Oscar Niemeyer

La historia de las civilizaciones está contada por los hombres y mujeres queen el transcurrir de los siglos, gracias a sus obras, sus pensamientos, sus creaciones o su talento; han hecho quela civilización, de una forma u otra,avance.

Ya sea inspirando a otros o tomando parte de la acción. Oscar Niemeyer es una de las personas cuya vida, en verdad, merece nuestra atención por el nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la vida de Oscar Niemeyer es conocer más sobre etapa determinada de la historia del género humano.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la importancia que tuvo Oscar Niemeyer en la historia. La manera en que vivió y las cosas que hizo durante el tiempo que permaneció en la tierra fue determinante no sólo para las personas que conocieron a Oscar Niemeyer, sino que tal vez dejó una huella mucho más vasta de lo que logremosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Oscar Niemeyer en persona.Oscar Niemeyer ha sido una de esas personas que, por alguna causa, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Oscar Niemeyer

(Río de Janeiro, 1907 - 2012) Arquitecto brasileiro, entre los creadores de la arquitectura actualizada en su país y diseñador, adjuntado con Lucio Costa, de Brasilia, la novedosa capital de Brasil.

En 1928, terminados los estudios secundarios, contrajo matrimonio con Annita Baldo, hija de inmigrantes italianos. Entró a trabajar en el taller de tipografía de su padre y, en 1929, se inscribió en la Escuela de Bellas Artes de Río de Janeiro, que un par de años después dirigiría Lucio Costa. En 1932 empezó su carrera en el estudio de arquitectura de Lucio Costa y Carlos Leáo, y en 1934 consiguió el título de ingeniero arquitecto.

En 1936 recibió el encargo, adjuntado con otros arquitectos, de diseñar el edificio del Ministerio de Educación y Sanidad de Río de Janeiro. A la predominación de Le Corbusier, asesor del emprendimiento, sumó una búsqueda de la adaptación del edificio al medioambiente y una fértil imaginación. Desde ese instante profesó el funcionalismo arquitectónico, ahondando pausadamente en las relaciones entre la arquitectura y el ambiente.

Invitado por Lucio Costa, viajó a Estados Unidos en 1938 para formar parte en el emprendimiento del Pabellón de Brasil en la Feria Mundial de Nueva York. Dos años después conoció al entonces alcalde de Belo Horizonte y futuro presidente del país, Juscelino Kubitschek, quien le encargó la construcción de un grupo de inmuebles cerca del lago artificial de la Pampulha. En 1947 viajó otra vez a Nueva York, esta vez como integrante del Comité Internacional de Arquitectos solicitado del avance del emprendimiento de la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Indudablemente, el emprendimiento mucho más ambicioso de la arquitectura sudamericana en el siglo XX fue el diseño y la construcción de Brasilia, la localidad que el presidente Juscelino Kubitschek soñaba con alzar como novedosa capital del país y como símbolo de su régimen democrático. Lucio Costa y Oscar Niemeyer fueron, desde 1956, los responsables de hacer el emprendimiento. El primero se encargó del diseño del chato sobre el que tenía que levantarse la novedosa capital (sobre 2 ejes entrecruzados), y el segundo se responsabilizó del diseño de las edificaciones simbólicos de la región (la vivienda del presidente, el Congreso Nacional, la sede del gobierno y la Catedral, entre otros muchos), en los que combinó de manera singular imaginación y racionalismo.

La localidad de Brasilia se levanta, con apariencia de cruz con los brazos sutilmente arqueados, al lado de un lago artificial; todas sus tres zonas (o escenarios) tiene una función concreta: residencial, oficial (monumental) y comercial ("gregario"). En la ancha avenida (200 metros) que la atraviesa de norte a sur se edificaron inmuebles de pisos con apariencia de arco. Cada bosque tiene casas, tiendas y un centro de enseñanza principal. La avenida Monumental, aún mucho más ancha, se prolonga de este a oeste y lleva a la Plaza de los Tres Poderes, donde están las edificaciones mucho más esenciales de la administración pública. En el centro comercial y cultural de la región se cruzan ámbas avenidas citadas. Muchos inmuebles de la región son enormes creaciones de cristal y hormigón, de formas auténticos y también imaginativas, en las que se refleja la predominación de Le Corbusier.

