Murad o Amurates V

La historia del mundo la escriben aquellas personas queen el paso de los años, gracias a su proceder, sus ideas, sus innovaciones o su ingenio; han hecho queel mundo, de una forma u otra,prospere.

Si has llegado hasta aquí es porque eres sabedor de la relevancia que detentó Murad o Amurates V en la historia. Cómo vivió y lo que hizo durante el tiempo que permaneció en este mundo fue decisivo no sólo para las personas que frecuentaron a Murad o Amurates V , sino que posiblemente produjo una huella mucho más honda de lo que podamosfigurar en la vida de personas que tal vez jamás conocieron ni conocerán ya jamás a Murad o Amurates V en persona.Murad o Amurates V fue una persona que, por algún motivo, merece no ser olvidado, y que para bien o para mal, su nombre jamás debe borrarse de la historia.

Las biografías y las vidas de personas que, como Murad o Amurates V , cautivan nuestro interés, deben valernos en todo momento como punto de referencia y reflexión para ofrecer un marco y un contexto a otra sociedad y otra época que no son las nuestras. Intentar comprender la biografía de Murad o Amurates V , el motivo por el cual Murad o Amurates V vivió de la forma en que lo hizo y actuó de la forma en que lo hizo durante su vida, es algo que nos ayudará por un lado a entender mejor el alma del ser humano, y por el otro, el modo en que se mueve, de forma inevitable, la historia.

Vida y Biografía de Murad o Amurates V

(Constantinopla, 1840-1904) Sultán otomano. Hijo de Abdülmecit I, recibió una esmerada educación a lo largo de su niñez y juventud y se transformó en un enorme especialista en literatura turca y europea. Causó una enorme impresión en Europa en el momento en que en 1867 acompañó al sultán Abdülacit en su da un giro por las primordiales capitales de europa. Durante este viaje sostuvo contactos misterios con los integrantes de los Jóvenes Turcos que estaban asilados en Europa. Estos movimientos fueron descubiertos por su tío, quien le sometió a una angosta supervisión.

Ascendió al poder el 30 de mayo de 1876 tras el golpe para derrocar al gobierno que forzó la abdicación de su tío Abdülacit. Este movimiento se encontraba encabezado por un conjunto de ministros dirigidos por Midhat Pasa, el enorme paladín del gobierno constitucional. Fue propuesto para ocupar el trono por Huseyin Avni, quien era ministro sin cartera. Los rebeldes le escogieron por su actitud liberal, que contrastaba con la actitud déspota que había exhibido su tío a lo largo de su gobierno. En un primer instante se negó a admitir el ascenso, pero las presiones de su ambiente le persuadieron a fin de que admitiera.

El nuevo sultán se presentó como adalid de la renovación del Imperio otomano, resuelto a ingresar reformas constitucionales. Su primera acción fue promulgar un decreto que ordenaba la reorganización del Consejo de Estado. El sultán proclamó la igualdad de todas y cada una de las etnias y religiones. Trató de efectuar las reformas por su cuenta y de librarse de esos que le habían llevado al trono. Las presiones que recibió de sus viejos socios le hicieron perder seguridad en su aptitud de gobierno.

El suicidio de Abdülacit y el homicidio de múltiples viejos ministros le causó un colapso mental. Su patología le impedía mostrarse frente sus súbditos para la liturgia de la coronación. Los integrantes del gobierno, que precisaban su firma para los decretos, hicieron venir de Viena al mismo doctor que había tratado a la reina Victoria de Reino Unido, a fin de que diagnosticara su patología. Posteriormente fue examinado por varios médicos turcos y extranjeros, que le declararon como enfermo insanable y por ende inútil de desempeñar las trabajos de gobierno.

Depuesto tres meses tras su ascenso al trono por exactamente los mismos que le facilitaron el ascenso al poder, fue sustituido el 31 de agosto por su hermano Abdülhamit II. Vivió el resto de su historia apartado de la vida política, recluído en un palacio ubicado a riberas del Bósforo. Durante el reinado de Abdülhamit II se generaron múltiples intentos de devolver a Murad V al trono.

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Las sutilezas y las peculiaridades que llenan nuestras vidas son en todos los casos determinantes, ya que destacan la singularidad, y en el tema de la vida de alguien como Murad o Amurates V , que detentó su trascendencia en una época concreta, es imprescindible intentar brindar una visión de su persona, vida y personalidad lo más exacta posible.

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