La historia universal está escrita por aquellas mujeres y hombres quea lo largo de los siglos, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho quela humanidad, de un modo u otro,prospere.
Si has llegado hasta aquí es porque eres consciente de la relevancia que tuvo Mutsuhito en la historia. La manera en que vivió y aquello que hizo durante el tiempo que permaneció en la tierra fue decisivo no sólo para quienes trataron a Mutsuhito , sino que posiblemente dejó una huella mucho más insondable de lo que podamossospechar en la vida de gente que tal vez nunca conocieron ni conocerán ya jamás a Mutsuhito en persona.Mutsuhito fue un ser humano que, por algún motivo, merece ser recordado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.
Conocer las luces y las sombras de las personas relevantes como Mutsuhito , personas que hacen rodar y cambiar al mundo, es una cosa fundamental para que seamos capaces de poner en valor no sólo la existencia de Mutsuhito , sino la de todos aquellos y aquellas que fueron inspiradas por Mutsuhito , aquellas personas a quienes de de una u otra forma Mutsuhito influyó, y indudablemente, conocer y descifrar cómo fue el hecho de vivir en la época y la sociedad en la que vivió Mutsuhito .
(Meiji Tenno, llamado Mutsu-Hito o Mutsuhito; Kyoto, 1852 - Tokyo, 1912) Emperador del Japón (1867-1912). Accedió al trono a la desaparición de su padre, el emperador Komei, en 1867. En cuanto fue coronado (1868) derogó el shogunado, cargo político-militar ocupado por la familia Tokugawa desde el siglo XVII y que ejercitaba el poder en verdad en Japón, postergando al emperador a un papel simbólico. La incapacidad de los Tokugawa para evitar la apertura del país a los occidentales (impuesta por el almirante americano Perry en 1853) había causado en la corte imperial una reacción nacionalista que dio sitio al combate armado entre incondicionales y contrincantes del shogun en los últimos tiempos del reinado de Komei.
Mutsuhito encarnó en lo personal ese espíritu y, una vez derrotados los Tokugawa, emprendió la modernización del Japón según modelos occidentales, con cambios de semejante relevancia y velocidad en todos y cada uno de los órdenes que su reinado se conoce como «revolución Meiji». En situación, se limitó a beneficiar las pretensiones reformistas presentes en la sociedad de Japón, poniendo el gobierno a cargo de un aparato liberal y admitiendo que este utilizara su nombre como personificación del nuevo espíritu de apertura y modernización.
Para esto instituyó un sistema de gobierno por gabinete en 1885, completado con la creación de un Parlamento por la Constitución de 1889, que relegaba al emperador a un papel ceremonial y simbólico. La revuelta antirreformista de 1877 fue derrotada y sirvió para liquidar la casta feudal de los samurai.
Entonces, el gobierno derogó las construcciones feudales habituales, dictaminó la igualdad jurídica de todos y cada uno de los ciudadanos, rehabilitó el ejército siguiendo los modelos de Francia y Alemania, fomentó la adquisición de tecnología occidental (empleando especialistas de europa y americanos y dando becas para estudiar en el extranjero), edificó los primeros trenes y también impulsó la penetración de la revolución industrial en un marco capitalista; la administración, la hacienda pública, la banca, la moneda, la educación, el correo, la sanidad, todo fue rehabilitado copiando las instituciones mucho más destacadas de Europa y Estados Unidos.
Con todo ello, Mutsuhito deseaba que Japón alcanzara a las considerables potencias occidentales, distribuyendo con ellas el poderío militar, político, económico y tecnológico. En esa línea, fomentó asimismo la imitación de las tendencias imperialistas que daban a conocer las considerables potencias de europa a fines del siglo XIX, encauzando hacia la expansión en el conjunto de naciones asiático las presiones demográficas y los intereses de los enormes trusts industriales: sus ambiciones sobre Corea llevaron a Japón a sostener 2 guerras consecutivas contra China (1894-95) y contra Rusia (1904-05).
Las dos concluyeron con victoria de Japón, exponiendo el éxito de la modernización industrial y militar del país y poniendo las bases para el imperialismo japonés que proseguiría desarrollándose hasta la Segunda Guerra Mundial (1939-45). Cuando murió, dejando el Trono a su hijo Yoshihito, había puesto las bases del Japón contemporáneo, convirtiéndolo en una monarquía constitucional y en una capacidad económica y militar de primer orden.
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Evidentemente descubrir en lo más recóndito a Mutsuhito es algo que está reservado a un grupo limitado de personas, y que tratar de reconstruir quién y cómo fue la vida de Mutsuhito es una suerte de puzzleque tal vez consigamos rehacer si cooperamos juntos.
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Los matices y las sutilezas que ocupan nuestras vidas son en todos los casos esenciales, ya que marcan la diferencia, y en el caso de la vida de alguien como Mutsuhito , que detentó su relevancia en una época concreta, es imprescindible procurar ofrecer un panorama de su persona, vida y personalidad lo más precisa posible.
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