Los dos arquitectos concibieron el centro de la región como un espacio simbólico en el que debían situarse los tres pilares escenciales de un Estado democrático: Gobierno, Parlamento y Justicia. Niemeyer se ocupó del diseño la Plaza de los Tres Poderes, con un edificio para la Corte Suprema Federal (1958-1960), un complejo para el Congreso Nacional (1958-1960) y otro edificio para el Ministerio de Justicia (1962-1970). La escala de todos ellos es monumental, y se conjugan los principios funcionalistas y racionales de Le Corbusier con la búsqueda de un efecto escultórico. La Catedral, con su torre con apariencia de corona, y el palacio presidencial (Palacio da Alvorada) son asimismo producciones visibles. Su planificación urbanística y su arquitectura proporcionan a la localidad una alguna unidad, caracterizada por la amplitud, la espléndida visión y las líneas curvas y rítmicas. La novedosa capital, nacida de la nada en la Meseta Central de Brasil, fue estrenada de manera oficial el 21 de abril de 1960.

En 1962 Niemeyer fue nombrado coordinador de la Escuela de Arquitectura de la recién construída Universidad de Brasilia. Ese mismo año viajó a Líbano para proyectar la Feria Internacional y Permanente en Trípoli. La novedad del golpe militar contra el presidente brasileiro João Goulart, en 1964, le sorprendió de viaje por Europa y también Israel, donde proyectó la Universidad de Haifa. Un año después se retiró de la Universidad de Brasilia, al lado de otros instructores, como queja contra la política universitaria del régimen militar brasileiro.

En 1966 viajó nuevamente a Europa, para conocer la exposición Oscar Niemeyer, el arquitecto de Brasilia en el Museo de las Artes Decorativas del Palacio del Louvre, en París (Francia), localidad donde se instaló un año después. Entre sus proyectos mucho más resaltadas de este periodo están la sede del Partido Comunista Francés en París (1967-1972) y la mezquita de Argel (1968) y la Universidad de Constantina (1969) en Argelia, por ejemplo.

Una vez terminada la dictadura militar, regresó a Brasil y continuó su intensa actividad. Durante estos años efectuó varias proyectos en su país, como el Memorial JK, un museo destinado a Juscelino Kubitschek en Brasilia (1980); la sede de la Red de Televisión Manchete (1983); los sambódromos de las ciudades de Río de Janeiro (1984) y de São Paulo (1991); el Panteón de la Patria Tancredo Neves (1985), en Brasilia; el Memorial de América Latina (1987), un inmenso centro civil de ocho hectáreas en São Paulo; o el Museo de Arte Contemporáneo (1991), en Niteroi.

En 1988 creó la Fundación Oscar Niemeyer y recibió el premio Priztker de Arquitectura. Un año después fue premiado con el premio Príncipe de Asturias de las Artes. El Museo Oscar Niemeyer fue estrenado en 2002 en la localidad de Curitiba, al sur de Brasil. En 2007 se hicieron por todo Brasil homenajes para conmemorar el centenario del nacimiento del arquitecto, que, pese a su avanzada edad, tenía todavía en marcha varios proyectos, como el Museo Internacional de los premios Príncipe de Asturias.

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Obviamente descubrir en lo más recóndito a Oscar Niemeyer es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que tratar de recomponer quién fue y cómo fue la vida de Oscar Niemeyer es una suerte de puzzleque con bastante probabilidad lleguemos a reconstruir si colaboramos todos en conjunto.

Por ese motivo, si eres de las personas que confían en que de forma cooperativa se puede crear algo mejor, y detentas información acerca de la biografía de Oscar Niemeyer, o sobre algún faceta de su personalidad u obra que no se contemple en esta biografía, te pedimos que nos lo envíes.

Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son decididamente fundamentales, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de una persona como Oscar Niemeyer, que detentó su trascendencia en un momento concreto de la historia, es imprescindible tratar de mostrar un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.

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