Pepu Hernández

La historia de las civilizaciones la escriben aquellos hombres y mujeres queen el paso de los años, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho quela civilización, de una forma u otra,prospere.

Apreciar las luces y las sombras de las personas relevantes como Pepu Hernández, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa fundamental para que podamos valorar no sólo la existencia de Pepu Hernández, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Pepu Hernández, personas a quienes de de una u otra forma Pepu Hernández influyó, y por supuesto, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Pepu Hernández.

Vida y Biografía de Pepu Hernández

(José Vicente Hernández Fernández; Madrid, 1958) Entrenador de baloncesto español que figura entre los mucho más relevantes de los últimos años. En su palmarés se destaca la medalla de oro en el Campeonato del Mundo de Japón como seleccionador de España (2006) y la medalla de plata del Eurobasket 2007, tras perder por un solo punto frente Rusia.

Nativo de el seno de una familia de clase media alta, a los siete años ingresó en el instituto Ramiro de Maeztu, la cantera del aparato madrileño del Club Baloncesto Estudiantes, cuya afición es famosa como la Demencia. Allí se forjó su entusiasmo por el baloncesto, y de los ocho hasta los diecisiete años jugó con el aparato del instituto, donde al tiempo, desde los quince años, adiestró a equipos de minibasket (alevines, infantiles, juveniles y júniors). En esta función de regentar a pequeños y jovenes entusiastas vio que residía su porvenir: transformarse en entrenador profesional, pues como baloncestista no era increíble.

Aun de este modo, al finalizar los estudios secundarios, se inscribió en la Facultad de Periodismo de la Universidad Complutense de Madrid, pero sin dejar su dedicación como entrenador de baloncesto de las categorías inferiores. Tras efectuar las prácticas de carrera en la Cadena SER, abandonó al final el periodismo para ocuparse completamente al baloncesto. En la temporada 1989-1990 se incorporó al baloncesto profesional como ayudante del técnico titular del Estudiantes, Miguel Ángel Martín, al que acompañó a lo largo de cinco temporadas. En la primera temporada adiestró además de esto al grupo juvenil, con el que logró el título nacional.

En la temporada 1994-1995, destituido Martín, se puso ahora adelante del aparato del Estudiantes, del que se transformó inmediatamente en una parte clave para imprimir un estilo propio que próximamente dio sus frutos. Sin embargo, en la temporada 2000-2001 decidió tomarse una año sabatino, que no concluyó por el hecho de que el nuevo entrenador del Estudiantes, Carlos Sainz de Aja, no dio la talla, y Pepu Hernández debió regresar al grupo. En aquella época compaginó las tareas de directivo deportivo con la de ayudante de Ignacio Pinedo en la selección de españa júnior.

En las once temporadas que dirigió al Adecco Estudiantes, con 432 partidos de la Liga ACB y de play-off por el título, ganó una Copa del Rey (2000), fue subcampeón de la ACB en 2005 y subcampeón asimismo de la Copa Korac (1998-1999). Pepu Hernández se encontraba en la cima como técnico, si bien su aparato no era ganador pues no podía invertir en enormes fichajes. La Asociación de Entrenadores de España se lo reconoció eligiéndolo mejor entrenador español de la temporada 2003-2004.

Vivía tan intensamente los partidos, que su carácter de hombre amable y relajado modificaba radicalmente a fines de la temporada, con lo que en 2005 decidió reposar nuevamente un año, para dedicarlo a su mujer (a la que conoció en el momento en que tenía catorce años y adiestró a los veintitrés) y a sus tres hijas (2 de ellas gemelas), tal como al estudio de novedosas tácticas de baloncesto. Tampoco llegó a cumplirlo, pues en el primer mes del año de 2006, poco una vez que el Estudiantes le entregase la Insignia de Oro y Brillantes, los líderes de la Federación Española lo designaron seleccionador para elaborar y disputar el Campeonato del Mundo de Japón en 2006 y el Eurobasket de 2007 en España, en substitución de Mario Pesquera. Acertaron.

En el Mundial, la selección de españa, moldeada con el temperamento apacible y dialogante de Pepu, se transformó en una piña de amigos que deslumbró. Tan implicado se encontraba con el aparato que, horas antes de jugar y vencer en la final frente Grecia, le comunicaron que su padre había fallecido, pero no se lo comunicó a los players a fin de que no les afectase la novedad.

