La historia universal la narran aquellas personas quea lo largo del tiempo, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho queel género humano, de un modo u otro,avance.
(Ponce, Puerto Rico, 1893 - San Juan, 1965) Patriota y político puertorriqueño que fue la figura mucho más importante en la pelea por la independencia de Puerto Rico a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Formado en las universidades norteamericanas de Vermont y Harvard, Albizu Campos empezó a interesarse por los temas políticos a lo largo de su estancia en Estados Unidos.
Allí formó una parte del Cosmopolitan Club, dirigió movimientos a favor de la independencia de Irlanda y la India y creó y encabezó los Caballeros de Colón, organización que reunía a alumnos latinoamericanos. Se alistó como voluntario en el ejército en los años de la I Guerra Mundial, si bien no llegó a ser enviado adelante europeo. Graduado en Ingeniería Química y Filosofía y Letras, rechazó múltiples puestos en el servicio diplomático y en el Tribunal Supremo estadounidense, para regresar a Puerto Rico y llenar en su facultad la carrera de Derecho (1921).
Ese mismo año ingresó en el Partido Unión de Puerto Rico, de carácter independentista, pero lo abandonó al poco tiempo para sumarse al recién desarrollado Partido Nacionalista de José Coll y Cuchí, del que Albizu fue nombrado primer vicepresidente en 1925. Bajo su predominación dicho partido abogó por una pelea activa a favor de la independencia de Puerto Rico, pero las adversidades eran muchas y Albizu se vio obligado a mandar a su familia al Perú (país natal de su mujer Laura Meneses), vender sus características y también comenzar un largo periplo de prácticamente tres años que le llevó por las Antillas, América Central, México y Venezuela para anunciar y conseguir apoyos a su causa, de este modo para promover la solidaridad política entre los países latinos.
En 1927 creó en Cuba la Junta Nacional Pro Independencia de Puerto Rico y en 1930 regresó al final a la isla al lado de su familia presto a dirigir de forma activa el movimiento independentista. Ese mismo año fue nombrado presidente del Partido Nacionalista, al que orientó hacia la pelea revolucionaria como medio para lograr sus propósitos; predicó el retraimiento en las selecciones por considerarlo un mecanismo al servicio del opresor.
En 1933 dirigió de forma exitosa una huelga contra las compañías que ostentaban el monopolio eléctrico de la isla, Puerto Rico Railway y Light and Power Company, y por año siguiente logró lo propio en frente de los intereses de las compañías azucareras. El recrudecimiento de las ocupaciones del partido motivaron la contestación beligerante por la parte de las autoridades, con capítulos como la "Matanza de Río Piedras" apuntada por el jefe de policía Francis Riggs en el mes de octubre de 1935 o el homicidio de Hiram Rosado y Elías Beauchamp, y al final la desarticulación total del movimiento con el encarcelamiento del mismo Albizu al lado del de los primordiales líderes independentistas en la prisión de la Princesa en 1936.
Juzgado y culpado a diez años de prisión por el delito de sedición, fue movido a la prisión federal de Atlanta. En 1943 enfermó dificultosamente y debió ser ingresado en el Hospital Columbus de Nueva York, centro en el que continuó hasta prácticamente el desenlace de la condena. Regresó a su tierra natal en 1947.
El atentado de un conjunto independentista el 1 de noviembre de 1950 contra la Casa Blair de Washington (vivienda en ese instante del presidente Harry Truman, por encontrarse la Casa Blanca en proyectos) le llevó de nuevo a prisión. Durante esta segunda condena, como ensayo o con el fácil propósito de ocasionarle la desaparición, fue expuesto a radiaciones radioactivas que mermaron con seriedad su salud. El gobernador Luis Muñoz Marín le concedió el indulto en 1953; Albizu lo rechazó y fue expulsado de la prisión. El indulto le fue anulado tras otro atentado nacionalista en el Congreso estadounidense en el tercer mes del año de 1954.
En marzo de 1956 padeció un ataque cerebral que le paralizó el lado derecho y le dejó sin charla, pese a los como no recibió asistencia médica hasta pasados cinco días. En 1964, pocos meses antes de su muerte, recibió el indulto definitivo. El traslado de su féretro al cementerio de San Juan se transformó en una liturgia de homenaje por la parte de una cantidad enorme de compatriotas. Admirado por varios que lo piensan un héroe nacional y injuriado por otros debido al empleo de métodos violentos para hallar sus propósitos, la figura de Albizu Campos se encuentra dentro de las mucho más discutidas de la historia puertorriqueña.
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