sido una de esas personas que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Comprender lo bueno y lo malo de las personas significativas como Peter Yates, personas que hacen girar y evolucionar al mundo, es algo básica para que podamos poner en valor no sólo la existencia de Peter Yates, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Peter Yates, personas a quienes de de una u otra forma Peter Yates influyó, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue vivir en el momento de la historia y la sociedad en la que vivió Peter Yates.
Las biografías y las vidas de personas que, como Peter Yates, atraen nuestro interés, tienen que ayudarnos siempre como punto de referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra etapa de la historia que no son las nuestras. Hacer un esfuerzo por entender la biografía de Peter Yates, porqué Peter Yates vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo a lo largo de su vida, es algo que nos ayudará por un lado a comprender mejor el alma del ser humano, y por el otro, la forma en que avanza, de forma inexorable, la historia.
Vida y Biografía de Peter Yates
(Aldershot, Hampshire, 1929 - Londres, 2011) Director de cine británico. Estudió en la Royal Academy Dramatic Art (RADA), y de sus salas pasó a los niveles como actor en distintos conjuntos teatrales. Durante sus primeros años trabajó infatigablemente como ayudante de dirección con cineastas como Tony Richardson, Guy Hamilton o John Lee Thompson, con quien rodó Cover Girls Killer (1959) o Los cañones de Navarone (1961), trabajos que le asistieron a conseguir experiencia tras la cámara.
Como directivo, Peter Yates alternó la televisión con el cine. Inició su trayectoria con la serie El Santo (1962), y su primera película como directivo fue Vacaciones de verano (1963), un musical protagonizado por Cliff Richard y Lauri Peters. A lo largo de la década de los sesenta probó suerte con una serie al estilo del primer James Bond: Danger Man (1964), interpretada por Patrick McGoohan a lo largo de tres años. Su éxito logró que pasara después a un formato mucho más largo, con capítulos de una hora en lugar de treinta minutos, mudando su título por el de Koroshi (1966). Tras esta experiencia, Peter Yates abandonó la televisión y se centró en el cine.
El enorme hurto (1967), basada levemente en El enorme ataque al tren, dio a Yates las pautas primordiales para regentar por año siguiente Bullit (1968). Basada en la novela de Robert L. Pike, Bullit tuvo como personaje principal a Steve McQueen, y marcó el género policiaco de la temporada. La película pasaría a la historia por una persecución de turismos. Ganó el Oscar al mejor montaje y consiguió 4 Globos de Oro: a la dirección, montaje, banda sonora y actor secundario (Robert Vaughn).
Pasando de la acción a una historia mucho más intimista, Yates dirigió en 1969 John y Mary, reuniendo a Dustin Hoffman y Mia Farrow. Era el comienzo de un periodo en que el directivo repartiría su talento por prácticamente todos los géneros. La guerra de Murphy (1971), fundamentada en la novela de Max Catto, se situaba en la Segunda Guerra Mundial, con la cruzada personal de un marinero, único superviviente de su tripulación, que tiene planeado una venganza contra los nazis. Un diamante al rojo (1972), que William Goldman amoldó de la novela de Donald Westlake, transformó a Robert Redford en un ladrón de guante blanco; y ¡Qué demonios pasa aquí! (1974) puso a Barbra Streisand en una comedia del hampa.
La filmografía de Yates en la década de los ochenta cumplió múltiples realizados. Por un lado volvió los ojos hacia el cine auténticamente británico con una lección magistral de interpretación dada por Albert Finney y Sir Tom Courtenay en La sombra de un actor (1983), en donde nuestro creador teatral, Ronald Harwood, amoldó su obra para la pantalla. Ambos actores fueron nominados al Oscar; la película, el directivo y el guion se llevaron el premio.
Por otro lado, recogió una inclinación de cine de aventuras y ciencia ficción, en rema en la temporada, con Krull (1983); y en tercer rincón exploró las relaciones intercontinentales entre América y Europa mediante la crónica de un periodista del New York Times en pos de sus raíces griegas en Eleni (1985). Protagonizada por John Malkovich y Kate Nelligan, la película se fundamentó en el libro homónimo escrito por Nicholas Gage.
Tras esta serie de compromisos, Peter Yates se acomodó en el género de suspense, sin desatender jamás el aspecto comercial. El periodo se abre con Sospechoso (1987), sigue con La casa de Carroll Street (1988) y acaba con Un hombre inocente (1989). Aunque los razonamientos son diferentes, las tres tienen en común alguna predominación de Hitchcock y individuos incomprendidos o falsamente acusados.
Yates se desintoxicó del suspense con una comedia romántica, Year of the Comet (1991), y una historia sentimental, Roomates (1995), fundamentada en la relación entre un abuelo de setenta y cinco años (interpretado por Peter Falk) y su nieto de seis. Volvió al rigor del cine británico en The Run of the Country (1995), donde trabajó nuevamente con Albert Finney, con la frontera entre ámbas Irlandas como ámbito y la novela de Shane Connaughton como trasfondo.
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