En España se desató la idolatría por la selección dirigida por Pau Gasol. Durante la celebración del título, en una plaza de Castilla atestada, Pepu Hernández aseveró en su corto alegato: “Les diré una palabra. Y escuchadla bien, por el hecho de que desde este momento será fundamental: baloncesto”. La comisión de la Fundación Príncipe de Asturias tomó buena nota y concedió el premio Príncipe de Asturias de los deportes a Pepu Hernández y sus players. Al agarrar el premio acreditativo de los galardones de mayor prestigio, ha dicho con voz trémula: “Baloncesto equivale a educación, generosidad, solidaridad, trabajo en grupo, talante y tolerancia. Son valores que organizan a un joven para el futuro”. Y son, indudablemente, los valores de los que Pepu Hernández hizo gala en su trayectoria, como jugador y como entrenador.

En el Eurobasket 2007, festejado en su primera etapa en Sevilla y en la segunda en Madrid, la selección se mostró nuevamente muy mayor a sus oponentes, entre ellos la vigente campeona, Grecia. La final frente Rusia, a la que España ahora había derrotado extensamente en la primera etapa, parecía pan comido, pero en el tramo final los players españoles, que llegaron a disfrutar de una virtud de diez puntos, se desequilibraron hasta perder el partido por un solo punto pues en los 2 últimos segundos el tiro de Pau Gasol se salió de la canasta. La decepción fue tremenda, pero una medalla de plata hay que valorarla asimismo en su justa medida, más allá de que España, a la sazón, se encontraba considerada como la mejor selección de todo el mundo.

Merced a esos éxitos, el baloncesto logró unas cuotas de audiencia sensacionales, con shares superiores al 18 %, entre ellos, 2 jalones: el partido de semifinal contra Grecia, con un 25,7 %, y el de la final, con un 31,3 %, lo que significó que 5,4 millones de españoles veían el partido en oposición al TV.

Tras el éxito de Japón, donde hubo un comprensión cordial entre el seleccionador y el presidente de la Federación Española de Baloncesto, José Luis Sáez, en el Eurobasket se generaron ciertas tensiones que no trascendieron hasta terminada la competición. El hecho mucho más grave sucedió en el momento en que la selección se trasladó de Sevilla a Madrid. Sáez, como era natural, procuró sacar el máximo beneficio económico del acontecimiento y no frenó la histeria colectiva de los apasionados, que perseguían por todas partes a los players, al tiempo que Pepu Hernández velaba por la calma de sus alumnos.

Para moverse a la ciudad más importante de españa, Sáez logró lo irrealizable a fin de que la selección utilizase el AVE, ya que entre los patrocinadores era Renfe. Por ello montó un tren particular que debía partir de Sevilla a la una de la madrugada. Pepu Hernández y sus players no escondieron su malestar. Además, había un deber particular con el Ministerio del Interior para publicitar el nuevo DNI digital, en un acercamiento con el ministro Alfredo Pérez Rubalcaba al mediodía. Esto, sumado a la incesante presencia de políticos que deseaban salir en la fotografía, rompió la armonía entre el seleccionador y el presidente.

Las aguas daba la sensación de que no volverían a su cauce, hasta el punto de que los medios insinuaron que Sáez solicitaría la dimisión de Pepu. Tras unos días de suspense, el 24 de septiembre el presidente y el seleccionador brindaron una rueda de prensa conjunta donde Sáez confirmó la continuidad de Pepu como seleccionador con la mirada puesta en los Juegos Olímpicos de Pekín, y Hernández matizó que no hubo enfado serio sino más bien solo pequeñas diferencias. Sin embargo, novedosas acusaciones terminaron con el cese de Pepu Hernández en el momento en que faltaban solamente un par de meses para el comienzo de los Juegos Olímpicos.

A solicitud del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, el nuevo pabellón del distrito de San Blas va a llevar el nombre de Pepu Hernández, ese hombre cuyo carisma entre los players se funda en su humildad y en el trato personalizado. Consiguió que el aparato que dirigía fuera un líder mundial, con múltiples players en la NBA, como Pau Gasol y Juan Carlos Navarro, que confirmarían su calidad en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008, consiguiendo lo que se consideró por unanimidad una "plata de oro" en la final frente a los Estados Unidos.

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Por esta razón, si eres de esas personas que creen en que cooperando es posible hacer algo mejor, y detentas información acerca de la existencia de Pepu Hernández, o con respecto a algún particularidad de su personalidad u obra que no hayamos observado en esta biografía, te solicitamos que nos lo envíes.

Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son decididamente esenciales, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de un ser como Pepu Hernández, que poseyó su significación en una época concreta, es indispensable intentar brindar una perspectiva de su persona, vida y personalidad lo más rigurosa posible.

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