Ordoño III

Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la importancia que tuvo Ordoño III en la historia. La forma en que vivió y lo que hizo en el tiempo en que estuvo en este mundo fue determinante no sólo para quienes conocieron a Ordoño III, sino que tal vez legó una huella mucho más profunda de lo que podamosfigurar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Ordoño III de forma personal.Ordoño III ha sido uno de esos seres humanos que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre nunca debe borrarse de la historia.

Vida y Biografía de Ordoño III

(Hacia 925 - Zamora, 956) Rey de León (951-956). Hijo del rey de León Ramiro II y de la primera mujer de este, Adosinda Gutiérrez, Ordoño pasó los primeros años de su historia en la corte de su padre, instalada desde principios del año 926 en los territorios de Galicia puestos a su cargo, populares ahora en la temporada con el nombre de Portugal.

Prontísimo abandonó estas tierras, en tanto que en el momento en que contaba precisamente con 5 años se trasladó al lado de su familia a la Corte de León, sitio donde Ramiro fue proclamado rey en el año 931.

Ordoño III ocupó el trono el 5 de enero del año 951, tras presenciar la abdicación formal de su padre frente a los individuos mucho más esenciales del reino. El nuevo rey probó en múltiples oportunidades su enorme pericia en el manejo de las armas y su extenso conocimiento de las diferentes instituciones y de la administración. En 955 debió confrontar a un considerable contingente de tropas navarras y castellanas, confabuladas para instaurar en el trono a su hermano Sancho, el que había albergado esperanzas de ocurrir a su padre, por no nombrar, según testimonian las fuentes musulmanas, que sintió desde su juventud una profunda antipatía por Ordoño.

El contingente tenía sosprechado reunirse en Sahagún, para desde allí comenzar la conquista del reino, con lo que Ordoño decidió ordenar sus defensas en la línea fluvial del Cea, sitio en el que contó con el inestimable acompañamiento del conde de Monzón, Fernando Ansúrez. El ejército navarro-español se halló con un poderoso baluarte defensivo, prácticamente inexpugnable, que deshizo completamente sus esperanzas de conseguir la victoria, con lo que recularon de manera rápida.

Pero la calma no llegó para Ordoño III tras esta primera victoria, en tanto que poco después debió partir a la llamada tierra Llana de Lugo, donde semeja que se había iniciado un considerable movimiento de oposición, puesto en relación por ciertos autores con la previo rebelión castellana. No tardó Ordoño en llevar a cabo servir su autoridad en tierras gallegas, tras conducir en lo personal a su ejército, y con la intención de eludir nuevos enfrentamientos, entregó a un familiar el gobierno efectivo de la región.

Animado por sus recientes triunfos y viendo que tenía un poderoso ejército, decidió arrancar una campaña en tierras portuguesas. Partió de las riberas del Miño y, tras remarcar sus defensas en Coimbra, marchó hacia Lisboa, donde consiguió un considerable botín y un elevado número de presos. De regreso en su reino, recibió la novedad de que un ejército musulmán estaba en las cercanías del Duero, en concreto en San Esteban de Gormaz, ocasionando visibles apuros a Fernán González, que, desbordado por el elevado número de contrincantes, decidió someterse a la autoridad del monarca y pedir su asistencia.

Ordoño III cooperó ciertamente con el conde y poco después los musulmanes debieron retirarse de estas tierras, si bien en opinión de los cronistas árabes se trató de una victoria parcial, en tanto que leoneses y castellanos empezaron velozmente las negociaciones de paz con Abd al-Rahman III. Pero según señalan fuentes cristianas, el rey en ningún instante procuró firmar la paz con Córdoba, ya que pasó el invierno siguiente mejorando una expedición en oposición a sus contrincantes del exterior. No se hizo la proyectada expedición, ya que el monarca murió en el verano del año 956, tras ponerse adelante de sus tropas en la localidad de Zamora, por causas naturales. Sus restos fatales fueron trasladados instantaneamente a la localidad de León, donde fueron depositados en la iglesia del Salvador.

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