(Pasqual Maragall i Mira; Barcelona, 1941) Político socialista catalán que fue alcalde de Barcelona (1982-1997) y presidente de la Generalitat de Cataluña (2003-2006). Nieto del señalado poeta catalán Joan Maragall, Pasqual Maragall nació en Barcelona el 13 de enero de 1941; era el segundo de los ocho hijos de Jordi Maragall i Noble y Basilisa Mira. En la facultad de su localidad natal estudió derecho y ciencias económicas, y asimismo allí se inició en la política como componente de la furtiva Nova Esquerra Universitària, extensión académico del Front Obrer de Catalunya (FOC), donde coincidió con otros futuros líderes socialistas como Raimon Obiols y Narcís Serra.
En la facultad y en la pelea política conoció además de esto a su futura mujer, Diana Garrigosa, con la que contraería matrimonio el 18 de diciembre de 1965; por aquellas datas Maragall tenía un trabajo de técnico contratado en el Ayuntamiento de Barcelona. En enero de 1966 el matrimonio marchó a Francia, con una beca para estudiar planificación en París al lado de Jacques Delors, entre los progenitores de la Comunidad Europea. En 1971 2 novedosas becas (Fulbright y Fundación March) les llevaron a Estados Unidos, donde se doctoró en economía por la New York School for Social Research. El matrimonio tenía entonces 2 pequeñas (Cristina, natural de 1967, y Ayri, en 1970), a las que se añadió en 1980 un varón, Guillem.
Política municipal
Regresó a Barcelona en 1974 y un par de años años después ganó por oposición una plaza de técnico de plantilla en el municipio. En 1975 había fallecido Francisco Franco y se comenzaba la transición a la democracia; Pasqual Maragall reinició entonces su militancia política: tras formar parte en la fundación del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), reguló su campaña electoral en las primeras selecciones legislativas de la transición (15 de junio de 1977).
En las municipales de 1979 fue el número 2 de la lista socialista que ganó para Narcís Serra la alcaldía de Barcelona. Teniente de alcalde al lado de Serra, en el momento en que este fue llamado por el presidente Felipe González para regentar el Ministerio de Defensa en 1982, Maragall le sucedió adelante de la alcaldía, y preservó el cargo en las selecciones de 1987, 1991 y 1995. Después del éxito de la organización de los Juegos Olímpicos de 1992, que acarreó una optimización importante de las infraestructuras de la región, la ordenación urbana y las comunicaciones, Maragall creó Eurociudades, un emprendimiento de integración y colaboración de seis ciudades del Mediterráneo occidental; encabezó el Consejo de Municipios y Regiones de Europa, y fue vicepresidente del Comité de las Regiones de la Unión Europea.
Después de catorce años como alcalde de Barcelona, pasó página por intención propia, y se preparó esmeradamente para enfrentar un nuevo reto. En septiembre de 1997, inmediatamente después de pasadas las fiestas de la Virgen de la Merced, patrona de la región, Pasqual Maragall traspasó la vara de mando a su teniente de alcalde Joan Clos y marchó a Italia, donde a lo largo de prácticamente un año se dedicó a ofrecer clases y a pensar acerca de su porvenir. Regresó en el mes de junio de 1998, ahora con la resolución estable de elegir a la presidencia del gobierno autonómico de Cataluña: un emprendimiento de largo alcance, que terminaría por hacerse situación, pero no en la manera ni con la velocidad que ciertos presagiaron.
La interfaz Ciutadans pel Canvi
Para las selecciones autonómicas de 1999, Maragall fomentó una interfaz atípica, Ciutadans pel Canvi (‘Ciudadanos por el Cambio’), con la intención de enrolar en su emprendimiento al PSC, a otras fuerzas políticas y sociales y a personalidades capaces de dar ideas novedosas. Recibió entonces el acompañamiento de Iniciativa per Catalunya Verds (ICV), la capacitación que aparece del histórico Partit Socialista Unificat de Catalunya (PSUC), dirigida a la sazón por Rafael Ribó. El trabajo de elaboración programática fue notable: entre las proposiciones básicas fue la modificación de la Constitución de españa y del Estatuto de Autonomía para modificar España como un Estado federal.
El reagrupamiento de las fuerzas de avance propiciado por la idea de Maragall fue efectivo, pero no bastante; el 17 de octubre de 1999 las listas socialistas brincaron de 34 a 52 escaños y se transformaron en la capacitación con mayor voto habitual; pero Convergència i Unió (CiU), encabezada por el «eterno» Jordi Pujol, consiguió mucho más miembros del congreso de los diputados (56) y la oportunidad de lograr la mayor parte de 2 formas diferentes: con los 12 miembros del congreso de los diputados de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), o con los 12 conservadores del Partido Popular (PP), que parecían garantizar un óptimo comprensión con el gobierno de José María Aznar, necesitado por su parte en el Parlamento de Madrid de los votos catalanes. Pujol optó por la segunda opción, en vez de aventurarse a una coalición de signo nacionalista; una resolución que habría de traer secuelas más adelante.
