Conocer lo bueno y lo malo de las personas significativas como Nicolás Avellaneda, personas que hacen rotar y transformarse al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de valorar no sólo la existencia de Nicolás Avellaneda, sino la de todas aquellas personas que fueron inspiradas por Nicolás Avellaneda, aquellas personas a quienes de de una u otra forma Nicolás Avellaneda influenció, y sin duda, comprender y entender cómo fue vivir en el periodo histórico y la sociedad en la que vivió Nicolás Avellaneda.
(Tucumán, 1837 - en el Atlántico, 1885) Abogado y político argentino, presidente de la República entre 1874 y 1880, el último de la llamada República Liberal. Puso fin a la sublevación de Mitre y acabó la ocupación de Patagonia (1879), y también instituyó la ciudad más importante del país en Buenos Aires.
Era hijo del periodista y político Marco Manuel Avellaneda, un opositor a la dictadura de Juan Manuel de Rosas que, en verdad, moriría ejecutado en 1841 tras interpretar una revuelta contra el gobernador de Buenos Aires. Esta situación determinó que el pequeño Nicolás y su madre huyeran ese año al suroeste de Bolivia, en concreto a Tupiza.
En 1850 regresó a su país y empezó a cursar sus estudios superiores. Tras licenciarse en Derecho por la Universidad Nacional de Córdoba en 1855, consiguió tres años después el doctorado por la Universidad Nacional de Buenos Aires. Pronto logró enorme popularidad como periodista, haciendo un trabajo de redactor en los diarios El Nacional (que llegó a regentar), El Pueblo y El Eco del Norte (que él mismo creó en 1855); además, ejercitó como instructor de Economía en el centro universitario en que se había doctorado.
Asimismo por esos años inició su trayectoria política. En 1859 resultó escogido diputado por la provincia de Buenos Aires. Luego, entre 1868 y 1873 (a lo largo de la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento), fue ministro de Justicia, Culto y también Instrucción Pública. Desde este cargo permitió que se plasmaran los proyectos académicos de Sarmiento a través de la creación de varias academias primarias y normales y de institutos nacionales en todo el país.
El 12 de abril de 1874 derrotó al ex- presidente Bartolomé Mitre en las selecciones de presidentes (para presentarse a ellas había renunciado un año antes a su desempeño del ministerio). Junto a él, como vicepresidente, se escogió a Mariano Acosta, que llega del Partido Autonomista de Adolfo Alsina. El 12 de octubre, Avellaneda tomó posesión y relevó a Sarmiento, quien asimismo le había dado su acompañamiento. A finales de ese año refrenó la rebelión iniciada por Mitre el 24 de septiembre tras estimar ilegal la decisión.
En 1876 logró que se aprobase la Ley de Inmigración (mucho más famosa como Ley Avellaneda), que prometía tierras y trabajo a los campesinos de europa. Un año después se aprobó, del mismo modo merced a su idea, una ley de amnistía general que supuso que tengan la posibilidad de regresar al país varios contrarios políticos y que dejó apaciguar a los seguidores de Mitre. Durante su orden, la economía nacional vivió una destacable restauración, donde tuvieron bastante que ver el impulso que dio a la red de trenes (parte fundamental para la integración del territorio argentino), su política de austeridad, el mencionado promuevo de la inmigración y el comienzo de la exportación de carne congelada.
En febrero de 1876 se firmó la paz determinante con Paraguay, que ponía punto y final a la guerra de la Triple Alianza, cuyos combates habían acabado cinco años antes. El llamado Tratado Machaín-Irigoyen, signado por los ministros de Relaciones Exteriores de los dos países (el paraguayo Fernando Machaín y el argentino Bernardo de Irigoyen), decretó que el límite fronterizo entre los dos países quedaba fijado en el río Pilcomayo.
Otro hecho singularmente considerable de su gobierno fue, indudablemente, la llamada Conquista del Desierto, completada entre mayo de 1878 y junio de 1879. Fue una expedición cuyo propósito era hallar el pleno control del gobierno sobre todas y cada una de las tierras que conformaban Argentina. Para ello encargó al general y ministro de la Guerra, Julio Argentino Roca, dirigir la fuerza militar que se trasladó hasta la Patagonia y que derrotó y dominó a los indígenas de la zona.
Por último, asimismo en lo que se refiere al marco de integración nacional, en el mes de septiembre de 1880, antes de terminar su orden, la localidad de Buenos Aires se apartó de la provincia de Buenos Aires para transformarse en el distrito de la Capital Federal. Entre sus ministros mucho más relevantes se puede denominar a los convocados Roca, Irigoyen, Sarmiento y Alsina, tal como a Carlos Pellegrini, Victorino de la Plaza y Onésimo Leguizamón.
Al finalizar su orden cedió la presidencia a Julio Argentino Roca (12 de octubre de 1880), que había sido escogido en el mes de abril y con cuyo gobierno daría comienzo un nuevo periodo de tiempo de la historia argentina, la República Conservadora, que sucedería a la llamada República Liberal. Antes, en el primer mes del verano, en el momento en que ahora se conocía la victoria electoral de Roca, Mitre y el gobernador de Buenos Aires, Carlos Tejedor, lideraron una exclusiva revuelta, de forma rápida derrotada por el gobernante del país elegido.
Avellaneda resultó escogido ese año senador, cargo desde el que logró la aprobación de la Ley Universitaria, que garantizó la autonomía de las universidades nacionales. En 1881 se transformó en rector de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Nicolás Avellaneda fue un hombre de una elevada capacitación cultural, aparte de un refulgente orador y creador de múltiples proyectos de economía y derecho. Tras enfermar, se trasladó a Francia para ser tratado de su dolencia. Falleció el 25 de noviembre de 1885, cerca de la costa argentina, en el momento en que retornaba a su país dentro del vapor Congo.
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