Ya sea inspirando a más personas o tomando parte de la acción. Osvaldo Soriano es una de las personas cuya vida, indudablemente, merece nuestro interés debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Osvaldo Soriano es conocer más sobre un periodo concreto de la historia del ser humano.
(Mar del Plata, 1943 - Buenos Aires, 1997) Narrador y periodista argentino que reflejó con irónica objetividad la verdad de su país. Pasó su niñez y adolescencia en su localidad natal y en las provincias de San Luis y Río Negro, cuyos panoramas evocaría en su obra y en sus columnas periodísticas. Fue futbolista y, tras diversos empleos, se dedicó al periodismo político, deportivo y cultural.
Forjado en las redacciones, trabajó en la gaceta Primera Plana y en el períodico La Opinión. En 1973 publicó la novela Triste, solitario y final; considerada su mejor obra, todavía el día de hoy prosigue el día de hoy reeditándose exitosamente. Tras el golpe militar de 1976, abandonó Argentina y no regresó a su país hasta el advenimiento del gobierno democrático de Raúl Alfonsín. Vivió en México, Bruselas y París hasta su regreso en 1984. Desde entonces y hasta su muerte cooperó en el períodico Página/12.
La narrativa de Soriano se sostiene tanto en los artificios tradicionales del género novelesco (construcción de individuos y diálogos) como en los lineamientos del periodismo (un estilo plano y de manera fácil digerible para el lector) y en esa combinación consigue sus mejores provecho. Sus novelas se fundamentan en tramas de trazado muy profundo, por medio de una sintaxis y un léxico descarnados, según modelos narrativos que llevan al lenguaje cinematográfico y a la novela negra de america. En Triste, solitario y final (1973), el cine y la novela policiaca se transforman completamente en el tema de una narración cuyos individuos son Stan Laurel, Oliver Hardi, John Wayne, Charlot, Marlowe y otros, retratados con la melancolía, el cariño y el infortunio propios de un cinéfilo.
Su conciencia estilística, articulada para lograr reglas, temas y mitos colectivos, y su tono narrativo descuidado y elíptico, que le deja su bagaje de nociones y entendimientos recurrentes, dan una medida precisa de la obra de Osvaldo Soriano. No va a haber mucho más penas ni olvido (1979) y Cuarteles de invierno (1981) están contadas en clave de tango por personas letradas. Con la conciencia de narrar por enésima vez las desgracias públicas y privadas que están destinadas a repetirse, asimismo por enésima vez, encara el tema de la crueldad política en Argentina, del peronismo y del pugilato, rediseñando la figura del vencedor deportivo en el ocaso.
Artistas, locos y delincuentes (1986) es una compilación de productos periodísticos, mediante los que se puede realizar un paseo por los caminos estilísticos y temáticos del creador. Una de sus proyectos mucho más conocidas es El ojo de la patria (1992), relato de las surrealistas aventuras de un agente misterio argentino, Julio Carré, en el París de los años 90.
El resto de su producción incluye, por ejemplo proyectos, Rebeldes, soñadores y fugitivos (1987), A sus plantas rendido un león (1988), Cuentos de los años contentos (1993), La hora sin sombra (1995) y Piratas, espectros y dinosaurios (1996). Sus proyectos fueron traducidas a varias lenguas, y ciertas fueron llevadas al cine. El directivo Héctor Olivera amoldó para la enorme pantalla su novela Una sombra ahora próximamente vas a ser (1990), con guion del propio creador. Al margen de su valorada obra literaria, sus productos de deportes, centrados más que nada en el planeta del fútbol argentino, despertaron siempre y en todo momento la admiración de su nutrida hueste de leyentes.
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