En el X Congreso del PSC, festejado en 2000, Pasqual Maragall fue escogido presidente del partido. En exactamente el mismo año, las selecciones en general brindaron mayoría absoluta al PP de Aznar, que de manera rápida abandonó su coalición con CiU, y adoptó una actitud marcadamente centralista, conservadora y déspota.
La crisis del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) tocó fondo en el XXXV Congreso Federal del partido, en el que surgió un líder nuevo, joven y aún con poca experiencia, José Luis Rodríguez Zapatero, quien inició, con una fe compartida en aquel instante por escasos, la renovación intensamente de su capacitación. Maragall y Zapatero simpatizaron prontísimo, y en el mes de noviembre de 2002 Zapatero escribió para un libro de Maragall de título premonitorio, Els dirigents del futur, un prólogo en el que llamó a los catalanes a trabajar sin complejos en la profundización de la autonomía.
El largo sendero a la Generalitat
En junio de 2003 Maragall fue proclamado de manera oficial candidato del PSC para comandar la Generalitat en las selecciones autonómicas del 16 de noviembre. Desde las municipales del mes de mayo, el PSC, ICV y ERC contaban con una práctica de gobierno grupo en diferentes localidades, y particularmente en Barcelona, lo que provocaba la oportunidad de un frente de izquierda para imponerse a la coalición de centroderecha gobernante, CiU-PP. Pero la situación después de los desenlaces electorales del 16 de noviembre arrojó elementos contradictorios.
El PSC sostuvo su condición de fuerza mucho más votada, pero perdió 150.000 votantes y diez escaños (42); CiU se dejó también diez escaños (46) y todavía mucho más votos que el PSC (175.000); ERC duplicó sus votos y sus escaños (23), y se transformó en definitiva para la capacitación de cualquier mayoría; asimismo el PP (15) y también ICV (9), que asistió a las urnas con Esquerra Unida i Alternativa (EUiA), acrecentaron substancialmente su representación.
El nuevo líder de CiU, Artur Mas, invitó a ERC a conformar un gobierno «natural» en mayoría nacionalista; pero Josep-Lluís Carod-Rovira, tras unos días de indecisión, con negociaciones profundas a múltiples bandas, respondió el 7 de diciembre con la devolución de la bofetada recibida 4 años antes: no formaría gobierno con CiU, sino más bien un tripartito de avance, con el PSC y también ICV. El 20 de diciembre de 2003, Pasqual Maragall fue ungido presidente de la Generalitat de Catalunya; Carod-Rovira fue designado conseller en cap (‘asesor jefe’), y Joan Saura, de ICV, ocupó la Consejería de Relaciones Institucionales y Participación.
El nuevo gobierno anunció la publicación de un plan de 500 medidas de fuerte contenido popular; pero solamente un mes después, el 27 de enero de 2004, Carod-Rovira presentó la dimisión al hacerse público que se había entrevistado con representantes de la banda ETA en Francia sin conocimiento de sus asociados de gobierno.
A esa primera crisis se agregaron disensiones distintas entre los asociados del tripartito, pendiente en demasía cada quien de imponer sus preferencias. Las ideas legislativas se ralentizaron, y a las adversidades internas se sumó una campaña para las selecciones en general especialmente dura, donde Maragall y su gobierno han recibido muy, muy fuertes descalificaciones por la parte del PP. Pero el electorado catalán no solo soportó el tirón, sino el 14 de marzo ratificó su seguridad masiva en el tripartito: el PSC recibió prácticamente 400.000 votos mucho más que en las autonómicas, y ERC medró todavía mucho más tanto en términos absolutos como relativos.
Con José Luis Rodríguez Zapatero ubicado en el gobierno de España en su primera cita electoral como candidato, Pasqual Maragall vio despejado el sendero para la realización del ambicioso sueño que había comenzado a concretar en Italia. Promovió entonces la elaboración de un nuevo estatuto para Cataluña en el parlamento catalán, tarea dilatada que acarreó con su llegada nuevos combates entre sus asociados de gobierno.
Si bien al final el nuevo estatuto fue aprobado, la negativa de Esquerra Republicana a apoyarlo en el parlamento español provocó la salida de este partido de la Generalitat. Maragall quedó en minoría y se vio obligado a convocar selecciones para noviembre del 2006, cediendo paso a José Montilla como candidato. Su mejor logro (el nuevo Estatuto) fue asimismo indudablemente la razón prioritaria de su veloz desgaste como Presidente de la Generalitat.
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