Pedro IV el Ceremonioso

Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la importancia que detentó Pedro IV el Ceremonioso en la historia. La manera en que vivió y aquello que hizo mientras estuvo en este mundo fue determinante no sólo para quienes conocieron a Pedro IV el Ceremonioso , sino que a lo mejor dejó una señal mucho más vasta de lo que logremossospechar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Pedro IV el Ceremonioso de modo personal.Pedro IV el Ceremonioso fue una de esas personas que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Las biografías y las vidas de personas que, como Pedro IV el Ceremonioso , cautivan nuestra atención, tienen que servirnos siempre como referencia y reflexión para ofrendar un marco y un contexto a otra sociedad y otra época de la historia que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Pedro IV el Ceremonioso , el motivo por qué Pedro IV el Ceremonioso vivió como lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos impulsará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que avanza, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Pedro IV el Ceremonioso

(Pedro IV de Aragón, llamado Pedro IV el Ceremonioso; Balaguer, Cataluña, 1319 - Barcelona, 1387) Rey de Aragón. Era hijo de Alfonso IV, a quien sucedió en 1336. Pedro IV de Aragón se ha propuesto la meta de restituir a la Corona catalanoaragonesa los territorios perdidos por consecutivas particiones sucesorias. En primer rincón, anexionó las Baleares (1343), el Rosellón y la Cerdaña (1344), aduciendo el incumplimiento de los deberes del rey de Mallorca Jaime III (que además de esto era su cuñado) como vasallo de Aragón; para consolidar sus conquistas tuvo que negar un intento de Jaime III por recobrar el reino con asistencia de Francia en 1349.

En cuanto a la isla de Cerdeña, Pedro IV de Aragón deseó terminar con las continuas rebeliones antiaragonesas que incitaba Génova; para esto se alió con Venecia y venció a la flota genovesa en Constantinopla (1352) y Alguer (1353); entonces desembarcó en Cerdeña, sometiendo a los rebeldes por la fuerza (1354-56).

Asimismo trató de recobrar Sicilia casándose con Leonor de Sicilia y transformándose de este modo en heredero de aquel reino (1349); la oposición del papa y de los Anjou le llevó a remarcar los derechos de la vivienda de Aragón a través de la boda de su nieto Martín con la reina María de Sicilia (1379). Aquellos links dieron a sus descendientes no solo el reino de Sicilia, sino más bien asimismo los ducados de Atenas y Neopatria, cuyo dominio logró efectivo mandando una expedición a Grecia.

La coalición de Pedro IV el Ceremonioso con Venecia -y con Francia- enturbió las relaciones con Castilla (apaciguadas desde los inicios del reinado), puesto que Pedro I de Castilla era aliado de Génova y de Inglaterra; reventó de este modo la Guerra de los Dos Pedros (1356-69), que se superponía a la guerra civil castellana (ya que Aragón apoyaba la candidatura al trono de Enrique II de Castilla) y a la Guerra de los Cien Años (que encaraba a ingleses y franceses por el dominio de las zonas occidentales de Francia). Aquella guerra, donde Castilla pretendía conseguir la región de Alicante y Aragón pretendía la de Murcia, se saldó sin variantes territoriales, pero con un prominente coste para los reinos aragoneses, azotados además de esto en esas datas por la Peste Negra.

La inexistencia de descendientes hombres de sus 2 primeros matrimonios llevó a Pedro IV de Aragón a declarar heredera a su hija Constanza, rompiendo la práctica sucesoria de la Corona de Aragón y contrariando los derechos del hermano del rey; aquello desencadenó la rebelión de la nobleza en Aragón y en Valencia. Pedro IV debió realizar concesiones a los nobles en las Cortes de Zaragoza (1347) y de Valencia (1348), hasta el momento en que, apoyándose en Cataluña, logró imponerse militarmente a los rebeldes (peleas de Épila y Mislata) y castigar a sus cabecillas (1348).

En todo caso, el matrimonio con Leonor de Sicilia solventó el inconveniente sucesorio, con el nacimiento de los futuros reyes Juan I de Aragón (1350) y Martín I el Humano (1356). Pedro el Ceremonioso recibió ese sobrenombre por su afición al protocolo y las liturgias, que reguló promulgando el Libro de las Ordenaciones de la Casa de Aragón.

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