Pedro III el Grande

La historia de la civilización la cuentan las mujeres y hombres queen el paso de los años, gracias a su forma de actuar, sus ideales, sus hallazgos o su arte; han originado quela sociedad, de un modo u otro,avance.

Ya sea inspirando a más seres humanos o siendo una pieza esencial de la acción. Pedro III el Grande es una de las personas cuya vida, indudablemente, merece nuestro interés por el grado de influencia que tuvo en la historia.Conocer la existencia de Pedro III el Grande es comprender más sobre etapa determinada de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la relevancia que atesoró Pedro III el Grande en la historia. La manera en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que estuvo en la tierra fue decisivo no sólo para quienes trataron a Pedro III el Grande , sino que posiblemente legó una señal mucho más vasta de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Pedro III el Grande de forma personal.Pedro III el Grande fue una persona que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Apreciar las luces y las sombras de las personas destacadas como Pedro III el Grande , personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es algo básica para que seamos capaces de poner en valor no sólo la vida de Pedro III el Grande , sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Pedro III el Grande , personas a quienes de un modo u otro Pedro III el Grande influyó, y ciertamente, comprender y entender cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Pedro III el Grande .

Vida y Biografía de Pedro III el Grande

(Pedro III de Aragón, llamado el Grande; Valencia, 1239 - Villafranca del Panadés, Cataluña, 1285) Rey de Aragón. Era hijo de Jaime I el Conquistador, a quien sucedió en 1276 como soberano de Aragón, de Cataluña y de Valencia, pero no de Mallorca, ya que las Baleares (adjuntado con el Rosellón, la Cerdaña y el Señorío de Montpellier) pasaron a su hermano Jaime II de Mallorca. Completada la Reconquista aragonesa a lo largo del reinado de Jaime I el Conquistador (con asistencia de Pedro, que participó siendo infante en la conquista de Valencia y Murcia), a Aragón no le quedaba ahora frontera con los musulmanes; Pedro III dirigió entonces las energías del reino hacia la expansión mediterránea.

En 1262 se había casado con la hija del rey de Sicilia, Manfredo Hohenstaufen, que sería depuesto poco después por los Anjou; en el momento en que los sicilianos se sublevaron contra la dominación angevina (Vísperas Sicilianas, 1282), ofrecieron la corona a Pedro III de Aragón, que se apuró a admitirla. Previamente se había asegurado a través de una tolerante tarea diplomática la coalición de Castilla y del Imperio Bizantino. Desembarcó en Sicilia con la flota que tenía lista para una expedición a Túnez, derrotó a los Anjou y fue coronado rey en Palermo (aparte de conseguir el poder de las islas de Malta y Djerba).

Esta acción le enemistó con Francia y con el papa, que dictó la excomunión de Pedro III y atribuyó sus reinos a los Valois (1284). Carlos de Valois, aliado con Jaime II de Mallorca, invadió Cataluña para hacerse con los reinos de Pedro, y llegó a sitiar Gerona; pero la resistencia de las ciudades y la superioridad naval dejaron negar la invasión (1285).

La anexión de Sicilia asimismo le acarreó a Pedro III inconvenientes internos, ya que la nobleza de sus reinos mostró su descontento por aquella osada operación sobre la que no había sido consultada y que, no obstante, le iba a sospechar mayores cargas fiscales.

Pedro temió que los nobles se rebelaran contra él y se pusiesen de una parte de los Valois (ahora en los principios de su reinado se había visto obligado a reprimir una revuelta de la nobleza catalana, en 1277-80). Para evitarlo concedió a los nobles aragoneses (organizados en la Unión Aragonesa) el Privilegio de la Unión, por el que se comprometía a respetar los fueros y a reunir Cortes anualmente; un convenio afín le comprometió a reunir asimismo todos los años las Cortes catalanas (1284).

Al fallecer, por consiguiente, dejaba robustecido el sistema constitucional representado por las Cortes en los reinos catalanoaragoneses. Había intentado restituir Sicilia al Papado a fin de que se le levantara la excomunión; pero, al no lograrlo, dejó la isla para su segundo hijo Jaime (el futuro Jaime II de Aragón), al paso que Aragón, Cataluña y Valencia pasaban a Alfonso III. Pedro III fue admirado como modelo del caballero medieval, ensalzado en los escritos de Dante, Boccaccio y Shakespeare.

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