La historia de las civilizaciones la escriben aquellas personas quea lo largo del tiempo, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han originado queel mundo, de un modo u otro,avance.
Ya sea inspirando a más personas o tomando parte de la acción. Nicolás Salmerón es uno de esos seres humanos cuya vida, realmente, merece nuestra consideración debido al nivel de influencia que tuvo en la historia.Comprender la biografía de Nicolás Salmerón es comprender más sobre etapa determinada de la historia del género humano.
Si has llegado hasta aquí es porque tienes consciencia de la relevancia que tuvo Nicolás Salmerón en la historia. Cómo vivió y lo que hizo durante el tiempo que permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para las personas que frecuentaron a Nicolás Salmerón, sino que posiblemente dejó una señal mucho más profunda de lo que podamosfigurar en la vida de personas que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Nicolás Salmerón en persona.Nicolás Salmerón ha sido un ser humano que, por alguna causa, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Las biografías y las vidas de personas que, como Nicolás Salmerón, atraen nuestra atención, deben ayudarnos siempre como referencia y reflexión para proponer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Tratar de entender la biografía de Nicolás Salmerón, el motivo por qué Nicolás Salmerón vivió como lo hizo y actuó del modo en que lo hizo en su vida, es algo que nos ayudará por un lado a vislumbrar mejor el alma del ser humano, y por el otro, la manera en que avanza, de forma inexorable, la historia.
Presidente de la Primera República Española (Alhama la Seca, Almería, 1838 - Pau, Francia, 1908). Estudió Derecho y Filosofía en Madrid con Sanz del Río, por cuya predominación se sumó a la corriente krausista. Trabajó como instructor de bachillerato (1858) y como catedrático de la Universidad Central (1866). Al mismo tiempo, se integró en el Partido Demócrata, cuyas ideas defendió a través de productos periodísticos, alegatos en el Ateneo y conspiraciones revolucionarias que le condujeron a la prisión (1867).
Al vencer la Revolución de 1868, que derribó a Isabel II, se proclamó republicano, si bien reconoció que esta corriente no se encontraba madura para asumir el poder. Fue escogido diputado por Badajoz en 1871 y, al abdicar el rey Amadeo de Saboya, apoyó en el Parlamento la proclamación de la Primera República (1873).
Participó en su primer gobierno como ministro de Gracia y Justicia; 4 meses después fue nombrado presidente del Congreso; y un mes después jefe del Poder Ejecutivo (cargo semejante al de presidente del Gobierno y presidente de la República, inexistente mientras no se aprobase una exclusiva Constitución).
Como ministro había decretado la separación entre la Iglesia y el Estado, la inamovilidad de los gobernantes públicos y una reforma penitenciaria; como presidente (menos de un par de meses) procuró recomponer la autoridad central, reorganizando el ejército y sofocando la revuelta cantonalista: no lo logró, pero los militares conservadores que puso en el mando terminarían volviéndose contra el régimen. Dimitió aduciendo inconvenientes de conciencia para firmar 2 sentencias de muerte. Le sucedió Emilio Castelar, a quien Salmerón logró una oposición insuperable, hasta el punto de negarle el voto de seguridad que solicitaba para conjurar las amenazas contra la República.
Restaurada la Monarquía de los Borbones por el pronunciamiento militar de Sagunto (1874), Salmerón perdió su cátedra, que no volvería a ocupar hasta 1884. Siguió conspirando por la causa republicana, primero desde su exilio en Francia y después en el país, como diputado por el Partido Progresista.
De los distintos conjuntos políticos en los que se encontraban divididos los republicanos españoles, Salmerón encabezó una inclinación moderada, y también procuró agrupar a el resto en la Unión Republicana con la promesa de conseguir excelente resultados del restablecimiento del voto universal (1890); pero el caciquismo y la manipulación electoral le impidieron cosechar mucho más que ciertos éxitos simbólicos.
La derrota de España en la guerra colonial de 1898 le logró opinar en la inminencia de la crisis de la Monarquía y clamó ineficazmente por su destrucción, apelando aun a un golpe de Estado militar. En 1907, fracasada su política de unificar a los republicanos, optó por aliarse con los catalanistas y otras fuerzas antidinásticas en la coalición Solidaridad Catalana, que consiguió un triunfo electoral aplastante en Cataluña.
¿Qué juicio te merece la crónica de la vida de Nicolás Salmerón? ¿Has encontrado todo aquello que suponías que ibas a encontrar?
Es cierto que descubrir en lo más recóndito a Nicolás Salmerón es algo que se reserva a un grupo limitado de personas, y que tratar de reconstruir quién y cómo fue la vida de Nicolás Salmerón es una suerte de puzzleque posiblemente logremos rehacer si cooperamos todos juntos.
Debido a esto, si eres de esas personas que creen en que cooperando es posible hacer algo mejor, y detentas información en relación con la vida de Nicolás Salmerón, o con respecto a algún aspecto de su figura u creación que no hayamos contemplado en esta biografía, te pedimos que nos lo hagas llegar.
Las sutilezas y las peculiaridades que ocupan nuestras vidas son siempre imprescindibles, ya que marcan la diferencia, y en el tema de la vida de una persona como Nicolás Salmerón, que tuvo su significación en una época determinada, es vital tratar de mostrar un aspecto de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
No lo dudes y contacta con nosotros para narrarnos qué conoces sobre Nicolás Salmerón. Estaremos complacidos de poder completar esta biografía con más información.