Muley Ismail

Vida y Biografía de Muley Ismail

(Muley o Mulay Ismail Ben Sharif, asimismo llamado Ismail de Marruecos; Fez, 1645 - Mequínez, 1727) Segundo emir de Marruecos correspondiente a la dinastía alauita (1672-1727), dinastía reinante hoy en día en el país. Hermano de Muley Rashid, al que sucedió en el trono, Muley Ismail afianzó la situación de la dinastía en el trono marroquí, ingresó el empleo de armas y técnicas militares de europa en el ejército nacional y favoreció las relaciones con múltiples potencias de europa, de manera especial con Francia, país que pausadamente tomaría un mayor peso en la vida política y popular del país.

Edificó un elevado número de alcazabas para parar a los beréberes mucho más irredentos y trasladó la ciudad más importante de Marrakech a Mequínez (Meknés). También desocupó a los ingleses de Tánger y a los españoles de La Mamora y el Garb, pero fracasó frente Ceuta. Gobernó con efectividad y bastante despotismo, rayano frecuentemente en la crueldad superflua y en la arbitrariedad, apoyado por un ejército leal y realmente bien ordenado, cuyo cuerpo primordial lo formaba la temida Guardia Negra.

Solamente fallecer su hermano y principal creador de la dinastía, en el año 1672, Muley se apuró a autoproclamarse en Fez nuevo emir de Marruecos, resolución instantaneamente respondida por tres oponentes de talla: su hermano Muley Hassan, su sobrino Ahmed Ibn Mahraz y al-Khidr Ghilan. Estos tres individuos, desde sus propios territorios, lucharon por quitarle el trono, en ocasiones en conjunto, y las mucho más separadamente, pero siempre y en todo momento contando con el acompañamiento militar del Imperio otomano.

Muley Ismail logró vencer con sencillez al último de ellos, en el año 1673, y someter a las tribus del norte del país; no obstante, tanto su hermano como su sobrino resistieron con perserverancia en sus metas al trono, hasta el momento en que Muley debió ceder en una paz de deber. El nuevo emir les concedió el gobierno semiindependiente de 2 esenciales provincias del reino. Finalmente, en el año 1686, Muley Ismail suprimió cualquier conato en oposición a su poder al enviar matar a su desprevenido y ambicioso sobrino.

Con el reino pacificado, Muley Ismail se dedicó a edificar un gobierno fuerte y personal, usando en su extensión un despotismo político sostenido por un poderoso ejército desarrollado completamente por el emir. El ejército de Muley Ismail empezó a construirse en el año 1673 y era llamado Abid al-Bujari (Guardia Negra). Esta excelente fuerza militar llegó a aglutinar cerca de 150.000 hombres, compuesta por esclavos negros, emigrantes árabes, sudaneses, andalusíes y cristianos renegados.

Con el objetivo de sostener y de regenerar este ejército, instaló en Mequínez un enorme campamento próximo al palacio real y dio a los soldados mujeres para reproducirse. Todos los pequeños nacidos en el campamento eran formados para ser útil al Estado desde edad temprana hasta el momento en que alcanzaban la edad de quince años, en el momento en que eran incorporados a filas. Muley Ismail creó por todo el reino una red de fortalezas por donde desplegó a su ejército, dejando una fuerza persistente y de reservistas de unos 70.000 hombres en Mequínez. El ejército fue pertrechado con armamento y tácticas de guerra de europa, mezclando con perfección la infantería y la caballería en todos y cada uno de los combates con las potencias de europa colonialistas y contra el Imperio otomano, siempre y en todo momento con desenlaces positivos.

En sus relaciones con Europa, Muley Ismail desplegó una política bastante complicada. Mientras que desdeñaba a los de europa por infieles y por sus ansias colonialistas, por otra parte se vio forzado a tratar con múltiples países frente a la necesidad de obtener armamento y reactivar las relaciones comerciales. Este último aspecto no le impidió comenzar una sucesión de campañas armadas triunfantes con el fin de recobrar un óptimo número de ciudades ribereñas que estaban a cargo de estas potencias marítimas.

De esta forma, en el año 1680 expulsó a los ingleses de Tánger y nueve años después a los españoles de Larache, el Garb y La Mamura, concluyendo la unificación de todos y cada uno de los territorios marroquíes excepto Ceuta y Melilla, plazas que prosiguieron continuando a la Corona de España. En el año 1699, Muley Ismail concluyó un tratado político y comercial con Luis XIV de Francia y, don años después, tentó 2 expediciones ineficaces contra los argelinos. Antes de fallecer, en el año 1722, volvió a procurar conformar una vigorosa armada contra España para recobrar ámbas plazas norteafricanas. En este orden de cosas, Muley Ismail se declaró aliado de Francia, país que venía manteniendo con España una enconada pelea a todos y cada uno de los escenarios desde principios del siglo XVII.

Al poco tiempo de subir al trono, Muley Ismail escogió Mequínez como capital política y emprendió la labor de rehabilitarla completamente. Para ello empleó de 1.000 a 3.000 cristianos cautivos llegados de Fez y de 20.000 a 30.000 presos de todo género, todos ellos usados cotidianamente en la labor de reconstrucción de la novedosa capital. El emir alauita, aquejado de una gran megalomanía, mandó eliminar la alcazaba benimerí y parte de la localidad vieja para alzar una gigantesca muralla dotada de monumentales puertas. También mandó alzar mezquitas, alcazabas para su guarda, graneros, cuadras para sus caballos (según las crónicas de la temporada, su cuadra contenía mucho más de 15.000 hermosos corceles), jardines y demás habitáculos.

Para eliminar cualquier huella de las dinastías precedentes, Muley Ismail ordenó a sus arquitectos desmantelar las construcciones y monumentos mucho más espléndidos del país, cuyos materiales fueron aprovechados para edificar una gran parte de sus creaciones en Mequínez. Al sur de la ciudad más importante mandó edificar una enorme localidad imperial a imitación del Versalles francés, Dar el-Majzen, donde reunió a su administración personal y a su harén, compuesto de sobra de 500 mujeres que proceden de todas y cada una de las regiones del reino.

Muley Ismail logró sostener su autoridad y legitimidad religiosa frente su pueblo basándose en la presunta descendencia directa de la dinastía alauita del profeta Mahoma. Este emir fue y todavía es muy criticado por la crueldad y el capricho con que rigió su reinado, pero exactamente merced a esa mano de hierro y al elevado centralismo que aplicó la dinastía alauita, logró subsistir y asentarse en los primeros años desde el momento en que logró su aparición a inicios del siglo XVII.

Al fallecer Muley Ismail, con unos 700 hijos reconocidos, fue sucedido por su hijo preferido Muley Ahmed, quien ni muchísimo menos tenía la energía de su padre. El país cayó en el caos total, como siempre y en todo momento sucede en un Estado que fué regido con mano de hierro por solo una persona que unió todo el poder, transformándose la temida Guardia Negra en los genuinos árbitros de la situación, dueños de los sitios de las dinastía, apoyando o no a los nuevos emires.

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